Big Red Mouse Pointer

domingo, 23 de agosto de 2015

RNH: Juego de la Supervivencia

Capítulo 04 - Plan de evacuación

9 de Julio de 2012

En la comisaría de Stone City, la situación estaba bastante calmada, quizá por la más que notable falta de agentes de la ley en el interior del edificio, tal vez por la tensión previa a lo que acontecería próximamente a la ciudad mediante un estratégico plan a gran escala, o simplemente, porque el sueño aún mantenía adormecidos a aquellos agentes a aquellas horas de la mañana. Las puertas dobles de la comisaría se abrieron para dar paso a la asiática mujer, quien sorprendía veía el panorama.

Un par de agentes tomaban un café mientras charlaban frente a la máquina dispensadora de aquella bebida alta en cafeína, por otro lado otros cuatro se encontraban trabajando con los ordenadores y uno de ellos atendiendo al teléfono, otro par estaban simplemente en sus escritorios limpiando sus pistolas y finalmente, al fondo de la sala, se encontraba Alan mirando el gran mapa de la ciudad colgado en una de las paredes. Emi se acercó a espaldas del veterano jefe de policía, quien pensativo, no se percató de la presencia de la mujer mientras concentraba toda su atención en el mapa a la par que frotaba pensativo su barbilla.

— ¿Qué tal jefe? ¿Cómo va la cosa? —Se hizo notar la asiática tras Alan mostrándole una sonrisa.

—Am, Emi, eres tú —Respondió este girándose para ver a su empleada —Mmmm... Me preocupa no tener suficientes agentes disponibles por si sucede algún ataque zombi en una nueva área de la ciudad. Ya se está llevando a cabo la evacuación de los civiles de las áreas afectadas como el Gobierno ordenó y para ello he tenido que mandar prácticamente a todo el cuerpo de policía a ayudar en la operación a los militares del ejército americano. Tan solo he dejado a los oficinistas y a los novatos quedarse en la comisaría.

—Mmmm... Dudo que pase algo, jefe. Y de ser así, hay muchas probabilidades que sucedan en las áreas en donde se está llevando a cabo la evacuación, por lo que no hay de qué preocuparse, hay una gran fuerza militar y policial concentrada en esas zonas por lo que podrán manejar seguramente cualquier problema que se les presenten. Y si algo pasara aquí, para algo tenemos a los novatos ¿no?

Aquello último que dijo Emi sobre los novatos hizo dudar a Alan un momento acerca de la utilidad que pudieran tener estos en una situación con los muertos vivientes. Emi se percató de aquella reacción de inmediato.

—Vamos jefe, deberías de darle una oportunidad a estos, la propia Nicole los estaba entrenando ¿verdad? —Añadió recordándole a Alan bajo quienes estaban siendo entrenados.

—Mmmm... No sé, no me convencen...—Respondió insatisfecho por la situación —Además, no niego que Nicole no sea una excelente instructora, pero hace poco que acaba de empezar a entrenarlos con las armas de fuego y la defensa personal. La puntería de estos no es aún demasiado buena como para atinarle a un podrido entre ceja y ceja.

— ¡Por el amor de Dios, le encuentras problemas a todo Alan, si no eres positivo no me extrañaría que algo malo sucediera realmente! —Le respondió molesta Emi, pues no importaba lo que dijera, lo conocía lo suficientemente bien como para saber que aquel hombre solo vería la situación como él quisiera.

— ¡No levantes la voz a tu superior! —Respondió este visiblemente molesto al percatarse de como los novatos miraban curiosos las confianzas que tenía Emi al hablar con el mandamás del lugar.

Emi no pudo evitar sobresaltarse un poco ante aquella voz imperativa por parte de su superior con un más que notable tono de enfado.

—Discúlpeme, jefe. No volverá a suceder —Dijo Emi con voz tranquila haciendo una de sus típicas reverencias en señal de disculpa tan habituales en las costumbres japonesas.

—Está bien, ahora vuelve al trabajo. —Le ordenó algo más calmado al ver como la actitud responsable y formal de la joven volvía de nuevo en ella, tras ver como Emi iba hacia su escritorio sin decir palabra alguna tras recibir su permiso para volver al trabajo, Alan echó una furiosa mirada hacia el grupo de novatos que quedaba en la comisaría —¡¡Y lo mismo va para vosotros, si no dejáis de gandulear os pondré a fregar los baños de la comisaría con la lengua!! ¿¡Me habéis entendido!? —Les gritó bastante molesto obligando a que de inmediato estos volvieran a sus puestos a continuar con el trabajo. Finalmente Alan se encerró en su despacho.
Emi sabía perfectamente que se había pasado, fuera del trabajo podía hablarle de aquella manera sin problemas, pero dentro no, pues en la comisaría, Alan no dejaba de ser la figura más importante y por lo tanto debía hablarle con el trato que merecía dentro de la jornada laboral según el cargo que este ocupaba, de lo contrario, los asustadizos novatos dejarían de tenerle temor y respeto al bautizado por ellos como el Ogro, el Calvorotas, el Amargado, el Antipático, u otros muchos motes que tenían en secreto para llamar a Alan.

Emi entró en el ordenador e ingresó con su clave a su cuenta de correo electrónica personal interna de la comisaría. Entre los diversos correos internos, destacaba uno que estaba buscando especialmente y que Morís le envió a primera hora de la mañana nada más llegar a la comisaría, un par de horas antes de irse con Nicole y el resto de agentes a la misión. Aquel mensaje llevaba un archivo adjunto con el título
Plan de Evacuación”.

Tras abrir el archivo, el mapa de la ciudad se abrió en la pantalla del ordenador, mostrando el nombre de las calles por donde pasaban las rutas de evacuación dibujadas en el mapa, así como el nombre de algunos de los lugares más importantes de la ciudad, como era la comisaría, la universidad, la biblioteca pública, el parque central de Stone City, la catedral, el hospital Santa María, la base militar, entre otros lugares.

En el centro del mapa, el centro de la ciudad, había un gran punto verde marcando el lugar en donde se encontraba la base militar con su búnker subterráneo, este se encontraba sobre una zona amplia de la ciudad coloreada de otra tonalidad de color verde. De aquella zona verde y no del punto que simbolizaba la base, salían varias ramificaciones amarillas que se extendían por diversas zonas del mapa hasta conectar el área verde con los puntos de color azul, los cuales simbolizaban los puntos de evacuación.

Y finalmente, varias zonas del mapa estaban coloreadas con manchas rojas, representando las áreas afectadas de la ciudad, las zonas de evacuación habían sido colocadas fuera de las áreas afectadas, aun que por desgracia, algunas de estas zonas de evacuación estaban muy cerca de las áreas rojas debido a la situación geográfica de las zonas de la ciudad que se vieron afectadas por los ataques zombis, provocando que algunas de las marchas de evacuación de los civiles hacia los puntos de reunión y/o hacia los apartamentos que se les daría a estos tuvieran que atravesar alguna de estas peligrosas áreas, escoltados obviamente por las fuerzas militares y las policiales en todo momento.

El tercer color y el que más abundaba era el blanco, cuya coloración coloreaba las demás zonas restantes de la ciudad en donde los zombis aún no habían llegado y los ciudadanos hacían su vida normal.

La evacuación consistía en que varios grupos pequeños de policías y militares tenían asignados determinadas calles de un área determinada de evacuación, en las que tenían que ir llamando puerta por puerta para sacar a los civiles junto a sus valiosas pertenencias de sus viviendas para efectuar la evacuación. Tras haber desalojado cada grupo las calles que tenían asignadas, los pequeños grupos se reunían junto a los civiles en un punto de reunión a una hora determinada para marchar todos juntos hacia el área verde del mapa.

—Mmmm... Lo tienen todo muy bien planeado, aunque algunos grupos de evacuación no tienen más remedio que atravesar algunas áreas afectadas, lo que podría ser un problema. —Emi no podía evitar sentirse algo preocupada, debía de ser positiva, pero, por alguna razón no era capaz de engañarse a sí misma, últimamente la actividad de los podridos había aumentado drásticamente y aquello se debía a las guerras que provocadas por los humanos que confrontaban el avance de los podridos en aquellas zonas.—No, no pasará nada, todo saldrá bien, no hay de qué preocuparse... —Susurró para sí misma no muy convencida mirando las rutas de evacuación que atravesaban las áreas rojas del mapa.

Las horas pasaron y el atardecer comenzó a iluminar la ciudad con sus anaranjadas luces. Todo había estado bastante tranquilo, lo cual debería de verse como un presagio de que todo sucedía como debía, pero muchos en la comisaría sabían que la calma no era eterna, tarde o temprano la tempestad azotaría con violencia la comisaría.

Emi había llegado hacía cosa de una hora para hacer horas extras por la tarde, la idea de volver a trabajar por la tarde tras pasar toda la mañana en el trabajo no le agradaba en absoluto, pero eran unas circunstancias especiales las que sucedían en la comisaría y no le quedó más remedio que resignarse a acudir a su puesto de trabajo. La joven estaba leyendo un informe que Alan le mandó por correo electrónico acerca del nuevo material armamentístico diseñado por las fuerzas militares con el objetivo de combatir a las mareas de podridos. 

Más allá del típico cuchillo de combate como arma blanca, de arma de fuego principal un fusil, o una escopeta y como arma secundaria una pistola, había un nuevo tipo de arma diseñada mediante avances científicos, se trataba de una granada de un gas letal experimental resultado de una mezcla de diversos componentes químicos de gran letalidad, capaz de degenerar a gran velocidad el cerebro y los órganos de aquel ser vivo que lo respirara o simplemente permaneciera cerca de este, pues era tal su letalidad que podía pasar al interior del organismo a través de los poros de la piel, no hacía falta que fuera necesariamente respirado, aunque por este método la muerte era más rápida.

Entre sus diversos efectos al cuerpo, este tóxico gas irritaba la piel quemándola debido a que entre sus diversos componentes químicos contenía ácido. Aquella arma podía ser utilizada solo cuando no hubiera personas de por medio, había que tomar determinada distancia para no ser afectado por aquella arma química. Los grupos se mantenían en contacto unos con los otros mediante radios de amplio alcance. Bien armados y preparados, con un gran plan de evacuación. ¿Qué podría salir mal?

Fue en ese instante cuando el sonido del teléfono la sobresaltó, Emi alargó la mano dispuesta a atender a quien estuviera al otro lado de la línea 

—Comisaría de Stone City. ¿En qué puedo ayudarle? —Respondió con voz firme y serena.

— ¿¡Hola!? ¡¡Necesito ayuda, mi hijo ha desaparecido y no lo encuentro por ningún sitio, por favor ayúdenme!!— Contestó una agitada mujer al otro lado de la línea.

—Señora, por favor, cálmese. ¿Cómo se llama?

—María, me llamo María.

—Bien María, la ayudaremos, pero necesito que me dé la siguiente información —Comunicó con voz serena Emi a la par que alcanzaba un bolígrafo para tomar apunte en una pequeña libreta que se situaba al lado del teclado de su ordenador—Necesito que me diga en donde se encuentra en estos momentos y como perdió a su hijo. —Solicitó Emi. En cuanto respondió a la primera pregunta, la joven no pudo evitar fruncir el ceño con preocupación y más aún tras la segunda respuesta. — Si lo tengo, le enviaremos a alguien de inmediato a su posición, le ruego que se esconda en algún lugar cercano a la zona y esté alerta para cuando vea a nuestros agentes y salir hacia donde se encuentran para que le ayuden. De ser posible señora, intente encontrar algo que pueda usar como arma, un objeto contundente sería una buena opción.

—De acuerdo, esperaré. Pero se lo suplico, dense prisa.

—Claro señora, iremos lo más rápido que podamos. —Respondió instantes antes de colgar el teléfono.

Emi le dio la nota a Alan en su despacho, quien de inmediato enviaría a dos agentes a socorrer a aquella mujer en apuros.

— ¿¡Qué!? —Exclamó Emi sorprendida.

—Sí, vamos a ir tú y yo. A excepción de dos novatos, los otros que quedaban se han ido por la ciudad a encargarse de algunos problemas típicos del día a día de la policía, alguna pelea callejera entre un par de niñatos, el robo del bolso a alguna ancianita, conducir borracho y demás problemas comunes. Los dos que quedan permanecerán vigilando, no quiero que vayan a una zona peligrosa como esa, no están cualificados para ocuparse de un asunto como ese. —Respondió despreocupadamente mientras se equipaba con su equipamiento policial.

— ¿¡Perdón!?¿¡Hola!? ¿¡Y se supone que yo sí estoy cualificada para eso, una simple oficinista que tan solo ha usado un arma en la galería de tiro muy de cuando en cuando!? ¿¡De verdad Alan!? —Respondió molesta Emi mientras flipaba en colores con semejante idea descabellada.

—Bueno, llevas aquí unos años trabajando y confió en ti. Se supone que debes de saber usar una pistola y hacer alguna llave básica de combate cuerpo a cuerpo, además de que tienes conocimientos básicos en medicina y podrían venirnos bien si esa mujer o el niño están heridos. Y si, antes de que lo digas, ya sé que nunca has hecho una misión ya que eres oficinista y tu lugar está entre las paredes de la comisaría, pero incluso así me fio más de ti que de esos agentes adolescentes tan irresponsables, te digo yo que con ver un zombi se lo hacen encima y con la puntería que tienen puede que me metan una bala en el culo ¿entiendes?

—Sí, vamos, que yo tengo mejor puntería, trataré de no pegarte accidentalmente un tiro en la calva —Respondió Emi enfadada por tan imposible tarea que le acababan de encomendar instantes antes de abandonar el despacho. Ante aquella última frase de despedida, Alan permaneció en su oficina equipándose mientras tarareaba una canción que había estado escuchando en la radio.

Veinte minutos después, el dúo tras prepararse, dar instrucciones a los dos novatos que quedaban en la comisaría y coger el coche patrulla y un botiquín por prevención, aparcaron cerca de la zona donde fue realizada la llamada. Emi desenfundó su pistola y la miró durante unos segundos minuciosamente tras bajar del vehículo.

—Tranquila, estaré contigo —La alentó Alan al ver la inseguridad con la que miraba el arma.

—Genial, acabemos rápido con esto... —Respondió con desgana.

Alan escupió el puro encendido que sostenía entre sus labios al suelo antes de ser el primero en dar el primer paso alejándose del coche.

— ¡Aquí agentes! —Avisó una mujer al tiempo que se abría la puerta de un pequeño comercio cubierto de vidrieras.

Tras acercarse y saludarse formalmente, María les volvió a explicar la situación.

—Entiendo, ¿sigue sin cogerle el teléfono móvil?

—Sí, le he llamado tres o cuatro veces, debería de tenerlo con él, no entiendo por qué no me lo coge.

—Creo que lo mejor es ir hacia el museo, cerca de allí está el punto de evacuación y si dices que os separaron unos zombis de camino al lugar, probablemente deba de andar aún por la zona, escondido en algún sitio —Propuso Emi.

—Es una buena idea —La apoyó Alan.

—Pues vamos. —Respondió la mujer.

—Señora, no creo que sea buena idea que venga con nosotros. Debería seguir ocultándose en ese local mientras buscamos a su hijo —Propuso Alan.

—Lo siento agente, pero es mi hijo y no me quedaré de brazos cruzados. Además, tengo esto —Comentó la mujer mostrando el bate de béisbol ensangrentado que sujetaba en una de sus manos. —No os preocupéis por mí.

Tras pensarlo unos instantes y contemplar a la decidida mujer, Alan cedió sabiendo que los acompañarían sí o sí. No obstante debería de quedarse tras ellos, al margen dejándole a él y Emi ocuparse de cualquier peligro que pudiera salir a hacerles frente. La mujer de procedencia latinoamericana les comentó por el camino que su marido era miembro del ejército americano desde hacía un par de años y estaba participando en la evacuación de civiles, su nombre era Kyle Morales. La pareja y su hijo se habían mudado a los Estados Unidos hacía cerca de cuatro años abandonando su país de origen y hacía medio año a Stone City en busca de un sitio medianamente tranquilo en el que vivir. ¿Quién diría que esa ciudad acabaría volviéndose un infierno para ellos, dejando muy lejos la idea de ciudad tranquila en la que criar a su hijo?

Finalmente los tres llegaron a la entrada del museo de historia de Stone City, pero tanto para suerte como para desgracia, no había ni un alma en la calle, ni muertos, ni el hijo de María.

— ¿Estará en el museo escondido? —Preguntó Emi.

—Es posible, vayamos a comprobarlo. —Respondió Alan dando el primer paso para subir las escaleras de piedra para acceder al interior del edificio.

No subió más de dos peldaños cuando una melodía sobresaltó al grupo. Un teléfono móvil, el de María. La mujer contestó a la llamada pudiendo escuchar la voz de su hijo. El dúo de policías intercambió una mirada y comenzaron a descender los dos peldaños que habían subido para acercarse a María.

—Está en una tienda de ropa dos calles más abajo del museo, me dio la descripción del local. Dice que está oculto en su interior, pero hay varios de esos seres por la zona deambulando. —Le explicó seriamente tras colgar la llamada y guardar el móvil.

Sin perder ni un minuto más, los tres se dirigieron dos calles más abajo hasta que dieron con la tienda de ropa cuya descripción coincidía con la que María había recibido por parte de su hijo, lo malo es que para llegar al local, deberían de eliminar a un grupo de podridos que deambulaban frente a este.  

Nada más acercarse, los zombis se percataron de la presencia de los humanos y sin dudarlo ni un momentos, cinco de estos se acercaron deseosos de arrancar un buen pedazo de carne fresca. Emi disparó en vano en dos partes del cuerpo de un podrido que se acercaba a ella andando ligero, un par de rosas carmesís se dibujaron en pecho y cuello del no muerto.

—¡¡Dispara en la cabeza Emi, ese es su único punto débil!! —Advirtió Alan instantes antes de hacer rugir su pistola provocando con ello una baja, acto seguido repitió el proceso acabando con un segundo zombi.

—¡¡Agentes, detrás de nosotros!! —Gritó María empuñando fuertemente el bate de béisbol.

Un segundo grupo reducido de cuatro no muertos salieron al encuentro de entre los callejones alarmados por los disparos, con sus fúnebres pasos se acercaron al trio de humanos rodeándoles junto al otro grupo en ambas direcciones de la carretera.

Alan se dio la vuelta para apoyar a María mientras dejaba a Emi encargarse de aquellos que se acercaban por la dirección norte. Un sonido seco y fuerte sonó y uno de los cráneos podridos de aquellos seres acosadores se quebró dejando emerger un líquido de color rojizo oscuro que se derramó lentamente por el rostro del ya no muerto. María preparó una vez más el bate de béisbol mientras Alan lidiaba con otros dos podridos que se acercaban peligrosamente a él. Por otra parte, a la espalda de estos, Emi hacía lo que podía, de hecho, había logrado acabar con un caminante de un tiro certero en la frente de uno de estos.

La suerte del principiante, pensó la joven mientras se disponía a realizar una nueva ejecución, separó un poco las piernas, elevó el arma sujetándola firmemente con ambas manos y cerró uno de los ojos mientras trataba de centrar la zona a la que quería disparar con la mira. Alan echó un vistazo hacia atrás al eliminar al podrido más cercano a él y no pudo evitar asombrarse de la lentitud con la que se disponía a disparar siguiendo una serie de estúpidos pasos que no tenía que ejecutar en la acción real.

El no muerto fue andando hacia la joven asiática, tambaleándose de un lado a otro, acción que obligaba a Emi a no disparar hasta lograr fijar el objetivo con la mira, suceso que no ocurría al no quedarse el caminante quieto o andando en una misma dirección.

— ¡No estás en un tiro al plato o en prácticas Tanaka!¡Dispara de una maldita vez! —Gritó Alan mientras uno de los zombis estaba al echarse encima suya por prestarle atención a Emi.

— ¡Va...Vale, jefe! —Emi colocó el dedo en el gatillo nerviosa por la cercanía del podrido que ante ella se alzaba. No obstante el tiro fue errado por el tambaleo del podrido, propiciado aquella errata por el leve temblor de la mano de la joven.

Tan solo metro y medio los separaba, la joven oficinista Emi Tanaka comenzó a colocarse una vez más separando las piernas y empuñando el arma con ambas manos.

—¡¡Dispara!! —Gritó Alan instante después de acabar con su pestilente acosador.

¡¡BAM!! ¡¡BAM!! ¡¡BAM!! Tres proyectiles de 9mm atravesaron pecho, garganta y nariz del caminante, sin inmutarse, su caminata no se detuvo. Poco a poco la distancia se iba acortando. Más alto Emi. Concéntrate, tensa los brazos y flexiona un poco los codos. Es tu vida lo que está ahora mismo en juego, no permitas que ese ser te transforme en uno de los suyos, pensó la joven inspirando profundamente para soltar lenta y pesadamente un suspiro ¡¡BAM!! La bala perforó el cráneo destruyendo el cerebro y con ello al zombi, que de inmediato se desplomó en el suelo.

—Lo hice... —Susurró la joven aliviada.

— ¡No bajes la guardia! —Advirtió Alan girándose para acto seguido apretar el gatillo eliminando al podrido más cercano a Emi, María se ocupó del último caminante empuñando el ensangrentado bate de béisbol.

Finalmente, los humanos acabaron con los muertos vivientes despejando el lugar. Visto el panorama del exterior a través de una cristalera, un joven de cabello oscuro y piel morena salió de la tienda corriendo a los brazos de su madre.

—Dios mío, Kevin, me alegro de que estés bien, hijo —Dijo una madre reconfortada de ver que su pequeño de ojos verdes estaba sano y salvo.

—Sí, estoy bien, mamá. ¿Pero qué vamos a hacer ahora? Estamos lejos del punto de recogida y hemos perdido al grupo con el que íbamos. —Comentó preocupado el joven de diez años de edad.

—De eso no os preocupéis, nosotros os acercamos en el coche patrulla, aunque antes hay que ir a buscar el vehículo, no está demasiado lejos —Respondió Alan dando una solución a ambos civiles.

Así, finalmente, Emi y Alan lograron llevar a madre e hijo al punto de encuentro de evacuación, un tiempo antes de que todos los civiles salieran a su destino, reagrupándose con el grupo del que se separaron. Al parecer, en aquel ataque hubo un par de bajas, los agentes y soldados a cargos de aquel grupo que se dispersó estuvieron en busca de los civiles que desparecieron, siendo María y Kevin los únicos a los que aún no habían encontrado. Poco después de despedirse del dúo de civiles, los agentes regresaron a la comisaría cuando la noche acababa de caer en la ciudad, agotados, lo único que querían eran sentarse y relajarse un rato de lo anteriormente acontecido.

En la comisaría, los novatos que estaban vigilando el edificio se encontraban reunidos en una sala al fondo del pasillo, viendo la televisión, cuyo volumen estaba bastante alto. Aquella fue la escena que vio nada más entrar a sus dominios el jefe de aquella comisaría, provocando aquello la ira del temible “Calvorotas”, quien a paso ligero y con una cara de muy pocos amigos se adelantó a Emi en dirección a aquel grupo de gandules. La joven japonesa por su parte se acercó a su mesilla para coger su bolso y demás pertenencias y prepararse para irse a casa a descansar, su suplente debía de estar al llegar, pensó la joven observando como en un reloj que había colgado en la pared sus agujas marcaban las nueve de la noche.

El día había sido agotador, normalmente solo trabajaba por las mañanas, pero aquel día había sido especial por la situación de la ciudad y la carencia de casi todo el cuerpo policial, por aquello, ese día y como Alan ya le confirmó, mañana también, debería de trabajar mañana y tarde.

—Menos mal que al menos me concederá como premio por los dos turnos de tarde un par de días libres —Susurró por lo bajo tras sentarse en su silla a esperar hasta que llegara su compañero con sus pertenencias ya recogidas.

Alan a medida que recorría el pasillo, iba cambiando su rostro y su mal humor se iba disipando mientras le llegaba el sonido de la televisión, los chicos estaban viendo las noticias, pudo confirmarlo tras entrar sin decir nada ante la preocupada mirada de los novatos, quien en silencio escuchaba lo que la presentadora decía a los espectadores.

—Aquí Débora Linson informando sobre el plan de evacuación. Me encuentro cerca de una de las áreas afectadas próximas a los límites de la ciudad, en uno de los puntos de encuentro a la espera de que dos grupos se reúnan aquí mismo con los otros cuatro grupos restantes que aquí esperan a reunirse para marchar, por desgracia un miembro de cada uno de esos dos grupos ha contactado con sus compañeros situados en este punto de encuentro para notificar varias bajas debido a ataques por parte de varios grupos de no muertos. La cosa no acaba aquí, hemos recibido noticias de que otros grupos situados en otras áreas de la ciudad también se han visto en problemas, grandes cantidades de estos seres y otros extraños monstruos han comenzado a salir de las zonas afectadas para ir tras los grupos de civiles que abandonan estas zonas para marchar a un lugar seguro al interior de la ciudad.

El teléfono del escritorio de Emi comenzó a sonar justo cuando el suplente de Emi entró por la puerta.

—Buenas noches, comisaría de Stone City. ¿En qué puedo ayudarle?

—Emi, soy yo —Anunció una voz familiar al otro lado del teléfono.

— ¿Nicole? ¿Qué sucede?

—Estamos teniendo problemas con los zombis y otros extraños monstruos. Según escuché hablar a uno de los militares, otros grupos de evacuación están teniendo problemas. Según Morís, es probable que se hayan sentido atraídos por el olor y el sonido de los grupos de civiles y aprovechando la poca resistencia militar que se está poniendo en las zonas afectadas debido a todo el personal necesitado para las evacuaciones, han salido en busca de comida saliendo de las zonas afectadas en las que se establecían.

— ¿Y vosotros como estáis?

—Tranquila, estamos bien. El resto de agentes y militares vienen bien preparados armamentísticamente por si se daba algún caso de problemas con los podridos. Aguantamos.

—Nicole, Alan me comentó hace un rato de camino a la comisaría tras hacer una misión, que las evacuaciones están programadas y se efectuarán hoy y mañana ¿Cierto? —Preguntó temiéndose lo peor.

—Cierto, las zonas afectadas se han dividido en dos sectores, el Este y Oeste. La zona Este está formado por un total de seis barrios afectados en las que hay que realizar los desalojos de edificios por calles y llevar a todos los civiles a un punto de encuentro fuera del barrio afectado, finalmente tras estar totalmente desalojado esa zona y todos los grupos de esa área específica estén reunidos, parten hacia el centro de la ciudad. En la zona Este hay seis barrios afectados, se han repartido respecto a todo el tema de la evacuación en dos grupos de tres, los tres primeros barrios fueron evacuados con éxito por la mañana y parte del medio día y las otras tres zonas restantes por la tarde y parte de la noche, aún se está efectuando la evacuación esta. Mañana se haría lo mismo en el sector Oeste, formado por un total de cinco áreas afectada, tres de ellas se harán en el horario de mañana y las dos restantes en la tarde.

— ¿¡Cómo vais a hacer eso si las cosas en la zona Este han comenzado a salir mal!? ¿¡Realmente podréis evacuar la zona Oeste para mañana!? —Emi escuchó un pesado suspiro de Nicole al otro lado del teléfono, dando paso a un interminable silencio. — ¿Nicole?

—Aguantar y joderse. —Respondió directamente— Todos los efectivos inscritos en este plan, agentes y militares estamos en la zona Este, bien encargándonos de la evacuación de civiles o del exterminio de zombis dentro de las zonas afectadas. Se supone que todo saldría bien y mañana iríamos a la zona Oeste. Es decir, viendo la situación aquí y las bajas que ahora mismo se estarán produciendo en las diversas zonas que quedan por evacuar, probablemente si la cosa no ha mejorado para mañana, soliciten refuerzos desde fuera de la ciudad para mandar a evacuar la zona Oeste mientras nosotros nos quedamos aquí neutralizando la amenaza.

—Esto me da mala espina...

—No eres la única, Morís y yo tenemos la sensación de que las cosas van a ir mucho peor para mañana. Todo esto es porque los de las altas esferas han tardado en actuar y hasta que las cosas no se les han ido a ellos de las manos y el número de podridos no ha aumentado hasta el punto de ser una auténtica amenaza no han actuado con el tema de la evacuación y en el tema de mandar refuerzos militares a la ciudad para ayudarnos a contener la amenaza. —Expresó una molesta Nicole ante la situación que la rodeaba — Oye Emi, tengo que dejarte. Por favor, informa de esto a Alan.

—Está bien, mucha suerte chicos.

Instantes después la llamada se cortó y Emi cedió finalmente su silla frente a la pantalla del ordenador a su compañero, antes de irse debería comentarle aquello que Nicole le había comentado a Alan. La reportera Débora Linson continuaba informando acerca de lo que estaba viviendo con uno de los grupos asignados a una de las tres áreas de la zona Este.

—Aquí estamos con el soldado Kyle Morales. Díganos, ¿Cómo está la situación?

—Bueno, mis compañeros están levantando algunas barricadas utilizando vehículos y grandes contenedores de basura para cortar las calles e impedir el avance de los zombis así como para cubrirnos tras estos y acabar con esos seres.

— ¿Se podría decir que la situación está controlada?

—Claro, disponemos de personal necesario y estamos bien armados para aguantar hasta exterminar a estos seres. No hay de qué preocuparse.

— ¿Y los civiles? ¿Qué sucede con ellos?

—Ha habido varias bajas, tanto de civiles como de compañeros míos y agentes de la ley a lo largo del día. No obstante se calcula que el ochenta por ciento de la población civil de la zona Este ha sido evacuada y trasladada con éxito a la zona asignada en el centro de la ciudad, en donde recibirán ayuda de todo tipo y estarán acompañados de la gente de la ONU para ayudarlos con cualquier cosa que necesiten. El último grupo, correspondiente a este área ha marchado hacia el centro de la ciudad hará quince minutos, ahora nuestro deber y el del resto de grupos de las otras dos áreas es retener y exterminar a los zombis que han salido de sus áreas persiguiendo a los grupos de civiles en plena evacuación.

—De acuerdo, muchas gracias por su tiempo señor. Bien, podemos estar tranquilos, la ciudad está en buenas manos, os devuelvo la conexión al plató. —Se despidió la joven acto seguido de que Alan apagara la televisión con el mando.

—Bien, volved todos al trabajo —Ordenó muy serio.

Los novatos sin intercambiar palabra alguna salieron de la sala cruzándose por el pasillo con Emi quien iba en la dirección de Alan.

—Jefe, ha llamado Nicole.

—Estuve viendo las noticias, las cosas se están torciendo y supongo que el motivo de la llamada de Nicole es para informar del tema ¿Verdad? —Quiso saber un preocupado Alan.

—Sí, es sobre eso.

—Está bien, vamos a mi oficina, prefiero que esto quede entre nosotros y los novatos no escuchen nada.

Tras esto, Emi acompañó a Alan hacia su oficina para contarle todo lo que Nicole le había dicho. Ambos sabían que las cosas estaban tomando un mal camino y era probable que mañana fuera un día nefasto, por lo tanto sería mejor estar preparados para lo que mañana pudiera pasar y no hacerse ilusiones sobre que todo aquel asunto tendría un final feliz.


#Sacedog

sábado, 15 de agosto de 2015

ANUNCIO

Hola, hola ^^ Vengo a anunciar que estamos vivos xD Es posible que con lo parado que está NH penséis que lo hemos abandonado, pues ya os confirmo que no, no lo hemos abandonado, ha habido una serie de problemas personales en las vidas de varios autores y otras muchas cosas que ha impedido el avance de la historia entre mayo y junio y NH ha avanzado muuuuy lento, por lo que he ido publicando poco a poco el Remake de Juego de la Supervivencia con el objetivo de que no estuviera todo tan parado. Por todo este tema de la baja actividad de NH os traigo noticias.

Nuestra Historia 2 actualmente se está escribiendo, el capítulo de "Inmoralidad parte 2" está en marcha, yo y el autor de Naitsirc nos lo estamos currando al máximo para cerrar esa trama cuya historia será de importancia para los eventos futuros de los últimos arcos del fic, es por este motivo de mi participación en el capítulo, que tampoco he estado publicando el Remake. Yo por mi parte, publicaré pronto el capítulo 4 del Remake de Juego de la Supervivencia, en el cual he estado trabajando a parte de Inmoralidad 2.

Mientras estos dos capítulos avanzan, al autor de Naitsirc se le ocurrió una idea para animar algo la cosa. Varios autores haremos una publicación sobre curiosidades a nivel personal de todo NH e ideas Beta de capítulos que nunca se llevaron a cabo por parte de los autores entre otras cosas de interés que desconocéis.

Por lo tanto, pronto tendréis esa publicación que seguramente encontraréis de agrado y próximamente se irán publicando esos dos caps. No hemos muerto, NH sigue vivo. Saludos ^-^/

-Sacedog-