Big Red Mouse Pointer

lunes, 29 de julio de 2013

Entrevista a M.A.

Si queréis preguntar algo a M.A., este es el lugar, recordad que se eliminará cualquier comentario que este fuera de lugar y en una semana tendréis las respuestas a vuestras preguntas por parte de el autor. 
Animaos que ya no preguntais nada XD.



jueves, 25 de julio de 2013

¡Hola, lectores!

¡Aquí Puma!

Por si no me conocen... Jajajaja. Soy uno de los escritores del equipo de Nuestra Historia, o Eneache cómo yo le digo de cariño.

Me comunico ante ustedes, queridísimos lectores para anunciarles mi abandono a este Fic junto con otro de nuestros escritores: Naitsirc; a quien posiblemente habrán visto posteando cómo "Cristian y Belén". O sea que ya no nos verán escribiendo en Eneache.

Ha sido una experiencia tanto dulce cómo amarga. Por diversas razones, entre la decepción por acontecimientos de última hora y falta de ánimo que hemos decidido decir adiós.

Personalmente puedo decir que le debo bastante a Eneache ya que gracias a esta historia he podido conocer a gente maravillosa y he hecho amistades invaluables. A parte de eso, he podido divertirme, hasta cierto punto, pero lamentablemente ya no es así; aspecto en el que me apoya el señor Naitsirc.

Aún tengo un proyecto propio pendiente cómo es el cómic de Eneache. Por lo que dudo que esto sea lo último que oigan de mí. Noticias sobre ese proyecto a muy largo plazo podrían aparecer aquí o en la página de Facebook.

Y ahora ya no tengo nada más que decirles, disfruten del trabajo del resto de los autores y sean felices. :3

¡Ciao!

martes, 23 de julio de 2013

NH2: Capítulo 013 - Un mal despertar

-¿Qué ha ocurrido con Puma? ¿Por qué no ha vuelto? –Inquirió M.A, descargando sobre sus palabras un tono de preocupación.
Ley, cabizbaja, dejo de asir con sus manos el carrito que contenía las provisiones y tomo asiento en un montículo de tierra cercano. Colocó la máscara a un lado y comenzó a vocalizar con una voz quebrada:
-Él…había demasiadas de esas malditas cosas…-Tragó saliva antes de continuar con su relato-Y bueno…las entretuvo para dejarme campo libre y poder llegar sana y salva.
Maya, la cual se había mostrado muy callada durante la breve narración de los sucesos, enunció:
-Es imposible que haya muerto. Estoy convencida de ello. Realmente pienso que el ‘’Agua Gris’’ puede actuar como una especie de antivirus. Estoy casi conven…
Antes de poder finalizar sus palabras, M.A. la interrumpió descortésmente:
-¡Pero eso no quita el hecho de que pueda ser devorado por esos cabrones! ¡‘’Agua Gris’’ no le proporciona la inmortalidad, no te equivoques! – Un poco más sosegado, M.A prosiguió- Yo también confío en que haya sobrevivido, pero no estamos seguros al 100 por 100.
Las palabras del rubio precedieron a un sepulcral silencio. Maya había clavado una mirada inescrutable en el rostro del chico. El muchacho apartó la mirada al suelo para evitar cualquier contacto visual con la castaña y, meditabundo, musitó:
-Debemos informar al resto del grupo, exponerles el problema y una decisión lo antes posible. La vida de Puma corre peligro.
Acto seguido, se acercó a la posición de Ley y este se dirigió a ella suavemente:
-Vamos, no nos quedemos aquí más tiempo. En cualquier momento podrían venir más de esas cosas, y eso no sería bueno – El rubio tendió la mano derecha a su hermana y este la ayudó a levantarse sin mucho esfuerzo.  Momentos después la pelirroja retomó el control de carrito y echó a andar hacia el fuerte. 
Maya y M.A se encontraron solos, frente a frente,  en aquel desolado páramo que representaba los vestigios de una humanidad ya casi extinta. Un espectáculo de miradas esquivas se presentó ante los jóvenes; no lograban entablar conversación alguna.                           La tensión era tan intensa en aquel momento que incluso podría haber sido cortada con una hoja:
-Lo siento…No era mi intención mostrarme tan brusco y quitarte las esperanzas así como así, pero compréndelo, no estamos seguros de que siga con vida. Prefiero pensar lo peor para evitar posibles falsas esperanzas.
Maya había sabido controlar sus sentimientos en todo momento, sin embargo, estos se encontraban en ese preciso momento a flor de piel:
-¿Y eso supone el quitarnos la esperanza de volverlo a ver? – Preguntó retóricamente la joven, apretando con fuerza sus puños.
M.A observó a Maya con una mirada compungida durante unos instantes y comenzó a balbucear:
-No, yo no…no quería hacer…
-Ahórrate las palabras – Cortó tajantemente la chica, mostrando un abatimiento más que considerable – Le comenzaste a odiar desde el momento en el que nos reencontramos con él. No estas siendo justo… ¿Pero sabes qué? Haz lo que quieras – La castaña giró sobre sí misma y comenzó a andar en dirección a la fortaleza con pasos cortos y vacilantes.
Finalmente, entró, y el rubio perdió el contacto visual con ella. El chico siguió su ejemplo pero no sin antes echar una última mirada a aquel sol agonizante, cuyos rayos de sol comenzaban a morir y abrir paso a la fría y lóbrega noche…
*****************************************************************************
Naitsirc sentía curiosidad por aquel vasto fuerte en el cual había ingresado recientemente, y él, siendo de naturaleza un tanto curiosa, decidió echar un vistazo. Todo aquel ajetreo resultaba extenuante para la mente del castaño, así que haciendo uso de su recién adquirido tiempo ocioso, decidió investigar la fortificación.
Una vez que no hubo moros en la costa, el chico decidió fisgonear los niveles inferiores. El único sonido que era posible escucharse era el eterno traqueteo que sus deportivas producían al caminar. A la par que indagaba en los recovecos del edificio, inspeccionaba cada pasillo con minuciosidad. La pintura que  indicaba el nombre de cada nivel se encontraba muy desgastada,  haciendo ilegible los dígitos asignados a cada planta. Las paredes grises enmohecidas y la poca iluminación del lugar le conferían a este un aspecto más bien tétrico e inerte. 
Mientras que el muchacho cruzaba una esquina, sintió la presencia de alguien en la cercanía. Se sentía observado y casi podía percatarse de su esencia. Haciendo acopio de valentía, giro bruscamente sobre sí mismo y cuan fue su sorpresa al encontrarse a Inma, la cual se sobresaltó ante el rudo movimiento del chico:
-¿Qué haces por aquí, Inma? ¿No deberías estar reposando? – Preguntó Nait confuso.
La chica, intento rehuir la mirada del castaño y, observando el suelo manifestó al chico:
-Estar en la enfermería es un auténtico aburrimiento y como no sabía qué hacer, me he puesto a pasear un poco, y la verte por aquí…me ha picado la curiosidad un poco – Al terminar de pronunciar las últimas palabras, gesticulo en su rostro una de sus sonrisas más complacientes. Pero rápidamente, su sonrisa se convirtió en una mueca de reproche:
-Hey, eso mismo debería preguntarte yo a ti, ¿Qué haces tan alejado de los niveles superiores?


Ahora era Naitsirc el que parecía eludir a la mirada de la muchacha:
-Bueno pues…jugar a los espías – Contestó de forma socarrona – Oye…si te apetece, y si te encuentras mejor de lo del brazo…podríamos explorar por aquí juntos ¿Te parece? – Cuestionó amablemente a Inma.
Sin pensárselo dos veces, esta asintió rápidamente con la cabeza, viéndola el castaño mucho más radiante que antes:
-Vamos entonces, ¿No? – Dijo la chica adelantándose al muchacho un par de pasos y dirigiéndole una boyante sonrisa.
Ambos se desplazaron escaleras abajo y llegaron a lo que parecía ser un almacén.                           La estancia era inmensa. Estaba repleta de estanterías sobre las que descansaban innumerables cajones de madera. Las paredes del habitáculo eran de un tono más oscuro que el de los pasillos y a través de tres rendijas de ventilación entraba aún un poco de luz solar, la suficiente como para poder apreciar la mayoría de los detalles de los que la habitación gozaba:
-Guau…es enorme – Expresó el castaño abriendo los ojos como platos.
-Haha, ten cuidado, no vayas a ser que cojas complejo de perro – Dijo Inma ladinamente.
Naitsirc ignoró el guasón comentario de la chica y siguió avanzando por aquella nave sin fin lenta y cautelosamente. Sus pasos emitían un eco que estremecía toda  la zona. Parecía como si se les fuese a caer encima de un momento a otro:
-¿Pero qué…? – Dijo Inma, dejando su oración inconclusa.
El chico se giró instintivamente:
-¿Qué? ¿Qué ocurre? – Preguntó sin vacilar, usando un tono de voz demasiado elevado.
La chica avanzó rápidamente hacia el rincón derecho de la habitación y agarró una caja rectangular no muy ancha. Acto seguido, la exhibió delante de Nait:
-¡Mira! ¡Es ‘’Hundir la Flota’’! ¡Me encanta este juego! – Exclamó Inma cordialmente.
Nait prorrumpió en una estrepitosa carcajada al oírla y se acercó a su posición a la vez que hablaba con ella:
-¿Qué demonios hace un juego de mesa en una base militar? – Formuló el castaño mientras se limpiaba una lágrima de su ojo izquierda, originada por la explosión repentina de risa.
-No lo sé…pero…ya que está aquí, ¿Te apetece jugar? – Preguntó Inma con una mirada pícara en sus ojos.
-Tendrá que ser luego – Dijo una voz a las espaldas de los jóvenes.
Al girarse, se percataron de la presencia de Maya. Tenía el ceño fruncido y su mirada transmitía una seriedad implacable:
-Tenemos problemas.
*****************************************************************************
-¿¡Qué coño habéis hecho con mi hermano!? – Bramó Florr llena de ira a la par que derramaba una pequeña lágrima, que rápidamente apartó de su rostro.
Eva y Adam intentaban calmar a la joven, pero de nada servía. En ese momento se encontraban entre las blancas paredes de la cafetería  exponiendo el tema de la desaparición de Puma. Naitsirc estaba a una distancia prudencial de la hermana de Puma, Inma estaba un tanto más cerca, escuchando con detenimiento toda la conversación, Maya estaba apoyada sobre la pared con la cabeza gacha y M.A se encontraba sentado encima de una de las mesas en las que los militares habrían colocado sus almuerzos para dar buena cuenta de ellos.                 Los presentes se mostraron consternados al recibir la mala noticia. Los más afectados eran Florr, Adam y Eva:
-¿Qué ha ocurrido ahí fuera, pelirroja? – Articuló Florr, refiriéndose a Ley.
Esta, se levantó de la silla en la que se encontraba recostada y…dirigiéndose a su interlocutora, contestó:
-Estuvimos buscando suministros y nos sorprendieron unos desalmados…sin embargo, estos eran humanos aún. Después una oleada de esas criaturas nos empezó a perseguir y el llamó la atención de aquellas cosas para que yo pudiese salir de allí…me salv…:
-¡Eso ya me lo has dicho! ¿Y sabes qué? ¡No me lo creo! –Exclamó bruscamente interrumpiendo así la explicación de Ley.
Adam, para tranquilizarla, colocó lentamente sus manos sobre los hombros de la furiosa muchacha y a la vez, Eva trataba de hacerla entrar en razón:
-Florr, no son malas personas, no nos mentirían. Te lo digo de verdad. Podemos confiar en ellos – Dijo Eva con palabras conciliadoras.
La pelinegra, cabizbaja expresó en un murmullo inaudible:
-Hay personas en las que se pueden confiar…y otras en las que no tanto.
Acto seguido, Florr comenzó a avanzar hacia la posición en la que se encontraba M.A. Este ignoraba completamente las intenciones que pudiese tener la niña, además, el rubio parecía estar en otro lugar. Tenía la mirada perdida y los ojos entre abiertos mirando al vacío:
-Tú y mi hermano nunca os llevasteis bien…-Rápidamente, la mano derecha de Florr se dirigió a su tobillo, donde la joven tenía escondido un cuchillo de combate. Viendo las intenciones de la muchacha, M.A asió el brazo de la joven, lo retorció y finalmente la dejó inmovilizada en el suelo. A continuación el chico dirigió su mano a la pierna de la niña, sacó la oculta hoja y se la posó en el impávido cuello de la hermana pequeña de Puma:
-Yo no le he tocado un pelo a tu hermano, así que déjame en paz – Expresó M.A con un semblante demasiado serio. Apartó el arma del cuello de Florr y la clavó en el suelo con fuerza. El chico se reincorporó y con sosegados pasos acabó saliendo de la estancia en dirección a las habitaciones.
La muchacha se levantó del suelo y se limpió la ropa manchada de polvo del sucio suelo. Esta echó una mirada de furia incontenible a la puerta a través de la que había salido M.A.
Florr, extenuada, arrancó su cuchillo del suelo y volvió a guardarlo en su tobillera. La chica echó a andar con pasos torpes y vacilantes. Parecía casi a punto de desfallecer.  Instintivamente, Eva dio un par de zancadas mediante las cuales se colocó frente a la niña, diciéndole a esta última:
-No te preocupes Florr, encontraremos a tu hermano. Todos colaboraremos en su búsqueda, es más, mañana por la mañana comenzaremos… ¿Verdad? – Interrogó a la par que alzaba su cabeza y procuraba observar al grupo con la más intimidatoria de sus miradas, asegurándose de que todos los allí presentes asentían:
-De acuerdo, en ese caso yo hare guardia esta noche y…tú – Dijo señalando a Inma con el dedo índice - ¿Te ves capaz de hacer el inventario de los alimentos recolectados?
-Sí, claro, ya estoy mejor – Respondió Inma, entusiasmada por poder ayudar.
Eva a continuación, complacida, dirigiéndose a todo el grupo espetó:
-Estupendo, en ese caso descansad e…Inma ¿Verdad? Cuando termines el trabajo únete al resto. Buenas noches a todos.
Enseguida la mujer salió de la sala con Florr a su lado y detrás de ellos el pequeño Adam les seguía el paso.
En cuanto hubieron salido de la estancia, Naitsirc comenzó a andar en círculos y por fin, tras unos instantes, preguntó:
-Y bueno… ¿Ahora qué hacemos?
-Tú deberías dormir, yo me encargaré de hacer el inventario e iré derechita a mi habitación a dormir un poco. Ha sido un día demasiado largo – Enunció Inma bostezando mientras frotaba las palmas de sus manos contra sus ojos.
-Déjalo Inma. Yo me ocupare del trabajo, además se te nota bastante que deberías descansar, posiblemente si lo hicieses tú en estas condiciones acabarías algún fallo involuntariamente – Enunció Maya tratando de ser lo más cortés posible.
Tras reflexionar durante un instante, Inma suspiró y gesticulando una cordial sonrisa en su rostro dijo:
-Está bien. Muchas gracias prima, te lo agradezco.
La palabra ‘’prima’’ en esos momentos suscitó en su mente un antiguo y hermoso sentimiento nostálgico…sentirse unido a alguien por lazos de sangre. Había vivido muchísimas experiencias con los allí presentes, pero se sentía ligada de un modo especial a ella, era a la única persona con la que podía contar en cualquier momento, era a la única persona a la que podía llamar familia…
*****************************************************************************
Eva comenzaba a cabizbajear debido al cansancio. El rifle que empuñaba en su mano y con el cual vigilaba el territorio oscilaba entre sus dedos de una manera suave y pausada, como un sensual baile. Los parpados de la chica se cerraban constantemente, lo cual dificultaba el hecho de ejercer correctamente su turno. No podía más, todo tipo de sentimientos negativos la embargaban. Había logrado mantener la compostura mientras escuchaba la fatídica noticia de la desaparición de Puma, sin embargo, realmente esto la había afectado más de lo que parecía a simple vista. Desconocía lo que realmente podía sentir por Puma, lo único que sabía a ciencia cierta es que debería enmascarar esos sentimientos de la forma más realista posible, sino, podría resultar fatal…
En el exterior comenzó a apreciarse movimiento. Podría haberse tratado de algún coyote, aunque realmente ya no sabía si seguían existiendo o habrían sucumbido como otras tantas especies a manos del ser humano. En cualquier caso, esto puso en alerta a la joven y a través de la mira telescópica de su arma comenzó a buscar de la forma más precisa posible la fuente de aquel movimiento. Finalmente, pudo ver como una persona corría de forma desesperada hacia la entrada de la base militar. Al llegar a la puerta, Eva se percató de que era una joven morena, de negros cabellos y de complexión enjuta. Esta comenzó a golpear la puerta de forma desesperada:
-¡Auxilio, por favor! ¡Si hay alguien ahí, que respondan, se lo suplico! ¡Me persiguen esas criaturas!
Rápidamente, Eva dejó el rifle apoyado en la pared y se armó con una pistola de bajo calibre que tenía en el suelo. Acto seguido comenzó a recorrer los pasillos de la base para poder llegar al vestíbulo.
Tras unos minutos de intensa carrera, finalmente pudo llegar al pórtico y salir al exterior. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la joven cuando esto sucedió. Iba vestida con unos vaqueros muy desgastados, botas militares y llevaba camiseta de tirantes blanca rasgada. No parecía estar herida, sin embargo, había algo que no le terminaba de encajar a Eva en todo esto:
-¿Dónde están los muertos vivientes? – Dijo Eva formulando su pregunta.
-Allí, mira – Respondió la joven haciendo un ademan con su mano derecha.
En cuanto Eva dio el primer paso, la joven morena se abalanzó sobre la chica. Esta se sorprendió ante tal acto con la que había sido su salvadora. Cayeron de bruces al suelo y la recién llegada intentaba golpear la cabeza de Eva contra el suelo de forma violenta. Esta última  presionó el cañón de su pistola contra el abdomen de la joven y comenzó a descargar el fuego sobre dicha zona. La morena cayó de espaldas, inerte. Eva, exhausta, comenzó a reincorporarse a la vez que se tambaleaba debido a la tensión tan intensa que acababa de soportar. Jamás se habría visto capaz de acabar con un vivo, sin embargo, lo había hecho.
Una vez se hubo levantado, comenzó a quitarse el polvo de la ropa con brusquedad y alzó su rostro. En ese momento comenzó a ver como desde el interior de las sombras del lúgubre y nocturno paisaje se alzaban siluetas imposibles, deformes, casi dantescas las cuales avanzaban con pasos oscilantes. En ese momento, Eva cayó al suelo desmayada, habiéndose hecho para ella la oscuridad…

Los disparos efectuados en el exterior habían despertado a la mayoría del grupo. Estos no paraban de caminar nerviosos de un lado hacia otro, vistiéndose y preparando su equipamiento tan rápido como podían:
-¿De qué crees que se puede tratar? – Preguntó Inma desconcertada mientras Maya comprobaba la munición de su arma.
La chica, un poco alterada contestó tajante:
-No lo sé, pero en un momento lo comprobaremos. Quédate aquí vigilando, no estás en condiciones de salir a ningún lado aún. También hazme el favor de informar a Eva de lo ocurrido.
Inma escuchó con detalle y asintió con la cabeza, decidida. 
Maya salió al corredor a paso ligero, se detuvo en frente de la habitación de los chicos a que estos últimos a que finalizasen su preparación. Al ver que no aparecían se dispuso a abrir la puerta. La muchacha hizo el ademán de posar la mano sobre el pomo, sin embargo, antes de que esto ocurriese la puerta se abrió y apareció por ella M.A. Intercambiaron una mirada durante unos instantes y enseguida el chico agachó la cabeza y echó a andar rápidamente, haciendo resonar el pasillo con aquellas viejas botas militares que portaban. A continuación apareció Naitsirc por la puerta, este saludo rápidamente a Maya y siguió los pasos del rubio. La castaña corrió por el pasillo cuando escuchó una voz familiar justo a su espalda:
-¡Hey! ¡Esperame Maya! – Exclamó la voz somnolienta de Ley.
Esta aguardo un instante hasta que ambas se colocaron una junto a la otra y echaron a correr hacia la entrada de la base…
*****************************************************************************
-¿¡Esa es Eva?! – Preguntó Nait desconcertado al ver el cuerpo de dicha joven en medio de la arena, respirando débilmente.
El chico fue corriendo hacia la posición de la muchacha inconsciente mientras que el rubio se quedó en la entrada observando. Con mucho cuidado colocó el brazo derecho detrás de la espalda de la joven, y el izquierdo lo puso bajo sus piernas. Sin mucho esfuerzo la logró levantar y fue caminando lentamente hacia la entrada. Sin embargo, de repente se detuvo en seco. Una gota de sudor frío recorrió la espalda de Naitsirc:
-M.A…ayúdame por favor – Pidió el castaño en un susurro implorante.
El rubio, confuso, avanzó un poco cuando de repente se percató de que once seres deformes rodeaban a Nait y a Eva en un círculo de terror que se cercenaba progresivamente. La mayoría carecían de pelo,  poseían una delgadez extrema, una tez amarillenta enfermiza con apenas un poco de cabello disperso por unos cráneos ovalados y unas manos con dedos escalofriantemente alargados. Rostros de personajes de pesadillas cuyos ojos se hundían en cuencas huesudas confiriéndoles un aspecto aterrador. Dientes amarillentos, dispersos y afilados constituían sus bocas y prominentes heridas en sus caras realzaban lo que ya de por si sobrepasaba lo pavoroso. 
M.A trato de abrir agujeros por los que huir mediante disparos en aquel coliseo del horror infranqueable que estaba a punto de cerrar sus mortales paredes sobre los chicos.
Un par de disparos acertaron de lleno en los cráneos de aquellas monstruosidades, haciendo que sus repugnantes cuerpos cayesen al suelo.
Por las espaldas del rubio irrumpieron Maya con su arma cargada y Ley con su espada ya desenvainada. A estas les sorprendió la desagradable sorpresa que les había estado aguardando, sin embargo  esto no quebrantó los ánimos de las muchachas y mientras que Maya se quedó junto a M.A vaciando los cargadores de sus respectivas armas, Ley comenzó a dar tajos certeros, seccionando las increíblemente resistentes extremidades de aquellas criaturas.
Gracias a la eliminación de cierta cantidad de enemigos, Naitsirc pudo huir junto a Eva en brazos.  Sin embargo, en el último momento una de las 4 criaturas restantes asió el tobillo del muchacho, haciendo que este cayese de bruces y el cuerpo de Eva colisionase en el suelo, justo a su lado:
-¡Nait! – Vociferó Ley. Este gesto sentimentalista le costó caro a la pelirroja, ya que otro de aquellos seres de pesadillas la agarró por la espalda. La pelirroja se resistió, propinando al ente una combinación brutal de codazos y patadas. De nada sirvió todo esto, y mediante un brutal golpe por parte del monstruo, la katana de Ley salió despedida, dejando a la chica desprotegida y a la merced de aquella cosa.
M.A, viendo el peligro que corría su hermana, echó a correr dejando atrás su pistola, ya sin munición. Le parecieron los metros más largos de su vida. 
Una vez que encaró a aquellas criaturas, el rubio recogió el sable de Ley del suelo. Con una destreza sublime segó el cuello de uno de los deformes. Este cayó al suelo produciendo un gemido lastimero. Nait estaba siendo brutalmente golpeado por una de aquellas criaturas, pero el chico aún resistía de forma heroica, anteponiendo su cuerpo al de Eva para evitar que la pobre mujer desprotegida recibiera los golpes. El rubio propinó un puntapié bestial a la cabeza del ser que apresaba al castaño. El engendro cayó hacia atrás con el cráneo abierto. Una vez hubo logrado llegar a la posición de su hermana, la criatura restante apresó el brazo izquierdo de M.A impidiéndole continuar. Este por más golpes que daba con el arma blanca no podía terminar de abatirlo. El ser le impedía cualquier movimiento retorciéndole el brazo de una forma inhumana. El muchacho, contorsionándose de dolor buscó  ayuda allá donde Maya se encontraba.
La castaña había soltado su arma y apoyaba su rostro en la mano, además enmarcaba en sus labios una intensa mueca de sufrimiento. No era el mejor momento para que comenzase a recordar sobre su pasado, eso desde luego. 
M.A miró al rostro de su hermana. El enemigo intentaba quebrar sus huesos ejerciendo una presión atroz sobre estos. Durante un instante, pudo ver como sus ojos le pedían auxilio.
No…no podía fallarle…ella lo único que le quedaba.
Apretó la espada en su mano derecha y, con un certero tajo…M.A segó su propio antebrazo. La sangre manaba de forma desmesurada y esta comenzaba a embadurnar de rojo todo su cuerpo. El dolor y la agonía que el chico experimentaba en ese momento eran indescriptibles, sin embargo no podía detenerse, ya no. Si permanecía en aquel estado más tiempo ya apenas le quedarían fuerzas para mantenerse en pie. Con los labios entreabiertos y desplazándose casi a trompicones hizo frente a la aberración que mantenía petrificada a la pelirroja.
Con el último vestigio de su fuerza, alzó el brazo portador del arma e impulsándose hacia adelante clavó la espada en el horrido rostro del desfigurado, centrando así su punto de apoyo en la katana.
Los brazos de la criatura detuvieron su acción y ahora,  pendían suspendidos en el aire. Ley cayó al suelo violentamente, esta apretó su abdomen de manera firme mientras respiraba agitadamente y daba arcadas.
M.A soltó la espada y acto seguido cayó al suelo. Sus sentidos se iban nublando por momentos y su visión era demasiado borrosa, apenas pudiendo percibir siluetas. No sabía lo que pasaría a continuación, si resistiría la hemorragia o sucumbiría al sueño eterno. El deforme del cual el rubio escapo amputando su propio antebrazo lograba hacerse visible en su campo de visión. Estaba tan cerca que casi podía captar el hedor de su pútrido aliento. Todo estaba claro, su muerte se aproximaba…
Finalmente, el muchacho agonizante cerró los párpados, escuchó un último murmullo casi imperceptible y logró evadirse de aquella realidad…
*****************************************************************************
Una bocanada de aire puro inundó sus pulmones renovando así el viejo y oxidado sabor del oxígeno  que había quedado atrapado en ellos. Sus parpados, aunque inamovibles por ahora, comenzaban a experimentar ligeros espasmos. Aún no lograba abrirlos. Todo su cuerpo realizó una respuesta física a dicho esfuerzo, sus extremidades somnolientas recuperaron ligeramente la movilidad a la vez que sus sentidos se agudizaban gradualmente. Notaba la textura de una cálida sabana cubriendo su cansado cuerpo.
Al fin, tras unos angustiosos instantes, las finas capas de piel se alzaron permitiendo a sus ojos inspeccionar la estancia.
Se encontraba en la enfermería de la base militar y al lado del camastro se hallaba Maya sentada en una silla de madera carcomida observándole atentamente. No pudo evitar percatarse de como una pequeña llama se encendió en los ojos de esta al verle despertar de su letargo:
-Buenos días – Enunció Maya con una agradable sonrisa.
M.A, con esfuerzo, intento recostarse en la cama pero al intentarlo le sobrevino una intensa punzada en el brazo izquierdo:
-Déjame a mí – Dijo la castaña prestándose voluntaria.
Cautelosamente, Maya sujetó el torso del rubio, cuyos ojos encontraron el lánguido rostro de la joven:
-¿Cómo te encuentras? – Preguntó la chica mientras volvía a tomar asiento a su lado.
El chico sacó de entre las sábanas su brazo izquierdo y pudo observar que en el antiguo lugar donde se encontraba su antebrazo ahora se hallaba un muñón recubierto por unos sanguinolentos vendajes. Al ver aquella brutal herida, el rubio cerró los ojos en señal de debilidad y apretó su mandíbula hasta que sus dientes rechinaron, emitiendo un desagradable ruido:
-Te cauterizamos el brazo izquierdo y cosimos la herida de tu cara mientras estabas inconsciente – Dijo Maya a la vez que posaba su mano sobre el hombro de M.A.
El joven con el dedo índice y corazón de sus dedos restantes recorrió su rostro en busca de la herida de la que la chica hablaba. Finalmente pudo palpar el cálido tacto del hilo en una herida que recorría su nariz y extendiéndose a ambos lados, justo debajo de sus ojos. Era un tanto prolongada:
-No pude llegar a tiempo de que aquella cosa te hiciese ese corte. Lo siento – Dijo la muchacha apartando su mirada tristemente – Por suerte pude detenerla antes de que fuese a peor.
-Espera… ¿Tú lo mataste? – Preguntó el rubio un poco sorprendido dentro de lo que se lo permitía su actual estado de ánimo.
La chica miró de un lado a otro nerviosa, intentando huir de aquella cuestión:
-Em…si…pero no tiene importancia ¿Qué tal estás entonces? – Preguntó de nuevo la chica, habiendo logrado evadir los escabrosos detalles de su respuesta.
El rubio murmuró para sus adentros durante unos instantes y segundos después expulsó su respuesta a través de sus labios con repugnancia:
-Estoy lisiado… ¿Cómo crees que me encuentro?
Maya calló en ese momento. Se produjo un incómodo silencio en el ambiente el cual fue roto de nuevo por la castaña. Recurriendo de nuevo a su tono amable y agradable dijo:
-Durante el tiempo que has estado durmiendo han bajado las temperaturas considerablemente…Encontré un abrigo largo de color beige que seguro que te queda genial.
La chica se levantó de la corrompida silla y se acercó a la cama de al lado a recoger la prenda en cuestión. Parecía desgastada y el color se había tornado pardusco, pero aun así aparentaba ser cómoda.
Maya volvió al lado del mutilado y dejó el abrigo en su regazo:
-Gracias…-Contesto el chico agradecido por la hospitalidad de la castaña.
La chica se limitó a sonreír dulcemente y volvió a apartar la mirada velozmente. El rubio se encontraba confuso, pero sabía que algo había ocurrido durante su descanso:
-Maya… ¿Qué tal están todos? – Interrogó el joven.
Maya levantó el rostro y, quitándose un mechón de pelo de su ojo esmeralda respondió:
-Están arriba en la cafetería – Respondió la joven enmarcando una sonrisa torcida.
‘’Había dado en el blanco’’, pensó el lisiado, por lo que se propuso continuar:
-¿Y mi hermana? ¿Qué tal esta Ley? – Volvió a cuestionar M.A con los ojos entrecerrados mientras acariciaba la gruesa piel del abrigo.
En ese momento el rostro Maya cambió misteriosamente. Entreabrió los labios para intentar emitir algún sonido, pero los volvió a cerrar y con ellos, los ojos también. Con expresión meditabunda, dijo:
-Ley ha…Ley se ha ido M.A.  Después de rescatarla de las zarpas de aquel engendro comenzó a reflexionar y llegó a la conclusión de que solo era una carga para ti. La intentamos persuadir de todas las formas posibles y por haber, pero nos ignoró y simplemente…se fue…-Explicó la castaña con voz melancólica y quebradiza.
El rubio se desmoronó en aquel momento. No podía creerlo. La persona por la que lo había dado todo, por la que había luchado tanto, en la que tanto había creído se había esfumado.  Estaba solo, ya no le quedaba ningún motivo por el que seguir luchando o adelante.  Era imposible de imaginar como en tan poco espacio de tiempo había perdido tanto. La muerte se cernía sobre su pecho, la sentía, percibía la presión sobre su corazón:
-Vete, por favor…-Dijo el rubio con una voz tétrica y lastimera. Era la primera vez que la castaña veía al muchacho tan desvalido.
-M.A, tranquilo, yo estaré aquí contigo, no te pre…-
El muchacho, voz en grito, y con una ira contenible clamó:
-¡Vete de una puta vez! ¡No quiero verte! ¡No quiero ver a nadie!
Las palabras del iracundo muchacho se clavaron en el corazón de la chica y esta, cabizbaja, salió de la habitación a paso ligero mientras unas cálidas lágrimas recorrían los surcos de sus mejillas…

#M.A.

JOSE SOSA SERÁ M.A.

Primer actor confirmado del largometraje basado en NH,el actor Jose Sosa interpretará a el clasico personaje de NH M.A.
Primero que nada quería daros las gracias a los fans por sus comentarios y apoyo a este pequeño proyecto,y deciros que se irán contestando todas vuestras dudas pero poco a poco,ya que aún el guion sigue inacabado y algunos actores sin confirmar,como algunos personajes,pero prometo ir desvelandolo poco a poco.
Lo siguiente que os cuento es que no será un corto sino un largo,ya que hay mucho que contar y es preferible que sea un largo para intentar contar lo maximo posible,seguire informando.


sábado, 20 de julio de 2013

NUESTRA HISTORIA: JUEGO DE LA SUPERVIVENCIA

Nuestra Historia: Juego de la Supervivencia
Capítulo final de Nuestra Historia: Juego de la Supervivencia
Capítulo 13: La última aventura


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Parte 1: Sentimientos Ocultos
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



12 de Junio del 2012
7:00 de la mañana

El grupo había llegado hacía rato a una casa para descansar, el grupo estaba agotado por no dormir y por los golpes y cortes que habían sufrido. En el interior de la casa, Ashley y Débora dormían juntas en una habitación, Emi aun terminaba de tratar las heridas de Morís en el salón y Nick y Nicole rebuscaban desde hace rato en el sótano de la casa algo que les pudiera servir.

—Oye Nicole, no encontré nada de utilidad... —Dijo con un suspiro

—Yo tampoco encontré gran cosa, pero... mira lo que encontré

El hombre se giró y vio a Nicole sujetando una caja de cartón con unas botellas.

—Vaya, vaya. Parece que nos tocó el premio gordo, dime, ¿tú bebes para olvidar? —Dijo Nick acercándose a ella y agarrando una de las botellas

—No soy bebedora, tal vez un poco de vez en cuando. Pero no me va el mundo de beber bebidas alcohólicas —Contestó esta sonriendo

—Bueno, dejamelas a mi, yo les daré un mejor uso —Le respondió Nick poniendo la botella de nuevo en el interior de la caja.

—Chicos, ya me ocupé de Morís

Nicole y Nick miraron hacia la entrada y vieron a Emi asomada a la puerta

—Gracias Emi por tus cuidados —Le respondió Nicole desde el fondo de la escalera que unía la estancia con la puerta de entrada

—Solo hay una mala noticia... —Dijo Emi con un suspiro mientras empezaba a bajar por la escalera de madera.

—¿De que se trata? —Preguntó Nick detrás de Nicole

—Pues resulta que las medici..

Fue entonces cuando al pisar un peldaño de la escalera esta crujió con un fuerte sonido. Emi sobresaltada por el sonido gritó y retrocedió varios peldaños.

—¿El peldaño no aguantó tu peso? Emi, creo que deberías plantearte ponerte a régimen y adelgazar unos kilitos —Finalizó Nick entre risas

Pero las risas de Nick no dudaron mucho, ya que estas se vieron cortadas de golpe por un codazo de Nicole en el estómago del bromista.

—No le hagas caso a este payaso Emi, estás delgada, solo lo dijo de broma. Las escaleras están en mal estado y por eso crujieron —Dijo Nicole a la asiática al ver la mirada de esta

Nick miró a Emi, quien ya desde la entrada le lanzaba una mirada de advertencia. Este agachó la cabeza y se disculpó con ella.

—¿Qué nos tenías que contar? —Preguntó la rubia

—Am ,si. Ya os traté a todos las heridas y las medicinas me temo que se agotaron. Luego, estuve leyendo los documentos esos de la comisaría y estoy prácticamente segura que la Maya de la que nos habló Ashley es la misma que va con esos otros supervivientes que vigila Esgrip. Bueno, ya finalizada mi labor me voy a dormir que estoy agotada. Dormiré en la habitación que hay al lado de Morís por si necesitáis algo.

—Tal vez tendríamos que decirle a Ashley lo de esa Maya, en los informes vienen algunas fotos de cada superviviente, supongo que si le enseñamos la foto tal vez la reconozca. Bueno, gracias por todo y descansa —Respondió Nicole con una amplia sonrisa

Emi se fue y Nick y Nicole volvieron a quedar a solas en el sótano.

Bufff.. hoy hace calorcito ¿verdad Nicole? —Dijo Nick mientras se secaba con la mano las gotas de sudor que comenzaban a aparecer en su frente.

—Si. Odio el calor,ojalá pudiera salir de este infierno e ir a la playa —Respondió esta con un suspiro

—Mmmm seguro que no estás nada mal con un bikini rubita —Dijo Nick con mirando a Nicole de pies a cabeza

—No te hagas ilusiones guapo. —Le contestó esta guiñándole el ojo

Nicole cargando con la caja de botellas comenzó a subir por la escalera y detrás de ella Nick. A mitad de escalera Nicole apoyó mal el pie y perdiendo el equilibrio esta gritó y cayó hacia atrás al tiempo que la caja con las botellas.

—¡Nicole! —Gritó Nick

Pero este sin poder hacer nada se vio arrastrado por Nicole de nuevo al fondo del la escalera. Un gran jaleo se armó cuando las botellas reventaron en el suelo, pero nadie en el interior de la casa pareció haberse enterado del ruido de las botellas rompiéndose ya que todos estaban acotados. Nick quien había caído de espaldas se quejó un poco del dolor que le provocó el golpe. Pero para la sorpresa de este, Nicole había aterrizado encima de él y este se encontraba abrazando a la rubia. Esta levantó la cabeza y miró a Nick.

—¿¡Nick estás bien!? —Dijo la chica preocupada

—La verdad es que no estoy nada mal, aquí tirado en el suelo, abrazado a una chica guapa que cayó en mis brazos, a solas. La verdad es que no tengo de que quejarme, podría acostumbrarme a esta situación jajajaja

Nicole miró a Nick, esta se había quedado mirando fijamente a los ojos de su compañero, a una escasa distancia entre el rostro de ambos. Nicole, en silencio asimilaba las palabras de Nick. Fue entonces cuando esta se dio cuenta de que había arrastrado consigo a Nick y este había aterrizado de espaldas, mientras ella había aterrizado encima de él, quien estaba abrazándola. Nicole al darse cuenta de la situación se liberó de los musculosos brazos de Nick y se levantó. Nick se quedó tumbado en el suelo mirando a la rubia en pie ofreciéndole la mano. Este agarró la mano de su compañera y cuando se estaba poniendo en pie, Nicole le soltó, haciendo que este volviera a caer de espaldas al suelo.

—¿¡Oye a que vino eso!? —Dijo Nick un tanto molesto

Nicole se giró y comenzó a andar hacia las escaleras. Nick se puso en pie mirando extrañado a la rubia.

—Sabes Nick, no soy una mujer fácil. La próxima vez que me pongas las manos en cima te las corto ¿entendido? —Le respondió esta a la vez que se giraba para mirarlo

Nicole vio la expresión de Nick, quien pareció haberse tomado la amenaza en serio. Nicole miraba muy seria a Nick y este agachó la cabeza.

—Yo... lo siento, creo que me tomé demasiadas confianzas. Tranquila no volveré a ponerte las manos encima, no quería incomodarte...

Nick le respondió arrepentido mientras la miraba a los ojos y metía las manos en los bolsillos de su pantalón. Nick y Nicole se quedaron en silencio, mirándose. El rostro de la chica estaba muy serio, pero este se deformó cuando Nicole no pudo evitar reírse a carcajadas. Nick no entendía el brusco cambio de Nicole y la miró perplejo sin entender de que se reía. Nicole dejó de reír y volvió a mirar a Nick con una sonrisa en el rostro.

—Si vieras que cara has puesto Nick. ¿Realmente te has creído mi amenaza? Jajajaja te lo decía en broma tonto, pero la próxima vez ten mas cuidado en la forma en la que me agarras ¿de acuerdo?

Nicole se burló de Nick sacándole la lengua y este la miró algo sorprendido sin decir nada. La rubia se giró y comenzó a subir la escalera con una sonrisa dibujada en el rostro.

—¿Una broma?, joder, por la cara que puso cualquiera diría que lo dijo en broma...

Nick miró a la rubia ascender de la escalera con una media sonrisa dibujada, cuando esta se fue Nick con la mirada comenzó a mirar todas las botellas rotas en el suelo. Por suerte, Nick vio una que había conseguido sobrevivir, en el interior de la caja quedaba una intacta. Este la cogió y subió la escalera con ella en mano.

Nick y Nicole estaban en el salón, sentados en un sillón y charlando sobre su futuro una vez salieran de Stone City, como eran sus vidas antes de que todo esto de los zombies pasara, la gente que habían perdido, etc...

—Estoy hasta los huevos de todo esto. Solo quiero largarme ya de aquí y empezar una nueva vida —Comentó Nick tomándose de un golpe el contenido alcohólico de el pequeño vaso que sujetaba con una mano.

—¿Una nueva vida?, eso estaría bien... pero, ¿podriamos hacer una nueva vida después de todo esto? —Preguntó Nicole mirando a Nick

Nick ya iba por el cuarto trago y Nicole no había llegado a probar la bebida, no le gustaba beber y prefería hablar con Nick y vigilar que no se pasara bebiendo.

—Si, ¿por qué no? Y si no se puede hay que intentarlo, pero lo que no podemos es seguir preocupándonos por esto una vez que salgamos de la ciudad.

Nicole miró a Nick y esta le respondió a la mirada, ninguno dijo nada por unos momentos. Nick le dio un vaso lleno a Nicole y esta tras pensárselo unos momentos lo agarró y se tomó todo de un solo trago. Nick sonrió y entonces Nicole puso de golpe el vaso en la mesa y sin pensárselo dos veces le quitó a Nick la botella y bebió directamente de ella echando varios tragos.

—¡Ten cuidado Nicole no vayas a bebértelo todo que te vas a emborrachar! —Le advirtió Nick

Nicole puso de golpe la botella en la mesa y Nick miró sorprendido a Nicole por haber tomado de aquella manera sin importar pasarse bebiendo. Además de que ella decía que no era bebedora, pero en ese momento le había dado bien a la botella.

—Tienes razón, hay que hacer una nueva vida como sea una vez salgamos de aquí e intentar no recordar las cosas tan terribles que hemos vivido aquí... —Dijo Nicole mirando al suelo

Por la mente de Nicole comenzaron a pasar un montón de cosas, como las mañanas en las que se despertaba en su casa, cuando Morís iba a su casa a recogerla para ir juntos al trabajo en el coche de policía, los paseos que daba con Emi por las calles, el día en que ella y Morís ayudaron a Tom y a la otra chica en el parque de unos perros zombies, el accidente de coche, la muerte de Alan a manos de la criatura que iba de negro, el cadáver de Tom en el hospital, el encuentro con Débora, Nick, Liam y Carley, el encuentro con Michaela en los laboratorios del ayuntamiento, la huida de la horda de los muertos vivientes, la aventura con Nick en la discoteca, el encuentro con Ashley, la explosión de los dos misiles, la muerte de Carley...
Un montón de recuerdos comenzaron a nublar de golpe su mente y esta no pudo evitar derramar unas lágrimas casi sin darse cuenta. Nick agarró las manos de Nicole y esta le miró aun con las lágrimas recorriendo su rostro. Nick sonrió y con las manos le secó cuidadosamente las lágrimas.

—Tranquila, todo acabará, es cuestión de unas horas ¿ok?, una vez encontremos ese helicóptero abandonaremos la ciudad y todos empezaremos una nueva vida.

Nick y Nicole se miraron durante unos momentos en silencio y sin previo aviso estos se besaron apasionadamente mientras se abrazaban. Nicole se quitó la camiseta, quedándose solo con un sujetador negro que realzaba sus pechos y acto seguido se quitó el coletero dejando libre su dorada melena, Nick al ver así a Nicole se quitó la camiseta dejando al descubierto su musculado torso. Ambos se pusieron en pie y sin dejar de besarse Nick arrinconó a Nicole contra la pared mientras le besaba en el cuello apasionadamente y esta se abrazaba a él.

—Espera, aquí no... —Dijo Nicole con una risa nerviosa

—Está bien —Le contestó este con una sonrisa

Nick agarró a Nicole de los muslos y la levantó, esta pasó sus brazos por detrás del cuello de Nick y cruzó las piernas sujetándose a la cintura de este. Sin dejar ambos de besarse, Nick, cargando con Nicole se metió en una habitación abierta, alejada de las habitaciones donde el resto dormía y cerró la puerta con un ligero golpe con el talón del pie.


11:30 de la mañana.

Emi se levantó frotándose los ojos, atabiada con una camisa de tirantes y unos pantalones cortos que encontró en el armario de su habitación. La sofocada Emi se dirigió al salón pensando que encontraría a Nicole o Nick acostado en el sillón. La asiática vio los dos vasos y la botella de alcohol a la mitad. Parece que estuvieron algo animados bebiendo para ahogar las penas, pensó Emi poniéndole el tapón a la botella.

—Joder, que puta calor... —Dijo una voz detrás de Emi

Morís, con el torso al descubierto llegó al salón mientras se secaba el sudor de la frente con la mano. Emi sonrió y le dio los buenos días, a los que este respondió con la misma contestación. Morís se sentó y abrió la botella.

—¿No me digas que te vas a poner a beber a estas horas?

—¿Y que hay de malo?

Morís vio entonces en el suelo, bajo la mesa la camisetas de Nicole y Nick y Emi quien estaba al lado del sillón, se percató del coletero de Nicole a un lado del sillón.

—¿Qué hace esto aquí? —Preguntó Morís

El hombre dejó la botella en la mesa y agarró las camisetas y Emi el coletero. Ambos se miraron unos momentos frunciendo el ceño y dirigieron las miradas a la habitación mas cercana y se encaminaron allí sujetando Morís las camisetas y Emi el coletero. Emi abrió sigilosamente la puerta y tanto ella como Morís asomaron ligeramente la cabeza para contemplar el interior de la estancia. En la habitación, practicamente a oscuras menos por unos rayos de sol que entraban por una persiana a medio cerrar, iluminaba ligeramente el lugar. Piezas de ropa se distribuían por el suelo y al fondo una cama de matrimonio en la que se apreciaba ligeramente la figura de Nicole de espaldas a la puerta, tapada hasta los hombros con una fina sábana y abrazada al torso descubierto de Nick.

Emi y Morís dejaron de mirar y cerraron la puerta silenciosamente.

—Que suerte tiene Nicole —Dijo Emi con un suspiro

—¿Suerte?, ¿a que te refieres? —Preguntó Morís arqueando la ceja derecha

—Pues de acostarse con Nick, el tío guapo y musculoso del grupo

—¿El guapo y musculoso?... —Preguntó Morís cruzándose de brazos

—Em, no te ofendas, estás musculoso pero es que la diferencia de edad entre tú y él se nota... Además, si por algo destacan los hombres negros es por su habilidad en la cama, eso es por el tamaño de su pe...

—¡Bueno días! —Cortó un saludo la frase de Emi

Morís miraba sorprendido a Emi. Sabía perfectamente que iba a decir y ella lo decía como quien habla del tiempo o de cualquier otro tema mas normal y común.

—Buenos días Ashley —Respondió Emi con una sonrisa

Morís, aun sorprendido por lo que le estaba diciendo Emi sobre tamaños, tardó unos momentos en contestar a la joven.

—Em... si, buenos días a ti también Ashley

—¿Visteis a Nicole o Nick?

—Em no, estarán aun acostados —Contestó Emi

—¿Esa no son sus camisetas?

—Si, es que ... Nicole se acostó conmigo por que no había camas suficientes y Nick está dormido en la habitación esta —Respondió Emi

—Si, es que Nick se dejó la camiseta en el salón y la camiseta de Nicole la tiene Morís por que se la di por que... me gusta y me la quería probar para ver que tal me queda —Respondió Emi como escusa para que no sospechara nada y descubriera que ambos habían tenido una noche agitada juntos.

Morís le entregó a Emi las camisetas

—Bueno, me voy a dar una ducha fría que la necesito —Dijo Morís encaminado a uno de los dos baños de la casa

Ashley, quien durmió vestida con lo que traía, se sentó en el sillón y Emi a su lado tras dejar encima de la mesa las dos camisetas y el coletero. Ambas se quedaron hablando sobre como habían dormido y el calor que hacía. Pero el estómago de Ashley cortó la conversación con un sonoro quejido.

—Parece que tienes hambre —Dijo Emi con una sonrisa

Ashley asintió con la cabeza y Emi se puso en pie y después Ashley.

—¡¡¡Joder, que calor, odio estas malditas olas de calor que tenemos por estas fechas, odio el verano, odio el calor, odio toda esta mierda!!! —Débora interrumpió en el salón despeinada y ataviada con una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos.

—¡Buenos días! —Saludaron Emi y Ashley

Débora solo hizo un débil gesto con la mano

—¿Qué te ocurre?, ¿has dormido mal? —Preguntó Emi sorprendida

—¿Acaso no lo dejé claro? —Contestó Débora algo borde

Emi prefirió no contestar, al fin y al cabo, ella tampoco había podido dormir muy bien por el calor.

—¿A donde vas? —Preguntó la rubia

—A la ducha para quitarme el sudor de encima y relajarme un poco. El calor me pone de mal humor y no pasé muy buena noche que digamos...

—Ves al baño de la derecha, en la izquierda está Morís —Le dijo Emi

Débora asintió con la cabeza y con un pesado suspiro abandonó la estancia para ir a por su ansiada ducha fría.

—Anda, ayúdame a buscar algo para hacer un desayuno para todos, a ver que encontramos en la cocina —Dijo Emi dirigiéndose a la cocina con Ashley.

Al rato, Emi y Ahsley estaban terminando de preparar el desayuno con lo que encontraron en la casa.

—Sigue preparando el desayuno, ahora vuelvo Ashley

—De acuerdo

Emi salió de la cocina y se dirigió al salón. Pensó el doblar las camisetas y dejarlas en la puerta de la habitación donde Nicole y Nick dormían.

—Emi... —Susurró un voz

Esta se giró y vio a Nicole asomando la cabeza por la puerta. Emi echó un rápido vistazo a la cocina para ver si Ashley seguía con el desayuno y después fue hacia la puerta de la habitación donde se asomaba Nicole.

—Vaya, vaya, parece que tuvistes una noche movidita em Nicole —Le dijo Emi con una sonrisa

—Bueno... si, se podría decir que si... —Contestó esta con una sonrisa algo nerviosa

—Bueno, dime

—Oye, ¿me puedes pasar el coletero y las dos camisetas?

Emi asintió con la cabeza y le entregó a Nicole lo que esta le pidió

—Gracias, ahora salimos

—Ok.

Al rato, Morís, Débora, Emi y Ashley, ya aseados, vestidos y desayunados, esperaban a que Nicole y Nick salieran de las duchas.

—Bueno, hoy tenemos que llegar al helipuerto y abandonar de una vez por todas la maldita ciudad ¿no? —Preguntó Débora

—Si. Saldremos una vez que Nicole y Nick desayunen. Estas son nuestras últimas horas en la ciudad —Contestó Morís

—¿Qué haréis una vez os vayáis de aquí? —Preguntó Ashely

Nicole y Nick aparecieron entonces en el salón.

—¿Ya habéis desayunado?, que rápidos —Dijo Nick

—Si, es que mientras otros prefieren levantarse tarde por que en la cama se está muy pero que muy agusto, otros nos levantamos, aseamos, desayunamos y muchas otras cosas —Dijo Emi sonriendo y dirigiéndole una mirada confidencial a él y a Nicole.

Estos se dieron cuenta a que se refería esta y miraron hacia otra dirección.

—Bueno, nos vamos a desayunar —Contestó Nick

—Bueno. A lo que preguntabas, yo una vez salga de aquí, voy a casa de una amiga y viviré un tiempo con ella hasta que consiga donde vivir. A ella no le importa darme una habitación, siempre me dice que no hay problema si me quería quedar un tiempo con ella. También iré con mis amigas a la playa, de compras, a la discoteca, me liaré con un tío que esté cuadrado y tendré un rollo de una noche con él y me iré de botellón. Solo quiero pasarlo bien, lo suficiente como para olvidar todo lo que viví aquí.... —Dijo Débora con una sonrisa mientras miraba al suelo.
A medida que fue explicando lo que haría una vez fuera de la ciudad, su voz iba apagándose cada vez mas hasta que terminó de hablar con un largo silencio en el que nadie dijo nada.

Emi, Morís y Ashley, acompañaban a Débora en su silencio, entendiendo que lo que ella quería conseguir era llenar su cabeza de momentos alegres, una vez saliera de la ciudad y así olvidar lo ocurrido en Stone City para que lo que vivió aquí no le atormentara en un futuro y así pudiera empezar un vida normal.

—Yo una vez salga de aquí visitaré a mi hermano y me iré con él de vacaciones a España. Siempre por estas fecha suele irse allí de vacaciones, además, ya no soy policía, por lo que viviré un tiempo tranquilo, retirado de todo trabajo, disfrutando de las vacaciones y aprendiendo a pescar jajajaja, me merezco unas buenas vacaciones después de todo esto. Mi hermano siempre se ponía muy pesado con eso de ir con él de vacaciones y enseñarme a pescar, siempre quiso que pescáramos juntos, pero nunca lo hicimos, yo siempre estaba ocupado con el trabajo o prefería hacer otras cosas, por lo que nunca le di ese gusto... Pero cuando vuelva con él, le diré que me enseñe y pescaremos en España peces bien grandes, después de todo esto, pienso que podría haber muerto aquí y no volver a verle, por so creo que voy a valorar mas a mi hermano y pasaré las vacaciones con él en España —Dijo Morís rompiendo el silencio

—¿Y tú que harás Emi? —Preguntó Ashley

—Volveré a Japón y pasaré allí el verano. No veo a mis padres ni a mi hermano desde hace año y medio y los echo de menos... Además me vendrá bien volver al lugar en el que nací y rodearme de mis seres queridos, eso me ayudara a olvidar todo esto...

Nicole y Nick volvieron al salón ya desayunados y listos para partir.

—¿Nos vamos? —Preguntó Nicole

—Espera un momento, Nicole, estábamos hablando sobre que haremos una vez que salgamos de Stone City —Dijo Emi

—Ya, os estábamos escuchando —Contestó la rubia sonriendo

—¿Y bien? —Insistió Emi

El resto miraba a Nicole quien parecía ser la primera en hablar.

—Pues la verdad es que no lo se exactamente... Quiero decir, saldré e intentaré hacer una vida normal. No tengo a nadie que me espere fuera de Stone City, por lo que me compraré o alquilaré un apartamento en algún sitio muy lejos de esto, disfrutaré del verano como mejor pueda, buscaré un trabajo e intentaré recrear la vida que tenía en Stone City antes de que todo esto pasara y tal vez comparta mi vida con alguien... —Dijo Nicole lanzando una rápida y disimulada mirada a Nick.

—Yo ni idea de que haré, lo que si se es que nadie me espera fuera de Stone City, por ahora lo que si se es que buscaré a una hermosa chica que quiera compartir su vida conmigo. Eso será suficiente para mi, vivir tranquilamente en una casa sencilla con alguna chica guapa que me quiera, pasar tiempo con ella y entregarme a ella en cuerpo y alma, buscar un trabajo y quien sabe que mas haré. No pido gran cosa, con eso intentaré llevar una nueva vida —Respondió Nick devolviendo a Nicole una mirada igual a la que ella le lanzó.

—Veo que todos tenéis algo que hacer, me alegro por vosotros —Dijo Ashley en voz baja y sonriendo

—¿Y tú Ashley? —Preguntó Débora

—No se, no tengo a donde ir ni nadie que me esté esperando... —Dijo esta tristemente pero sin dejar de sonreír

—Eso tiene una fácil solución —Dijo Nicole

Todos la miraron.

—Es muy fácil, yo no tengo a quien me espere ni tú tampoco y no tengo pensado en salir de América como Emi o Morís, ¿por qué no te vienes conmigo y vivimos juntas? —Le propuso Nicole con una amplia sonrisa

—¿Realmente quieres hacerte cargo de mi?, ¿por que harías eso? —Preguntó Ashley dudosa

—Sencillo, no me vendrá mal algo de compañía femenina y como ni tú ni yo tenemos quien nos espere ¿por que no?, estoy dispuesta a ocuparme de ti e intentar darte la vida que no has tenido en estos años

—Además si te vas con Nicole nos seguiremos viendo Ashley. Yo tampoco me voy de América, estaré aquí y como tampoco tengo a nadie que me espere, tendré mucho tiempo libre para estar con las dos —Dijo Nick sonriendo

—¿¡Enserio!?, ¡muchas gracias Nicole! —Gritó Ashely emocionada

La joven se levantó y fue corriendo hacia Nicole. Ambas se abrazaron mientras el resto miraba la escena contentos de que Ashley ya tuviera a donde ir y con quien estar una vez saliera del infierno de Stone City.

—Bueno nenes y nenas, ya está todo hablado, pero para hacer lo que tenemos planeado antes tenemos que abandonar la ciudad. Será mejor que nos vayamos ya —Dijo Débora levantándose del sitio

El grupo ya había cogido sus cosas y se marchó de la casa en dirección al helipuerto.




---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Parte 2: Problemas...
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------



12:30 de la mañana

El grupo no estaba ya muy lejos al helipuerto y por suerte no se habían topado con zombies, lo cual era bastante raro, todo estaba desierto...

—Esperad —Dijo Nicole

El grupo se paró y vieron desde hace tiempo al primer zombie desde que abandonaron la casa.

—¿Qué ocurre Nicole?, solo es un zombie, lo matamos y ya está —Propuso Débora sacando la pistola

—No, aquí pasa algo raro —Respondió la rubia

—¿Algo?, ¿a que te refieres? —Preguntó Débora

El grupo se quedó esperando a que Nicole respondiera, pero esta parecía estar examinando detalladamente los edificios, algo le llamó la atención. Fue entonces cuando un punto rojo apareció en el pecho de Nicole. Esta se percató al igual que el resto de esa pequeña luz, Nicole elevó la mirada y a lo lejos, en una ventana de un edificio que tenían delante, la figura de una persona sujetando un arma pudieron apreciar.

—¡A cubierto! —gritó Nicole al tiempo que se lanzó al suelo
En ese instante se escuchó un disparo fallido, pues no acertó en el pecho de la rubia. Todos se cubrieron detrás de algunos coches que había por la zona, con las armas desenfundadas.

—¡No dispares, somos humanos! —Gritó Débora

—¿Crees que no se dio cuenta de que somos gente normal? —Le respondió Nicole

—¿¡Quieres decir que nos quiere matar a pesar de que no somos monstruos? ¿Por qué demonios haría eso!?

—Ni idea, pero no voy a preguntárselo ni esperaré a que nos lo diga —Dijo Nicole preparando el rifle francotirado que llevaba a la espalda

Nicole se asomó por encima del coche y le apuntó a la cabeza.

—Tragate esto cabrón —Susurró Nicole

Está apretó el gatillo, pero aquella persona se retiró rápidamente de la ventana y el tiro falló. Nicole maldijo por lo bajo y cuando fue a apuntar de nuevo, un disparo mató al zombie que caminaba lentamente hacia ellos. Pero no fue aquel francotirador, el disparo vino de un callejón que había a la derecha de Nicole. La rubia dirigió la mirada al callejón y unos soldados armados salieron al encuentro. Uno de ellos abrió fuego con su ametralladora G36. Nicole volvió a ocultarse por los disparos y algunos miembros de su grupo devolvían el fuego. Se trataba de un grupo de 5 soldados bien equipados con cascos, chalecos anti balas y una ametralladora G36. El grupo de supervivientes devolvían el fuego sin resultados. Los soldados estaban ocultos y además con aquel equipamiento era difícil matarlos de un tiro y aquel francotirador no hacía las cosas fáciles.

—¡Nicole! —La voz de Nick alarmó a la rubia

Esta se encontraba algo alejada del resto del grupo, oculta tras otro coche con Débora. La rubia se dio cuenta que detrás de ellos otro grupo de cinco soldados apareció apuntándoles. Ya no había donde ocultarse, estaban rodeados por delante y por detrás.

—¡Soltad las armas! —Gritó uno de los soldados

Los supervivientes obedecieron, no podían hacer nada sin que los acribillaran a tiros antes de poder hacer algún movimiento. Todos dejaron las armas en el suelo y levantaron las manos. Los cinco soldados que tenían detrás se acercaron y los agarraron inmovilizándolos.

Nicole y el resto vio como el soldado que habló antes se acercó a Ashley y la agarró con fuerza del cuello.
—Nos has dado muchos problemas a Esgrip maldita mocosa

—¡Sueltala maldito cabrón, la habéis hecho sufrir durante mucho tiempo, si quieres arreglar algo arréglalo conmigo, pero a ella suéltala! —Gritaba Nicole mientras forcejeaba con el soldado que la sujetaba

—Jajajaja, tranquila, ya me ocuparé de ti en otro momento

—¡Sueltame, que me sueltes de una jodida vez! —Gritaba la rubia intentando liberarse

—Deja a esa zorra inconsciente —Dijo fríamente el soldado

Entonces lo último que Nicole pudo ver fue la culata de la G36 de un soldado golpeándola y lo último que escuchó fueron los gritos de sus compañeros llamándola y maldiciendo a los soldados.

12:50 de la mañana

Nicole despertó en una silla, atada, junto a ella el resto de sus compañeros, menos Ashley.

—¡Nicole!, ¿¡estás bien!? —Dijo Nick

Este se encontraba al lado de ella, también atado y sentado a una silla. Todos estaban situados en una linea recta, sentados y atados a una vieja silla de madera.

—Bien, veo que estás despierta Nicole —Dijo el soldado

Este se quitó la máscara que llevaba, mostrando el rostro de un hombre de unos 40 años.

—¿De que me conoces? —Dijo Nicole

—Michaela, ella me habló de vuestro encuentro. Es compañera mía y mi superior. Déjame presentarme, me llamo Marcos, soy miembro de los Silver Wolfs, un equipo militar muy reconocido de Esgrip y de la que Michaela es líder. Estoy aquí en busca de Ashley, desde que todo esto ocurrió, Ashley volvió a dejarse ver, supongo que pensaría que ya Esgrip no la buscaría con todo lo ocurrido en la ciudad. Pero como se dejó ver se formó una serie de equipos para matar a supervivientes, encontrar a Ashely y eliminar todas las pruebas que hay de Esgrip en los diferentes laboratorios que hay por la ciudad.

—¿¡ Dónde está Ashely!?

—Ahora está bien, con nuestros soldados —Le respondió Marcos con una media sonrisa
—Señor, ¿que hacemos con ellos? —Preguntó uno de los soldados que le acompañaban

Marcos miró a las chicas y al rato sonrió.

—¿Qué tal si nos divertimos con ellas? —Dijo Marcos

—Claro señor, seguro que a los demás le gustaran desahogarse un rato jajajaja

Aquel solado junto a otros dos mas desataron a Emi, Nicole y Débora y las condujeron a una habitación. Emi y Débora no paraban de gritar y forcejear, pero Nicole iba calmada, pensando en alguna forma de escapar de aquello

—¿¡Qué les vas hacer cabrón!? —Gritó Morís furioso

—Nada importante jajajaja, mis hombres se merecen un premio de vez en cuando ¿sabes?

—¡Si se os ocurre ponerle la mano encima a alguna de las tres os mato! —Gritó Nick

—¿Acaso es malo darles a ellas el último placer antes de morir? —Respondió Marcos

—¡Maldito cabrón, si estuviera libre te mataría con mis propias manos! —Amenazó Nick

Marcos se acercó lentamente a Nick y le propinó un fuerte puñetazo en un lateral de la cara

—Tienes la lengua muy larga, me da de que tendré que cortártela jajajaja

Mientras tanto en la habitación, los soldados ordenaron a las chicas que se desnudaran, pero estas se resistían. Pero fue entonces cuando uno de los soldados terminó de hartarse y cogió a Emi del pelo para desnudarla él mismo. Emi gritó y a Débora otro la cogió por detrás cuando vio que esta intentó ayudar a su amiga. Aquel soldado colocó en el cuello de Débora un afilado cuchillo y amenazó con rajarle el cuello si intentaba algo. Emi comenzó a llorar cuando sintió que las manos de aquel hombre intentaban quitarle los pantalones.

—¡Parad! —Gritó Nicole

La rubia estaba también agarrada por un soldado para que no pudiera moverse.

—¡Dejadla a ella!. ¡Yo soy mujer suficiente para vosotros tres!

—Vaya, vaya. La gatita se lanza a ayudar a sus amigas jajajaja —Intervino el soldado que la sujetaba.

—La verdad es que la rubia tiene una buena delantera —Dijo el soldado que sujetaba a Emi por el pelo.

—Y por detrás tampoco está nada mal —Intervino el que sujetaba a Débora

—Hacedme a mi lo que queráis, pero dejad a mis amigas por favor —Suplicó Nicole

—De acuerdo, nosotros las dejamos y te usaremos a ti. Pero no creo que el resto de nuestros compañeros sean tan buenos con vosotras como lo seremos nosotros. Por lo tanto, no te acostumbres a dialogar por que los demás irán directos al grano jajajaja

Emi y Débora se apartaron a un rincón, pidiéndole a Nicole que no lo hiciera, pero esta pareció no escucharlas y se dirigió a ellos con la cabeza en alto y con un rostro hierático. Nicole se quitó la coleta y dejó su melena suelta, movió la cabeza de un lado a otro agitando su dorada cabellera. Nicole se quitó la camisa y la lanzó al suelo, quedándose solo con el sujetador negro que le realzaban los pechos. Esto hizo que los tres soldados clavaran sus miradas en sus ellos y comenzaran a impacientarse, entonces Nicole aun muy seria se dio la vuelta dándole la espalda a aquellos hombres llenos de deseos lujuriosos con la rubia y mirando hacia Emi y Débora, quienes miraban aterrorizadas la escena, entonces Nicole sonrió a sus compañeras y volvió a mirar a los soldados.

—¡Quítate mas ropa guapa!, ¿o prefieres que te la quite yo? —Preguntó uno de los soldados

Nicole le lanzó una mirada amenazante. Fue entonces cuando un cuarto soldado entró en la habitación.

—Chicos, os está llaman... ¡vaya con la rubia! —Dijo aquel tipo acabando la frase con un silbido.

—¿Qué quieres?, ¿no ves que estamos ocupados?, ¡espera tu turno como los demás! —Dijo molesto otro de los soldados

—Claro, pero que a lo que venía. Dicen los chicos que si queréis algo de alcohol vayáis vosotros a por las botellas, ellos están jugando una partida a las cartas mientras esperan su turno.

Entonces el soldado que estaba en la puerta se fue, seguido de otros dos que habían en la sala y dejando solo a uno de sus compañeros encargándose de las chicas.

—Bueno rubita, eres toda para mi jajajaja

El soldado se quitó su equipamiento quedándose solo con unos pantalones militares y una camisa negra. Este se dirigió a Nicole y la amenazó diciéndole al oído que si se portaba mal la rajaría con el cuchillo que llevaba sujeto al pantalón en el interior de su funda. Nicole pensó por un momento en arrebatarle el cuchillo, pero este estaba muy bien sujeto y antes de que pudiera agarrarlo, este le cortaría la garganta. Nicole fue retrocediendo paso a paso hasta que su espalda chocó con la pared.

—Bien, es hora de desabrocharte ese sujetador y ver ese par de cohetes jajajajajaja

El soldado agarró con fuerza a Nicole del brazo y tiró hacia él. Entonces este envolvió con fuerza entre sus brazos y comenzó a besarla desesperadamente en el cuello, la rubia reaccionó poniendo cara de asco, cerrando los ojos y apretando los dientes con fuerza. Nicole miró de reojo a sus compañeras en una esquina, parecían estar buscando algo con la mirada para ayudar a su amiga a librarse de aquel tipo. Pero no había nada y ellas, a diferencia de Nicole, no sabían pelear. El soldado con la mano que tenía libre, se desabrochó la bragueta del pantalón. Entonces Nicole escondió la mano derecha detrás de suya e introdujo los dedos disimuladamente en un bolsillo trasero y comenzó a sacar una pequeña navaja.

Pero entonces la soltó dejándola caer de nuevo al fondo del bolsillo pensando que aquel bruto la habría descubierto, cuando el soldado elevó la mirada para mirarla a los ojos y sonrió al mirarle a los pechos. Por diferentes partes del cuerpo de Nicole habían moratones, rozaduras y cortes superficiales, secuelas de sus muchas y dolorosas aventuras en aquel juego de la supervivencia por el infierno en el que se había transformado Stone City...

—Desnúdate —Le ordenó mostrando una perversa sonrisa

Nicole se desabrochó la bragueta del pantalón lentamente..

—¡Data prisa, no tengo todo el día!, ¿es que quieres que te desnude yo por las malas? —Le gritó amenazante el soldado

—¡Cabrón déjala en paz! —Chilló Emi llorando

El soldado enfurecido se dirigió a Emi y Nicole sacó rápidamente la navaja y la desenfundó. Era pequeña, pero si la clavaba en el lugar indicado sería mortal. El soldado tras acercarse a Emi le soltó un fuerte guantazo que le dejó en la cara la marca de la mano de aquel bruto. Débora se abrazó a Emi intentando consolarla y clavó en el soldado una mirada hostil.

—Putas... —Dijo fríamente con una mirada de desprecio

Entonces volvió a elevar la mano para darle otro guantazo a Débora. Pero se detuvo cuando escuchó a Nicole llamándole. Este se giró y vio a Nicole en el sitio, con el cuerpo ligeramente ladeado y con los pantalones y zapatillas quitadas, luciendo un sujetador y unas bragas negras que animó al soldado a dejar a Débora y Emi y a terminar lo que empezó con Nicole.

—¡Ya era hora, vayamos al grano, estoy harto de esperar!

El soldado comenzó a caminar hacia Nicole mientras se quitaba la camisa. Una vez llegó a Nicole, esta sonrió y rápidamente lanzó una puñalada directamente al cuello del soldado esperando provocarle un golpe mortal. Pero para su sorpresa este le agarró de la muñeca instantes antes de que le apuñalara. El soldado dibujó en su rostro una expresión de enfado y apretó con fuerza la mano de Nicole al tiempo que la retorcía.

—¡¡Nicole!! —Gritaron Emi y Débora

La rubia gritó de dolor al sentir la presión de su muñeca, si continuaba retorciendosela así se la acabaría rompiendo. Nicole cayó de rodillas al suelo sin dejar de gritar del dolor, entonces soltó la navaja y el soldado le golpeó la cara con la rodilla al tiempo que le soltó la muñeca. Nicole cayó al suelo y el soldado le dio una patada a la navaja haciendo que se deslizara lejos de Nicole. El soldado agarró de las piernas a Nicole, pero esta consiguió liberar una de ellas y golpearle en la entrepierna. Aquel hombre cayó de rodillas quejándose del dolor, Nicole se deslizó hacia la navaja y la agarró, pero antes de poder ponerse en pie vio al soldado acercarse a ella con el cuchillo en mano. Nicole trató de levantarse, pero aquel hombre la agarró de la pierna para que no se levantara del suelo y elevó el cuchillo para clavárselo en la pierna.

Nicole gritó y cuando el soldado fue a clavarle en la pierna el cuchillo, Emi se lanzó encima del soldado tapándole los ojos y Débora le agarró la mano donde tenía el cuchillo para quitárselo. Nicole aprovechando la situación se puso en pie, pero nada mas hacerlo se percató de que el soldado se consiguió quitarse de encima a Emi y cuando consiguió quitársela de la espalda, este le propinó un fuerte guantazo haciendo que Emi cayera al suelo. Débora cuando estuvo a punto de quitarle el cuchillo, este la agarró del cuello y le pegó un cabezazo haciendo que al igual que Emi, se desplomara en el suelo.

Nicole no desaprovechó el momento, ya en pie se lanzó velozmente hacia el soldado y cuando este miró hacia ella después de comprobar que dejó a Débora y Emi fuera de juego, vio de lleno el rostro enfurecido de la rubia y acto seguido encontró la muerte. Nicole le clavó hasta el fondo la hoja de la navaja en la garganta y acto seguido y hizo un giro con la muñeca haciendo que la hoja de la navaja cambiara de posición vertical a horizontal para agravar aun mas la puñalada, por último sacó de golpe la hoja ensangrentada de la navaja y el soldado cayó muerto al suelo mientras la sangre no dejaba de salir, formando poco a poco un charco en el suelo.

Emi y Débora se levantaron y se abrazaron a Nicole. Por ahora estaban a salvo, pero tenían que encontrar a Nick, Morís y Ashley antes de abandonar ese sitio, los soldados que se fueron en busca del alcohol con tardarían mucho en volver. Nicole tras vestirse de nuevo, le entregó la navaja a Emi y ella se encargaría de llevar el cuchillo y de ser la que encabezaría a las chicas en busca del resto de sus compañeros.

Las chicas salieron encabezadas por Nicole de aquella sala, sabían donde se encontraban los chicos, no estaban muy lejos, el problema era encontrarse con otros soldados. Mientras, en una sala a parte, Marcos hablaba a solas con alguien por una PDA, una voz femenina le comunicaba a Marcos su ubicación.

—Ya estamos en el interior de la base militar Marc.

—Bien, ¿os supuso algún problema viajar con ese superviviente Zoey?

—¿Con Davis o sea, el sacedog ese?, pues no, mas bien a mi no, en todo caso a Matt. —Dijo Zoey mirando al joven que estaba a su derecha

—¿Ocurrió algo Matt? —Preguntó Marcos arqueando una ceja

—Prefiero que me llames por mi seudónimo Marcos

—De acuerdo Akise. Informa de lo que pasó

—Bueno, es verdad que encontramos a Davis, si no fuera por Zoey ya estaría muerto. Nos encontramos en la biblioteca de Stone City y este averiguó que sus amigos, Allen y Riliane van con ese otro grupo de supervivientes que vigila Esgrip. Se le metió en la cabeza ayudar a sus amigos e ir a buscarlos y decidí ir con él para... fortalecer lazos del pasado y así meterme a Davis en el bolsillo. Tuvimos varios problemas para al final encontrar a Allen y Riliane muertos —Respondió de forma resumida las aventuras que vivió él con Davis.

—Si, al final fui yo quien encontré esos dos cadáveres antes que Akise y el superviviente. Luego conseguimos entrar en la base militar, no llevamos aquí mucho tiempo, pero ya conocimos al resto de supervivientes que iban con él, Kyle y Karen. Y ahora esperamos órdenes. —Dijo Zoey con media sonrisa.


Entonces una puerta se abrió detrás de Marcos y una mujer entró en la estancia a paso firme y se colocó al lado de Marcos.

—Hola, chicos. ¿Qué tal van las cosas?

—Michaela, me alegro de verte —Dijo Zoey sonriendo

—El sentimiento es mutuo. Hablé con los jefazos, al parecer no nos han dado por ahora ninguna misión para vosotros, está habiendo muchos problemas y dicen que mas adelante cuando solucionen todo me lo harán saber para que os lo comunique. Por ahora quedaros allí y no levanteis sospechas.

—¿Y que vais hacer vosotros? —Preguntó Akise

—En el helipuerto tenemos unos helicópteros para salir de aquí con nuestros soldados. Yo y Marcos nos iremos dentro de poco tiempo con el resto. Pensamos en llevarnos a Lucy, pero no sabemos que pasó con ella y ese tal Alberto que robó esa posible cura que crearon los científicos militares y nos traicionó, no aparecen por Stone City, algunos dicen que salió con vida de la ciudad y no se sabe a donde.

—¿Qué planeais hacer vosotros dentro de la base militar? —Preguntó Marcos

—Tenemos a unos agentes de la organización dentro, infiltrado entre los militares, ellos llegado el momento de que Stone City muera por completo, darán con antelación un aviso de que un misil viene hacia el centro de la ciudad y lo arrasará todo. Así, una vez dado el aviso, los militares abrirán el refugio subterráneo y hará que todos los civiles y los soldados que aun quedan en pie entren dentro para salvarse del apocalipsis. —Respondió Zoey

—Pasará un tiempo hasta que el ejército americano os manden desde el exterior helicópteros para sacaros de la ciudad. Una vez esta se destruya por completo, será difícil localizar lo que quede, si es que queda algo del exterior de la base militar en pie. —Contestó Michaela

—Lo sabemos... —Contestó Akise

—Bueno, yo me voy a ir largando chicos, además, Marcos. ¿No tenías que encargarte de esa panda de inútiles que van con Nicole? —Preguntó Michaela cruzándose de brazos

—Oye Michaela, esa Nicole ¿no es esa poli de Stone City con la que te liastes a ostia limpia en los laboratorios? —Preguntó Zoey

—Si, la misma y como ya sabes, es mi hermanastra. Quiero verla por última vez antes de dejarla aquí abandonada hasta que todo vuele por los aires, ya no la necesito, tenemos los informes que cogieron en en la comisaría. Bueno, nos vemos fuera de Stone City chicos —Dijo Michaela antes de salir por la puerta.

—Bueno, os dejo, quedan una hora para que Stone City deje de existir. Ya comunicaremos Michaela y yo con vosotros en unos días. Adiós —Tras despedirse, Marcos apagó la PDA y se la guardó en el pantalón.

Las chicas encontraron a Morís y Nick y los liberaron de sus ataduras. Nicole tras ver el poco tiempo que quedaba para salir de la ciudad tomó una decisión, en un principio no se aceptó a la primera, pero no quedaba demasiado tiempo para salir de allí y llegar al helipuerto. Ella iba en busca de Ashley y los demás tenían que localizar las armas que los soldados les quitaron y si era posible, debido a que la munición casi se les había agotado, robar alguna de las ametralladoras de los soldados.

Nicole corría por los pasillos desarmada completamente, el cuchillo se lo dio a Nick y la navaja a Emi, solo tenía para defenderse su propio cuerpo. El problema de su cuerpo es que no habían pasado ni 12 horas desde la paliza que se dio con Michaela en los laboratorios, desde el golpe que le dio la onda expansiva de los misiles y desde los golpes que sufrió por parte del soldado que intentaba abusar de ella. A pesar de que hace varias horas había podido dormir un poco y Emi se había encargado de tratarle las heridas en dos ocasiones, su cuerpo seguía agotado, dolorido, lleno de moratones y cortes.


Nicole corría por un pasillo buscando con la mirada a Ashley, pero nada mas cruzar por delante de una esquina, una pierna asomó y la rubia, víctima de la zancadilla, cayó al suelo. Esta se giró para ver a su agresor, pero no le dio tiempo ya que nada mas hacerlo tuvo que rodar hacia la izquierda para no recibir un hachazo. Nicole tras esquivar el golpe se puso en pie rápidamente.

—Volvemos a vernos rubita

Michaela miró a Nicole con una amplia sonrisa, mostrando los dientes y apoyando el mango del hacha en el hombro.

—No, tú, otra vez, no... —Dijo Nicole con cierto tono de desesperación

—¿Buscas a Ashley?

—¿Dónde está?

—Pobre e indefensa Nicoleta...

—¿Cómo me has llamado? —Dijo Nicole arqueando una ceja

—Siempre te jodió que te llamara así, por eso lo hacía jajajaja. Mírate, tan agotada, seguro que no puedes defenderte tan bien como de costumbre. Ahora mismo serías una presa fácil para mi. Pero esta vez no te mataré, voy a dejar que mueras junto a la ciudad y tus compañeros, te mostraré donde está Ashley ¿de acuerdo?

Nicole asintió con la cabeza a pesar de saber que podría ser una trampa, pero no había tiempo y aquel sitio estaba lleno de habitaciones. Nicole había llegado a la conclusión que estaban en el nuevo hotel que se construyó no hace mucho en la ciudad. Nicole iba delante de Michaela mientras está, detrás de la rubia y con hacha en mano la iba guiando.

Al rato llegaron a una sala grande, un comedor vigilado por cuatro soldados armados y junto a ellos estaba Ashley sentada en una silla, atada y amordazada.

—¡Ashley! —Gritó Nicole

Esta elevó la cabeza y miró a la rubia al tiempo que sus ojos desbordaban en lágrimas.

—Veo que traes compañía Michaela

Nicole vio a Marcos sentado en un sillón y leyendo una revista de deportes con toda la tranquilidad del mundo.

—Supongo que sabes sobre la historia de Ashley ¿no? —Preguntó Marcos

—Si, me contó lo que hicisteis con ella, Matt y Maya. Lo que vivió allí y como consiguió escapar ella sola. —Respondió Nicole muy seria

—Maya fue liberada y lo último que supe de ella es que está o estaba con un grupo de supervivientes que Esgrip vigila y en cuanto a Matt, al final la organización se salió con la suya, él trabaja para Esgrip, es uno de los mejores soldados de la organización y además es un miembro del grupo que formamos Michaela, yo y otra chica que está ahora con él cumpliendo una misión.

Ashley miraba y escuchaba muy atentamente lo que dijo Marcos sobre aquellas dos personas que vivieron con ella en ese periodo de tiempo que estuvo encerrada allí y de quienes no volvió a saber nada mas cuando consiguió escapar. Le alegraba que Maya estuviera con otra gente, pero le incomodaba que al igual que a ella, Esgrip la estuviera vigilando y le costó creer en un principio que Matt acabara trabajando para la organización que tanto daño le hizo, pero supuso que al chico no le quedó otra y con el tiempo sus moral acabó cediendo a los constantes malos tratos que sufría día a día.

—Entonces si sabes su historia te habrá hablado de las habilidades que cada uno tiene a causa del virus que se les inyectó.

—Si, me dijo algo sobre el tema...

—¿Y sabes cual es su habilidad?

Nicole negó con la cabeza. Fue entonces cuando Marcos se puso en pie y desenfundó una pistola a medida que se acercaba a Ashley.

—¡No!, ¿¡que le vas hacer!?

Nicole intentó ir a detener a Marcos, pero los soldados se lo impidieron apuntándola con sus armas. Entonces Ashley miró a asustada a Marcos cuando este le apuntó a la cabeza por unos momentos con una media sonrisa dibujada. Fue entonces cuando le apuntó a las piernas y le pegó un tiro en cada una. Ashley chilló de dolor como pudo, pero la mordaza no la dejaba gritar todo lo que hubiese querido. Nicole, asustada intentó dar un paso hacia adelante para ayudarla, pero una vez mas, los lasers de las armas le apuntaron.

—Ahora, contempla esta maravilla —Le dijo Marcos

Entonces Nicole miró sorprendida las rodillas sangrantes de Ashley y estas comenzaron a expulsar poco a poco las balas, hasta que estas salieron solas de las rodillas para caer al suelo, acto seguido los orificios de entrada de las balas comenzaban a cerrarse poco a poco. Nicole miró sin poder creerlo aquel acontecimiento, aquello era imposible, lo que estaba viendo no podía estar pasando de verdad y por la cabeza de Nicole pasaron incontables pensamientos a cerca de las habilidades de Maya y Matt, el virus y las pruebas a la que los sometieron a los tres para conseguir esas habilidades tan fascinantes como la regeneración de Ashley.

Nicole miró a la joven y se percató de su rostro, pálido y agotado. Esto le extrañó y recordó que Ashley le dijo la noche anterior que aquellas habilidades tenían un efecto segundario. Entonces se dio cuenta de que Marcos la miraba.

—Impresionante, ¿verdad? Tiene algunos defectos, cada vez que se regenera, su corazón tiende a fallar con mas frecuencia, su cuerpo se acaba debilitando, cuantas mas veces use esta habilidad, mas facilidad tendrá su corazón de fallar, provocándole que su corazón llegue a pararse algún día y provocarle la muerte. Matt, Maya y Ashley, los tres tienen alguna extraordinaria habilidad, los tres han sufrido algún efecto segundario por el virus y los tres tienen algún punto débil. Al fin y al cabo, por mucha habilidad que tengan, no son inmortales. Ashley, al igual que un zombie, se la puede matar de un tiro a la cabeza, pero no a ninguna otra parte del cuerpo.

Nicole no supo que decir, estaba fascinada por lo que vio y al tiempo horrorizada al saber de aquel efecto segundario y de lo que tuvieron quehacer con ella y sus otros dos compañeros para dotarles de semejantes habilidades.

—Y bueno Nicole, se supone que tú y tus amiguitas teníais que estar ocupadas con mis hombres, pero conseguísteis escapar y matasteis a uno de ellos. Por lo tanto ya sabes ese dicho ¿no?, ojo por ojo y diente por... —Marcos quien apuntaba a Nicole, no pudo terminar la frase

—Que ojo por ojo ni ostias —Se apresuró a decir Michaela

—¿Qué te ocurre Michaela?

—No quiero que la mates, eso sería demasiado bueno para ella. Quiero que sufra quedándose en Stone City hasta su destrucción, viendo la muerte de la ciudad, sus amigos y como tras tanto esforzarse para salir de la ciudad, hayan acabado así, sin conseguir escapar.

—De acuerdo. Pero el resto de soldados están buscando a sus amiguitos y estoy seguro que alguno acabará cosido a balazos.

Fue entonces cuando se escuchó de fondo un tiroteo.

—Parece que se está celebrando una fiesta. ¿Qué te parece si nos unimos a ella Marcos? —Propuso Michaela

El resto del grupo estaba en mitad de un gran tiroteo con los soldados, habían conseguido coger algunas ametralladoras de los soldados muertos, ya que sus armas se habían quedado sin munición durante el intesante intercambio de balas.

—¡Tenemos que encontrar a Nicole y a Ashley!

Consiguió comunicar Nick al resto de sus compañeros con un grito, el tiroteo era tan ruidoso que para que Nick pudiera comunicarse con sus compañeros, quienes estaban distribuidos por la estancia tras algo que cubrirse, tenía que decir todo a gritos y estos contestarle de igual forma.

—¡Antes hay que librarse de estos tios! —Respondió Emi sin dejar de disparar con la ametralladoras

—¡Cubridme, voy a salir! —Gritó Nick

—¿¡Qué coño vas a...!?

Sin poder terminar la frase, Morís vio como Nick salía de su escondite detrás de un pilar y corriendo como si no hubiera mañana, se dirigió a la salida al tiempo que soltaba pequeñas ráfagas de balas contra los soldados y se cubría para no recibir ningún disparo, al mismo tiempo sus compañeros le cubrían. Cuando Nick estaba al llegar a la salida de la sala, Marcos entró con pistola en mano a la estancia y apuntando a Nick hizo que este parara su carrera en la búsqueda de las rubias.

—¿A donde crees que vas? —Dijo Marcos con una sonrisa

Fue entonces cuando, tras entrar Marcos, entró Michaela y los soldados con Nicole y Ashley.

—¡Alto el fuego! —Gritó Michaela

Todos, tanto los soldados como los compañeros de Nicole dejaron de disparar y atendieron.

—¡Bien, soldados, retiraos e id a los helicópteros del helipuerto, solo quedan 30 minutos para la destrucción de la ciudad! —Ordenó Michaela

Todos los soldados obedecieron y abandonaron la sala, quedando solo el grupo con Michaela y Marcos. Michaela tras liberar a Nicole, se llevó como rehén a Ashley, apuntándole con la pistola a la cabeza, si alguien intentaba algo dispararía, así lo dejó claro antes de abandonar junto con Marcos la estancia.

—¡Tenemos que ir tras ellos! —Gritó Emi

Nick le dio a Nicole una ametralladora G36 de uno de los soldados muertos que había por el lugar.

—Si, pero también tenemos que conseguir algún helicóptero... Emi, Débora, vosotras id a por un helicóptero, el helipuerto tiene que estar en la parte trasera del hotel, encargaros de conseguirnos uno y que no se los queden todos esos soldados. Necesitamos uno de esos vehículos para salir de aquí. Morís y Nick, venid conmigo, tenemos que recuperar a Ashley —Ordenó Nicole

El grupo obedeció y Emi y Débora, armadas con las ametralladoras salieron por la puerta por la que se fueron los soldados, mientras que Nick, Morís y Nicole siguieron a Michaela y Marcos. Al cabo de un rato, Nicole y los chicos encontraron a Marcos y Michaela junto con dos soldados y Ashley a punto de salir por una puerta.

—¡Alto! —Gritó Morís

Este sujetó la ametralladora y al igual que la rubia y Nick, apuntaron a estos.

—¡Soltad las armas y liberad a la chica! —Gritaba Nicole

La rubia ya con el dedo en el gatillo no dudaría en abrir fuego, pero con el miedo a que usaran a Ashley como escudo.

—¿Te encargas tú? —Le preguntó Michaela a Marcos

—Encantado, tú y los soldados terminad de asegurar los helicópteros. Faltan las dos mujeres esas que van con este trio, estoy seguro que irán a por uno de los helicópteros. —Contestó Marcos

—Está bien, pero date prisa, no voy a esperarte eternamente

Michaela agarró a la amordazada Ashley y abandonó la estancia junto con uno de los soldados, dejando a Marcos y al otro soldado con Nicole y los chicos.

—¿Qué os parece si solucionamos esto limpiamente?, sin armas, al menos que queráis un derrame de sangre y entonces lamenteis otra pérdida y no podáis recuperar a la chica —Propuso Marcos

Este lanzó sus armas al suelo y acto seguido el otro soldado, un tipo alto y muy musculoso, como Marcos, ambos eran el doble de musculosos que Morís y Nick. Nicole hizo lo mismo y los chicos igual. Si alguno era herido de bala, lo mas probable es que muriera y no pudieran escapar de Stone City y Nicole no recuperaría a Ashley.

—Esta bien, empecemos... —Dijo la rubia

Esta se puso en guardia al igual que Marcos y el soldado. Pero entonces sintió en su hombro la mano de Nick.

—Déjanos esto a nosotros, tú vete a por Ashley

—Está bien, que se vaya, ya me ocuparé mas tarde de ella —Dijo Marcos sonriendo

—¿Qué?, necesitáis ayuda, ¿habéis visto como son?, ¿podréis con ellos? —Preguntó Nicole

—No te preocupes, tú ves a por Ashley, puede que no sepamos pelear tan bien como tú, pero sabemos defendernos. Además, estás en un estado lamentable, tu cuerpo ya sufrió mucho y no durarías mucho peleando, estás agotada y por lo tanto eres presa fácil para estos tipos. —Dijo Morís

Nicole se lo pensó unos segundos y sabía que Morís tenía razón, su cuerpo no soportaría muchos mas golpes. Entonces agarró la ametralladora y cruzó la puerta por donde se fueron Michaela y Ashley. Mientras, Morís y Nick se preparaban para una pelea cuerpo a cuerpo con Marcos y el soldado.

Mientras, ya en el helipuerto, Emi y Débora llevaban rato en un tiroteo con los soldados. Tras conseguir asegurar uno de los tres helicópteros, trataban de defenderlo hasta que el resto del grupo regresara y así poder huir de la ciudad todos juntos. Quedaban 20 minutos para el fin y Nicole seguía recorriendo los pasillos en busca de Ashley. Morís y Nick estaban recibiendo de lo lindo en aquella pelea, pero ambos intentaban encajar de vez en cuando golpes en el cuerpo de su contrincante, Nick se enfrentaba a Marcos y Morís al soldado, por mucha resistencia que tuvieran soportando los poderosos puños de sus contrincantes, Morís y Nick no aguantarían mucho.



--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Parte 3: La última escapatoria
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Nicole llegó al helipuerto, allí Emi y Débora habían acabado con la vida de la mayoría de aquellos soldados, pero aun había algunos que prefirieron retirarse para escoltar a Michaela y a Ashley a uno de los dos helicópteros. Los cinco soldados que quedaban entraron en el helicóptero con Michaela y Ashley, desde allí disparaban a Emi, Débora y Nicole, quienes se ocultaron detrás de un muro, ocultándose y devolviéndoles el fuego.


—¿¡Y los chicos!? —Preguntó Débora

Emi se asomó rápidamente y disparó contra los soldados, pero para su sorpresa, no disparó ni una sola bala. Los soldados se percataron y desde el helicóptero que ya estaba suspendido en el aire a pocos metros del suelo esperando a Marcos, se asomaron y dispararon hacia Emi. Pero Débora agarró a tiempo del brazo a la asiática y de un tirón la ocultó detrás del muro.

—Joder, me quedé sin munición... —Dijó Emi molesta

—Yo igual —Contestó Débora

—Débora, que los chicos están luchando contra ese Marcos y un soldado. Como ya habéis visto, Ashley está en ese helicóptero con Michaela y los soldados, por eso tenemos que tener cuidado al disparar, no quiero darle a Ashley... —Dijo Nicole sujetando su ametralladora

—Entiendo, pero ¿por qué la quieren a ella? —Preguntó Débora

—Ya os lo explicaré a su debido tiempo, esto tiene que ver con las habilidades esas que nos explicó al contarnos su historia.

La rubia se asomó por encima del muro, el aire que provocaban las hélices del helicóptero hacían que la dorada melena de Nicole se agitara con fuerza, entonces con los ojos semi cerrados por el aire, distinguió a Ashley en el interior del helicóptero. Los soldados la vieron y entonces dispararon contra ella, pero la rubia se volvió a esconder cuando se percató de que la vieron. Emi miró con preocupación su reloj del pulsera, quedaban 10 minutos para que todo acabara y aun no se sabía nada de los chicos.

—Nick, Morís, ¿donde estáis?... —Susurró Emi preocupada

Entonces la puerta que conectaba el patio con el hotel se abrió de golpe, todas las miradas se dirigieron allí para lograr ver a Marcos, tenía la cara hinchada y llena de moratones. Caminó unos pasos y detrás de él estaba Nick, con una pistola apuntando a la espalda de Marcos, seguido de Nick apareció Morís, su ropa estaba llena de sangre y el soldado que estaba con Marcos no se encontraban con ellos, mientras las chicas aguantaban el ataque de los soldados, Nick y Morís no tuvieron mas remedio que jugar sucio y en un despiste de Marcos y el soldado, ellos les arrebataron las armas, Morís mató al soldado y Nick apuntó a Marcos, no les quedó mas remedio, si no hubieran hecho eso, hubieran perdido el combate.

Michaela se asomó al exterior del helicóptero y ordenó al piloto que descendiera, este obedeció. Una vez en el suelo, Michaela, Ashley y los soldados salieron de dentro del vehículo aéreo. Las chicas salieron detrás del muro y se reunieron con los chicos.


—¿¡Cómo coño te has dejado coger imbécil!? —Gritó Michaela enfadada

—¡Lo siento jefa, pero no fue mi culpa, estos tramposos me apuntaron con una pistola mientras luchábamos!

—¿¡Y por que demonios no les pegastes un tiro y ya está!? ¡mucho músculo y poco cerebro, no eres mas que un estúpido Marcos! —Gritaba Michaela rabiosa

Marcos no dijo nada, solo agachó a cabeza.

—¡Tú, bruja, si tú Michaela!, hagamos un trato ¿te parece? —Dijo Nick

Tanto Nick como Morís presentaban un aspecto lamentable, tenían la cara mas hinchada, la nariz les sangraba y tenían el cuerpo llenos de moratones, su aspecto era peor que el de Marcos, se les notaba agotados y doloridos, pero a pesar de eso, ambos se intentaban mostrar lo mejor posible a los ojos de sus enemigos.

—¿¡Cómo me has dicho negrata!? —Gritó Michaela

Aquella mujer apretaba con fuerza los dientes y las manos y deseaban matar de la forma mas lenta y dolorosa a Nick por decirle bruja, la rabia de Michaela era inmensa, pero consiguió calmarse un momento para preguntar.

—¿Qué trato?

—Marcos por Ashley, nos la intercambiamos y cada uno escapamos en un helicóptero, además, ya no te quedan tanto soldados como para usar los dos —Dijo con una sonrisa Nick

Michaela se quedó en silencio, solo quedaban cinco minutos y por fin asintió

—Está bien, acepto —Dijo con una sonrisa

Michaela hizo entrar a los soldados al helicóptero y le quitó a Ashley la mordaza y las cuerdas, la chica estaba libre de sus ataduras, pero Michaela aun la sujetaba con fuerza del brazo. Nicole habló con sus compañeros, Morís fue al helicóptero para ponerlo en funcionamiento y Emi, Débora y Nick fueron con él, nada mas hacer el intercambio los helicópteros despegarían cada uno por su lado. Mientras, ella se encargaría de entregar a Marcos y con pistola en mano, Nicole ya estaba lista para el intercambio.

—¿Estás lista Michaela? —Preguntó la rubia

—Adelante

Michaela y Nicole liberaron a Ashley y Marcos y cada uno fue corriendo hacia sus compañeros. Marcos quien corría a toda velocidad, llegó junto con Michaela.

—Ya sabes que hacer —Le susurró este al oído

Michaela no dijo nada, solo vio la escena de Ashley corriendo y gritando el nombre de Nicole al tiempo que sus ojos desbordaban en lágrimas por estar tocando la libertad de la ataduras de Esgrip y pronto las de Stone City junto con sus compañeros. Ashley corría hacia Nicole y esta la esperaba sin moverse del sitio, con los brazos abiertos esperando a recibirla con un fuerte abrazo, mientras que desde los helicópteros, los soldados y los compañeros de Nicole miraban la escena.

Fue entonces cuando Nicole tuvo un extraño presentimiento, todo salió demasiado bien y fue entonces cuando miró a Michaela, a lo lejos, delante de su helicóptero y junto a Marcos, con una perversa sonrisa y apuntando a Ashley con una pistola. En el rostro de Nicole se dibujó el terror.

—¡Ashley cuidado! —Gritó Nicole

La rubia corrió hacia Ashley en un intento de protegerla, esta miró hacia atrás y vio a Michaela apuntándola con la pistola, después volvió a mirar hacia Nicole, en cuyo rostro se reflejaba la preocupación y el miedo, por desgracia, esa fue la última visión de Ashely... Un disparo sonó y una bala penetró en la cabeza de Ashley, quien cayó muerta al suelo, de su cabeza comenzó a emanar ríos de sangre y sus ojos quedaron abiertos, en ellos que se reflejaba a Nicole corriendo hacia el cadáver de Ashley.

—¡Esto es para que te acuerdes de mi Nicole! —Gritó Michaela

Ella y Marcos entraron en el helicóptero cuando Nicole llegó al cadáver de Ashley, la rubia sujetó el cuerpo entre sus brazos y llorando se disculpó de haber sido tan tonta para creer que todo saldría bien y que Michaela no tramaría nada, si hubiese sido mas lista se hubiera percatado de que su hermanastra haría algo para impedir que Ashley acabara con Nicole...

El helicóptero de Michaela y Marcos ya estaba suspendido en el aire y Nicole gritando de rabia se levantó del suelo y empuñando la pistola disparó al helicóptero, pero sin éxito, las balas solo dieron en las zonas metálicas del helicóptero o simplemente fallaron los tiros. Las balas se agotaron, pero a pesar de ello, Nicole siguió apretando el gatillo, cuando el helicóptero se fue, Nicole lanzó la pistola por los aires y cayó de rodillas ante el cuerpo de Ashley.

—¡Nicole rápido no queda tiempo! —Gritó Débora

Nicole cerró los ojos de Ashley y tras un último ``lo siento´´ , se secó las lágrimas, cogió algo de ella y fue corriendo al helicóptero. Este despegó y ya en las alturas, saliendo de Stone City, Nicole y el resto vio por última vez lo que quedaba de Stone City, el centro de la ciudad y desde las alturas, la base militar, en la que no se apreciaba nada de movimiento desde el exterior, seguramente todos sabían lo del misil de alguna manera y corrieron a ocultarse en el búnker. Entonces, en las alturas y ya fuera de Stone City, el grupo miró por las ventanas como el tercer y último misil cayó en el centro de la ciudad, provocando un tercer infierno que arrasó con todo lo que quedaba, una increíble explosión y ardiente onda expansiva arrasó con todo lo que quedaba en pie, la onda expansiva fue tan fuerte que a pesar de que el helicóptero ya se encontraba fuera del terreno que ocupaba Stone City, registró una serie de violentas turbulencias.

El helicóptero ya se encontraba lejos de Stone City y todos parecían haberse calmado tras los últimos sucesos.

—Siento lo de Ashley... —Dijo Débora tristemente

—Bueno, al menos, podrá descansar en paz, aun que no como ella quería, con nosotros... —Dijo Morís mientras pilotaba el helicóptero.

Nicole no dijo nada, solo miraba por la ventana, su larga melena rubia caía sobre sus hombros y su rostro expresaba tristeza a la vez que su mirada se perdía en el firmamento, no se sentía bien con ella misma, estaba segura que podría haber impedido aquello. Fue entonces cuando notó que alguien le tocaba el hombro.

—Nicole —Dijo Emi

La rubia miró a la asiática y esta le puso algo en la mano, Nicole vio que se trataba de su coletero.

—Te lo olvidaste en aquella sala, cuando aquel soldado intentó... bueno, ya sabes...


Nicole sonrió y le dio las gracias, acto seguido la rubia volvió a hacerse su típica coleta. Entonces, tras terminar de hacerse la coleta, sintió que alguien le apretaba la mano, sus ojos se encontraron con los de Nick, este le miraba con una sonrisa.

—Es hora de empezar una nueva vida —Dijo entrelazando sus dedos con los de Nicole

—Chicos, ¿hay algo que deberíamos saber? —Preguntó Débora viendo aquella escena

Nick y Nicole sonrieron al ser el centro de atención de sus compañeros.

—Ya os lo contaremos todo, ahora como bien dijo Nick, es hora de empezar una nueva vida —Concluyó la rubia


El helicóptero siguió su camino con los supervivientes, rumbo a un nuevo y esperanzador futuro en el que cada uno comenzaría una nueva vida, lejos de aquel infierno en el que se volvió Stone City.



---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Epílogo: Nuevas amistades
------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Unos meses después de la caída de Stone City...
12 de octubre de 2012

Habían pasado unos meses desde que Nicole y los suyos habían escapado de Stone City, cada uno intentó hacer su vida como pudo en aquella nueva ciudad en la que se habían asentado. Emi y Morís aplazaron su viaje a Japón y España por que Nicole lo pidió.

Semanas después de que Stone City fue destruida, el ejército americano consiguió encontrar y evacuar con helicópteros a supervivientes de Stone City que se habían salvado dentro de un búnker que se asentaba bajo la ya inexistente base militar del centro de la ciudad. Algunos de aquellos supervivientes, durante el tiempo que estuvieron en Stone City después de la destrucción y antes de la evacuación, trabajaron temporalmente con el ejército para ayudar al resto de supervivientes, ya que debido al incidente con los monstruos, el número de militares se había reducido bastante, llegando haber mas civiles que militares en el búnker y en alguna que otra ocasión hubo problemas de convivencia entre civiles y soldados y ya que muchos civiles perdieron la esperanza de escapar y se había llegado a escuchar rumores de que grupos de civiles se querían sublebar a los soldados para tomar el control de todo el búnker, sus suministros, las armas y personas. Por lo que no quedó mas remedio que alistar a civiles capacitados para diferentes situaciones en el ejército para que ayudaran a preservar el orden hasta que se efectuara la evacuación.

Tras la evacuación, muchos supervivientes y soldados dieron a las autoridades y medios televisivos diferentes testimonios sobre lo que muchos habían vivido en Stone City durante los eventos ocurridos, Nicole y los suyos, al igual que personas de todo el mundo habían estado pendiente de todas las noticias que había sobre Stone City y los muchos testimonios de diferentes supervivientes que se divulgaban por medio televisivo, la prensa o internet. Nicole ya había dado su testimonio al igual que sus compañeros a las autoridades, pero se negaron a salir en medios televisivos, lo que lamentaba es que durante su escapada de Stone City, cuando fue capturada por Michaela y llevada ante Marcos y Ashley, le quitaron los informes que encontró ella y su equipo en la comisaría de policía y que hablaban de los supervivientes a los que Esgrip vigilaba y las órdenes que debían de seguir los soldados de la organización y los destruyó poco antes de llevarse a Ashley y a Nicole al tiroteo entre los compañeros de las chicas y los soldados. Si hubiera tenido aquellos informes hubiera tenido pruebas suficientes para que investigaran a Esgrip, ya que al parecer, otros supervivientes de Stone City no habían mencionado en ningún momento a dicha organización, desconocían la relación entre Esgrip y el incidente de Stone City.

En la ciudad en la que se asentaban Nicole y los suyos y donde se habían llevado a vivir de forma temporal a la mayoría de afectados que no tenían a donde ir, poco después de que se evacuara a todos los supervivientes y se hicieran los miles de testimonios sobre el caso, se hizo en el cementerio de la ciudad un monumento en recordatorio a las víctimas de Stone City. La ciudad en la que vivía Nicole, era la ciudad mas cercana al lugar en el que se situaba su ciudad vecina, Stone City. Este monumento que se situaba en el centro del cementerio, se trataba de un ángel femenino ataviado con una toga, descalza, con las alas desplegadas, con la cabeza mirando ligeramente hacia arriba y alzando la mano derecha, en la que sujetaba una cruz, el ángel estaba hecho de mármol y estaba de pie en un pedestal, también de mármol con una placa de oro en el que estaba escrito, ``En memoria a las víctimas de Stone City´´, alrededor del monumento había un gran manto de ramos de flores de todo tipos de colores depositados en jarrones o simplemente colocados en el suelo, cerca del monumento y resto de flores, todas aquellas coloridas flores las fue dejando allí gente que perdió a sus familias y amigos en Stone City y que las dejaba allí en recuerdo de sus seres queridos.

Cierto día, Nicole y los suyos visitaron el cementerio, este estaba vacío a simple vista, todos vestidos con trajes negros de luto y Nicole llevaba un gran ramo de rosas rojas en las manos. Emi, Morís, Débora, Nick y Nicole llegaron al monumento tras atravesar todo el cementerio y hasta llegar al centro de este. Todo estaba en silencio, nadie hablaba y nada se escuchaba, todo estaba bastante desierto, Nicole supuso que era porque se anunció que aquella tarde iba a llover y habría tormenta, ya que desde que se hizo el monumento, el cementerio era visitado con frecuencia por muchas personas. El viento sacudía levemente las ramas de los árboles, las hojas muertas de los árboles que habían esparcidas por suelo se desplazaran por el aire o bien arrastrándose por el suelo y el cabello suelto de las tres chicas se agitaba levemente.

Entonces el grupo se detuvo cuando Nicole hizo un gesto con el brazo izquierdo, delante del ángel de mármol había una persona de espaldas, por su físico se podía apreciar que era un hombre, este iba también con una vestimenta negra y vestía principalmente con una gabardina negra. Nicole y los demás lo miraron desde cierta distancia, el hombre de la gabardina negra colocó un ramo de rosas blancas en los pies del ángel y se quedó parado mirando aquella estatua. Nicole se acercó lentamente y se colocó a su lado sin decir nada y dejó el ramo de rosas rojas también a los pies del ángel. Tras hacer esto, Nicole miró de reojo al hombre quien estaba de perfil y vio que era bastante joven, no tendría mas de veinte años, se trataba de un joven de cabello corto y oscuro, era de la misma altura que Nicole o ligeramente mas alto que ella, de ojos oscuros y miraba serio al ángel, el flequillo del joven se mecía lentamente en la dirección del viento y su rostro era hierático, tras un rato sin pestañear suspiró y se giró para marcharse, con las manos en los bolsillos caminaba hacia la dirección de los compañeros de Nicole, pero este parecía que los ignoraba, ya que no miró a ninguno.

Nicole se giró para ver como se marchaba lentamente el joven.

—¿Davis? —Preguntó Nicole mirando hacia el joven

Este se paró al escuchar su nombre y se giró para mirar a la rubia.

—¿De que me conoces?

Nicole caminó hacia él y cuando lo tuvo delante le ofreció la mano, el joven respondió al apretón de manos extrañado de que ella supiera su nombre, él no la conocía de nada.

—Mi nombre es Nicole, y ellos son mis compañeros Morís, Nick ,Débora y Emi —Dijo Nicole presentándose ella y a sus compañeros

—Encantado —Respondió simplemente el joven


—Eres uno un superviviente de Stone City, sobrevivistes con la ayuda de tus compañeros a ese infierno y por lo que se, ayudastes a los militares a mantener el orden entre los supervivientes que había en el búnker del centro de la ciudad en las semanas que pasaron hasta que os evacuaron, ¿me equivoco?

—Sabes demasiado, ¿de que me conoces? —Preguntó Davis extrañado

—Te estuve investigando, para poder localizarte y hablar contigo. Yo y mis compañeros somos supervivientes de Stone City y escapamos por nuestra cuenta antes de que los misiles destruyeran toda la ciudad, también fui policía en la ciudad y durante mis aventuras por aquel infierno, descubrí que a ti, a tus compañeros y otros supervivientes os estaba vigilando Esgrip

—¿Qué es Esgrip?

—No te preocupes, luego te lo explico, acosa es que necesito hablar contigo en algún lugar mas cerrado, quisiera charlar tranquilamente, este asunto es largo de explicar.

—Lo siento, pero no tengo tiempo para estás cosas

El joven se dio la vuelta y comenzó a marcharse. Nicole no podía dejar que se fuera.

—¡Espera!, todo esto lo hago por tu bien, puede que Esgrip te esté buscando, a ti y a tus compañeros, al igual que al resto de esos otros supervivientes como Allen, Eriel, Maya, Nika o Dyssidia y el resto que iba con ese grupo.

Davis volvió a pararse, todos aquellos nombres les sonaban, Allen era amigo suyo y murió a manos de dos chicas según descubrió por las filmaciones de las cámaras de vigilancia de Stone City, además de que en el cadáver de Allen encontró una foto en la que salía él con Riliane y otras chicas bajo el nombre de Dyssidia, Maya y Nika y sabía que dos de esas chicas de la foto eran las mismas que asesinaron a Allen y Riliane.

—¿Cómo sabes eso? —Dijo extrañado y volviéndose hacia Nicole

El joven se acercó a Nicole, quería respuestas y las quería ya.

—También se que conociste a Tom y yo le encontré muerto en el hospital, mediante las grabaciones de las cámaras de la ciudad te vi entrando al hospital con él y luego salir solo... Te contaré todo lo que quieras, hasta el mas mínimo detalle, pero dime, ¿tú matastes a ese niño?...

Davis se quedó en silencio y apartó unos momentos la mirada de Nicole, tras unos momentos en silencio, contestó a las pregunta.


—Si. Pero no es lo que parece, él ya estaba muerto y lo hice por defensa, eso fue una de las peores cosas que hice en mi vida y a día de hoy recuerdo ese momento entre otros muchos cuando cierro los ojos... ni te imaginas lo mal que me sentí, matar a un niño pequeño, indefenso y al que sabes que debes proteger hasta con tu vida...

Todos se quedaron en silencio, Emi, Morís y Nicole se les reflejó en el rostro una inmensa tristeza a la que Débora y Nick no entendían, ya que no llegaron a conocer a Tom.

—Entiendo, se a que te refieres... —Respondió Nicole

Otro pesado silencio cayó entre ellos, pero una voz lo cortó.

—Haí estás sace, ¿nos vamos ya?

De entre las tumbas apareció un hombre cuyo aspecto era mucho mas mayor al de Davis.

—Am, hola Kyle, ¿y los demás?

—Ahora vienen, oye, ¿quienes son estos? —Preguntó Kyle

Cuando Davis fue a hablar, el resto de sus compañeros aparecieron pasando entre las tumbas, dos mujeres y un hombre, todos, al igual que Kyle y Davis, vestidos de negro.

—Tú como siempre largándote sin decir nada —Dijo una hermosa joven de cabello oscuro, cruzándose de brazos y arqueando una ceja

—Lo siento Zoey, por cierto, quería presentaros a unas personas.

Zoey iba acompañada de otra mujer de cabello castaño y de un joven bastante llamativo por su coloración de pelo.

—Chicos, ellos son, Nicole, Morís, Emi, Nick y Emi. Ella es Zoey, este es Kyle, ella es Karen y él es Matt.

Nicole repasó el nombre de Matt en su mente por un momento mientras le miraba atentamente su descolorido cabello, un grisaceo tan pálido que era mas blanco que gris y no pudo evitar pensar en el Matt de la historia de Ashley, pero prefirió descartar la idea, lo veía una tontería que pudieran ser el mismo, ¿que haría un soldado de Esgrip con ellos?, además parecía a simple vista un chaval normal y no un sanguinario asesino como el resto de soldados de la organización como los que se topó.

Ambos grupos se saludaron con apretones de manos, sin darse cuenta, unas gotas de lluvia comenzaron a caer y en poco tiempo comenzó a llover.

—¡Demonios! Voy a abrir el paraguas antes de que se me corra el maquillaje —Dijo Zoey

Tan presumida como de costumbre, pensó Davis. Pero lo gracioso fue que Débora tuvo una reacción similar y se cubrió con un periódico que alguien dejó sobre una lápida.

—¿Te has maquillado? —Preguntó Emi

—Claro, ¿crees que iba a salir sin maquillaje después de dormir poco?

—Si no te hubieras ido de fiesta a altas horas de la noche —Dijo Nick metiendo la pata con ella

—Aj, cierra la boca

—Venga chicos dejadlo ya... —Dijo Morís con un suspiro

—Oye Davis, por aquí cerca han abierto un nuevo restaurante, ¿que te parece si vamos todos a comer allí y hablamos de todo lo que haga falta?, además así nos contáis vuestra historia en Stone City y nosotros os contamos la nuestra, así nos conocemos mejor, ¿te parece?, además Morís trajo el coche para llegar antes —Propuso Nicole

—Me parece bien, Kyle también trajo el coche para no mojarnos, ¿os parece bien que vayamos? —Preguntó Davis a sus compañeros

—¡Me da igual, a donde sea mientras esté lejos del agua, no quiero que se me corra el maquillaje y vaya como una payasa por la calle! —Contestó Zoey

El resto estuvo de acuerdo y todos se fueron del cementerio, pero Akise agarró del brazo a Zoey y fueron un poco mas lento que el resto.

—Oye, ¿esta no es la hermanastra de Michaela? —Preguntó Akise

—Si, lo es, no me cabe duda, Michaela me enseñó una foto suya hace tiempo, tendremos que tener cuidado y avisar a Michaela y Marcos de que ella y los suyos siguen viva y encima que nos hemos encontrado con su grupo —Respondió Zoey

Akise asintió con la cabeza.

—Oye, vosotros dos, ¿es que no tenéis prisa? —Gritó Karen a ver que estos dos se quedaron algo lejos del resto.

—¡Enseguida! —Dijo Zoey al tiempo que salió a la carrera.

Akise miró desde la distancia por un momento a sacedog y después a Nicole. ¿Cómo cambiaran las cosas después de que estos dos grupos se encontraran?, se preguntó Akise, después corrió a reunirse con el resto del grupo.