Big Red Mouse Pointer

martes, 18 de noviembre de 2014

JAVI SOSA - REVOLUCIÓN (VIDEOCLIP)

Aquí les dejo mi primer videoclip,"Revolución" cancion original mia,espero que les guste.

lunes, 17 de noviembre de 2014

NH2: Capítulo 041 - Brutalidad policial

La ambulancia del hospital se mantenía casi intacta, la razón por la cual el vehículo de emergencias estaba parado en mitad de la acera de una manera tan incorrecta seguía sin explicarse. A varios metros de separación se hallaba el camión, inmóvil, todas las personas que iban en su interior se habían alarmado con los gritos de Florr. Davis se levantó de golpe con mucho dolor en su abdomen para cerciorarse de que lo que pregonaba la niña era verdad. El pelinegro frunció el entrecejo sin darse cuenta al sentir lo cerca que podía estar esa maldita sabandija.
—¿Qué vamos a hacer...? —Maya ligeramente nerviosa apretó el volante y observó al joven varón que no paraba de examinar la escena minucioso.

—Pues... obviamente vamos a ir a investigar —determinó él con impaciencia verificando su equipamiento—. Payne podría estar cerca... Iremos a pie.

—¿P-Puedo ir contigo? —preguntó Jessica insegura apareciendo justo detrás del joven. Ella sabía más que nadie lo poco adecuado que era que se ofreciera para una tarea que podía resultar peligrosa pero despegarse de Davis en ese momento, cuando se suponía que estaban tratando con el hombre que casi le había arrebatado la vida en una ocasión, la simple idea de separarse de él era insoportable. El pelinegro consideró rehusarse al par de ojitos azules que esperaban esperanzadamente por su respuesta, titubeando por un segundo solamente.

—Jess, yo... Es-Está bien... Pero quiero que te mantengas muy, muy cerca de mí, ¿sí? —no hacía falta siquiera asentir a eso; era lo que más deseaba la chica en ese momento. Davis entonces se dirigió a los compañeros dentro de la cabina —. ¿Alguien más se apunta?

Nicole se levantó de su lugar instantáneamente; tampoco tenía intenciones de desamparar al pelinegro. Siguiente a ella se irguieron Alice y Puma siendo el joven hombre detenido por la mano de Eva.

—¿Ya estás bien del todo? —preguntaba la castaña con preocupación. Puma asintió lentamente para que su compañera se relajase y le soltara el brazo—. Bueno, cualquier cosa, grita.

Con otro gesto afirmativo de su cabeza Puma bajó del camión tras los otros cuatro pasajeros, guiados por la imagen de la ambulancia en la lejanía. Pronto, antes de que se alejaran demasiado la puerta del copiloto se abrió y Florr hizo aparición.

—Ni siquiera te molestes —autoritaria, se anticipó la adolescente a lo que pretendía decir su hermano, cargando su escopeta. Puma alzó uno de sus dedos—. Sí, sí. No me alejaré, sólo... camina.

La jovencita le propinó una serie de empujones al alcanzarlo para que continuara moviéndose. Finalmente con Alice al frente los supervivientes entraron en una tienda de ropa al cruzar la cuadra para ocultarse. Los grandes ventanales daban un excelente ángulo de observación a pesar de lo sucios que estaban. Las luces amarillentas de emergencia de la ambulancia titilaban y las puertas traseras abiertas dejaban ver el interior; parecía vacía.

—Tiene que ser una trampa —aseguró Florr, caminando a lo largo de la tienda de un lado a otro para averiguar desde dónde podía ver mejor.

—Lo dudo... Él no es muy perspicaz para este tipo de cosas —dijo Puma acercándose más al cristal.

—Es verdad, si solamente se la ha pasado los últimos meses escondido en ese hospital... Además, ¿una trampa para quién? ¿Qué te hace pensar que Payne nos pueda estar esperando? —cantó Nicole bastante inquieta, y curiosa—. A mí me parece más bien una señal...

—Oka, oka, vamos a suponer que lo que dices es verdad —propuso Alice agitando sus manos en alto para apoderarse de la discusión—. Payne debería estar pendiente de la 'señal'. Yo estoy segura de que si nos acercamos nos verá venir y como una vez un buen hombre dijo que "si tienes al enemigo a tu alcance significa que tú también estás a su alcance...", fijándonos muy bien nosotros podríamos verlo a él.

—Podría ser cierto —respaldaba Nicole adoptando una postura meditabunda, con las manos en su cintura—. Además estas calles son estrechas, sin callejones, estaría acorralado.

—¿Tú qué piensas? —le preguntó Davis a Puma.

—Yo sólo estoy aquí de apoyo —el moreno se desligó del asunto no muy interesado en cómo se resolviese la situación.

—¿Pero es una buena idea, verdad? —le preguntaba Alice esta vez.

—De las mejores que has tenido —la rubia realizó un gesto de satisfacción—. Pero... siguen siendo teorías.

—Entonces vamos a ponerlas en práctica —dijo Florr ya aburrida de tanta palabrería, saliendo así de la tienda por un ventanal quebrado, cuidadosa de no rasgar su traje.

Automáticamente el resto siguió a la impulsiva chica a lo largo de la calle, con sus ojos apuntando en todas las direcciones, guardando cierto disimulo. Nicole al llegar a la ambulancia se dirigió directamente al capó.

—Está helado, ya tiene tiempo aquí... —informó al poner sus manos sobre este.

—Y no tiene ni una sola gota de gasolina —dijo Alice observando el contador desde el asiento del conductor. Nada, absolutamente nada de relevancia se ocultaba en el vehículo.

—Davis... —llamó Jessica al pelinegro, atrapando su cabeza con ambas manos de una manera un tanto extraña— No voltees, pero creo que vi algo en el edificio a tu izquierda —inconscientemente Davis hizo un ademán y la chica le sujetó con más fuerzas susurrándole nuevamente "No voltees...".

—¿Y si sólo es un infectado...? —pensó el joven.

—No sé, me dio la sensación de que se ocultó cuando miré en esa dirección.

—Oigan, muchachos... Acerquense un segundo —Davis atrajo la atención dirigiéndose hacia un costado de la ambulancia—. Jessica vio algo, o alguien, en el edificio que está justo al otro lado...

—Sí. En el segundo piso, la ventana de la casa de empeño —dijo Puma. Los presentes comenzaron mostrarse ansiosos.

—Bueno, desde aquí es simple, sólo hay una entrada y salida —aclaró Nicole reavivando sus fibras policíacas—. Cuiden sus armas, recuerden que queremos a este tipo vivo.

—¿Qué hay de las rodillas? ¿Puedo dispararle a las rodillas?

—Si le abres el traje la radiación lo matará. Así que mejor evitemos disparar hacia él, Florr... —sugería la ex policía reprochándole y empezando a dar sus primeros pasos hacia el complejo comercial, decidida.

Desde su lejano punto de vista, Maya presenciaba incómoda el comportamiento tan extraño que tenían sus compañeros junto a la ambulancia, quienes ahora cruzaban la calle.

—¿Qué están haciendo? —M.A de pronto se sentó a su lado.

—No tengo ni la más mínima idea... Acaban de cruzar la calle para meterse ahí, en el centro.

—Hmmm... —M.A dejó caer su cabeza hacia atrás luego de ese gemido de indiferencia, como el de una mujer que finge durante el sexo. Maya volteó a verle, muy presente no estaba. Sus ojos iban de un lado a otro y su boca no paraba de hacer muecas de inconformidad.

—Sé que te pasa algo... —dijo la chica inquisitiva. El rubio se inclinó hacia la ventana apoyando su codo en ella, y su sien en su mano.

—Creo, pero ni yo sé qué es...

—Si me cuentas quizás yo te ayude a descifrarlo.

—No, no... —M.A de pronto se puso en alerta con un salto en su propio asiento, ideando una forma de cortarle el paso al caudal de la conversación—. Esto... No quiero sonar antipático pero... C-Creo que eres la última persona con la que me gustaría hablar de esto. Quiero decir. No es por ti, es sólo que... O quizás sí es por ti... No sé cómo explicarlo... Agh.

—No te preocupes... —la castaña extendió la mano para palpar su codo cariñosamente—. Si no se puede, no se puede...

—¿Por qué-...? ¿Cómo lo haces?

—¿El qué...?

—Decirme "no te preocupes", tener tanta calma —M.A mecía su cabeza de un lado a otro, negando lo que acababa de escuchar, incrédulo.

—Ah, pues eso... —Maya quiso decirle desde lo más profundo de su ser: "Las apariencias engañan" pero al mirar a sus ojos, supo que era algo que no necesitaba escuchar. Sólo complicaría más las cosas—... es un secreto.

—Sí, claro... —M.A chasqueó los dientes antes de empezar a golpetear el suelo del camión con el talón del pie. Las emociones le sofocaban—. Maya... Incluso yo estoy aún muy apenado por lo de Dyss... Con lo único que podría comparar lo que sientes es con lo que yo sentí cuando desperté en el fuerte sin Ley a mi lado... y no me atrevo a hacerlo porque sé que no debe parecerse en nada.

—M.A, de verdad no te preocupes. Yo lo superaré... Debo superarlo... —ni la misma Maya creía en sus palabras. Tan sólo lo había dicho porque se suponía que era lo que tenía que decir... Y dejar de martirizarse por la muerte de Dyss era algo que se suponía que debía hacer... ¿¿Pero cómo?? En su vida había visto personas decir exactamente lo mismo, ¿en realidad lo hacían? O quizá simplemente aprendías a vivir con el dolor...

—Maya —M.A se arrimó al borde de su asiento y sostuvo la mano de la castaña—. Cualquier cosa que necesites que haga por ti, pídemelo...

—Está bien... Yo, lo haré —la chica sonrió.

Recordar a su hermana en ese momento... le hacía sentir un vacío en su interior. Pero recordar que aún tenía personas con las que podía contar... no podía negar que era un alivio para su alma. De vez en cuando necesitaba que alguien le hiciera saber que a pesar de todos los amigos que había perdido, no se había quedado sola aún. Todavía tenía gente por la que preocuparse, y también podía confiar con que esa gente le devolviese el gesto... M.A le sonrió, feliz...

—¿Escucharon eso? —Eva apareció entre ellos muy repentinamente. Los tres guardaron completo silencio para prestarle atención, afinando así su oído para enfocarse en los sonidos de su alrededor.

—Son disparos —dijo M.A abriendo la puerta del copiloto para salir—. Maya, quédate aquí.

—Inma, ¿podrías...?

—Claro, anda. Yo estaré aquí con Adán —respondió la chica a la hermana del niño, asintiendo varias veces.

Eva y M.A entonces partieron al trote hacia el mismo pequeño edificio en el que habían entrado sus compañeros, seguidos tardíamente por Crow. Un disparo más se escuchó claramente antes de que pudiesen llegar a entrar. El sitio era oscuro a plenitud... Desplazándose con cautela consiguieron internarse a través del pasillo en una redoma de pequeñas tiendas. Tras un par de pasos la castaña en el frente jadeó al tropezar con el pie a un cuerpo tendido a lo largo del suelo. Se inclinó instintivamente y recuperó sus nervios al reconocer que el cadáver ya hacía rato que habría entrado en proceso de descomposición. No era de los suyos. Ni un segundo más tarde otro balazo hizo eco en el recinto. Atraídos por el estruendo los tres caminaron hasta el fondo del corredor donde se elevaba una escalera metálica que les llevaría al siguiente piso.

Al subir, Eva pudo apreciar una mejor iluminación asomando su cabeza por la esquina de un nuevo corredor.

—¿Está despejado? —susurró M.A.

—Espera... —la mujer levantó su mano. Una figura se ocultaba arrodillada detrás de un mostrador—. Ey, psst —Florr miró sorprendida a Eva al escucharla sisear y con un tosco movimiento de su mano le recomendó que se agachara. La castaña se inclinó sobre el suelo y a gatas se desplazó muy lentamente hacia la chica.

—¡Es ese imbécil, es Payne! ¡Empezó a disparar en cuanto nos vio! —Eva echó una ojeada veloz por encima de la cobertura mientras era informada. Había visto a alguien más cubriéndose en una esquina pero no podía reconocer quién era—. Creo que le dio a Nicole.

—¿Dónde está?

—No lo sé, todos se dispersaron.

—Y tu hermano, ¿él está bien?

—¡No lo sé, no lo sé! —exclamó en voz baja. La mujer le apretó el brazo en cuanto vio que comenzaba a desesperarse.

—Calma. M.A y Crow vinieron conmigo. Están allá atrás —Eva señaló la dirección por donde había venido y por donde se asomaba el rubio precavidamente—. Necesito que sigas aquí escondida por otro rato.

—Está bien...

Sin ninguna otra palabra o gesto, Eva echó un último vistazo antes de salir desde atrás del mostrador. Aunque ya no se arrastraba por el suelo, mantenía la cabeza baja. Se había dispuesto a intentar hacer contacto con aquella persona que había observado pero ya no era capaz de ubicarla en ese confuso hueco. La organización de los pequeños locales se presentaba bastante simple, pero con todos los factores involucrados el lugar se tornaba laberíntico. Cristales destrozados, mueblería volcada, hasta varias de las paredes internas y las que daban al exterior se habían venido abajo. Después de mirar en derredor Eva tomó ingresar en una juguetería como su mejor opción.

Cruzando entre las estanterías, caminaba cuidadosamente procurando no pisar el montón de artículos que yacían desperdigados, esperanzada de pasar desapercibida. Sin embargo, a tan sólo unos metros de la entrada su oído atrapó a alguien más que a diferencia de ella parecía prescindir del sigilo. Rauda, la castaña dio media vuelta empuñando su arma blanca.

—Tranquila —su acechador atrapó su muñeca para evitar que le clavase el filo metálico en el cuello.

—Puma... —Eva exhaló aliviada, alegre también por verlo en una pieza—. Nosotros escuchamos los disparos...

—¿Estás bien?

—Claro.

—Payne está en el local del otro lado, sólo debo atraer su atención.

—¿Te ayudo?

—Me ayudarías mucho si te mantienes a salvo —Puma sostuvo el hombro de la castaña—. Te veo pronto.

Eva sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras le veía marchar. La forma en que le había mirado, la forma en que lo había dicho; le sentaba realmente desagradable, como una despedida. Bajó la cabeza al notar lo absurdo que era, exageraba. Puma entró rápidamente en el corredor y desenfundó su arma, asegurándose de tener una bala en la recámara. "Esto no es lo mío..." si lo único de tuviera que hacer fuese meterle una bala en el pecho o más arriba de las cejas, entonces las cosas pudiesen haber sido mucho más fáciles; capturar al enemigo... no era su estilo. El anciano rata se hallaba allí, a unos cuantos metros más adelante, doblado detrás de un escritorio. Lo tenía a tiro y el cretino ni siquiera se había dado cuenta de su presencia sin importar que caminase hacia él tan despreocupadamente. Al menos Payne tampoco se encontraba en una situación a la que estaba acostumbrado. La simple postura que el oxidado hombre mantenía le suponía un martirio, podía darse cuenta por la forma en que se sujetaba la parte posterior de la cintura. Puma alineó la pistola y disparó cerca de sus pies. El buen doctor dio un brinco del espanto que sintió al casi ser alcanzado por aquella bala, ni siquiera se había percatado de las intenciones del tirador cuando decidió devolver fuego indiscretamente. Una fracción de segundo después Nicole emergió tan silenciosa e invisible como una sombra de entre los escombros para asediar al vejestorio. La rubia lo tomó del antebrazo con ambas manos y pateó la parte posterior del muslo para reducir su altura. Seguidamente alzó su brazo y le quebró una costilla de un inclemente impacto de su rodilla para hacerle soltar el arma. Cuando vio al hombre lamentarse en el suelo, a pesar de estar tan indefenso, Nicole no pudo resistir embriagarse de satisfacción y complacencia, ni aguantar tampoco con todas sus fuerzas el dejar caer su pie en la cabeza de aquel malnacido, repitiendo la acción al menos una vez más antes de que Puma tirase de ella.

—Relájate, Collins...

—Eso es por dispararle a Davis, bastardo —bramaba mientras el pelinegro la apartaba del hombre casi inconsciente.

—Nicole, ¿estás bien? —Eva llegó casi enseguida, algo sorprendida por los aconteceres.

—De maravilla —la rubia resopló, experimentando una grata sensación de realización—. Nunca había disfrutado de la 'brutalidad policial'... hasta el día de hoy.

—Espero no le hayas averiado el cerebro —le respondió mientras observaba despectivamente al doctor.

Después de mantenerse a raya durante una muy molesta cantidad de tiempo, el resto del grupo comenzó a acercarse mientras ciertamente falto de delicadeza Puma levantaba al hombre y lo dejaba en el escritorio, sobre sus posaderas.

—¿Cómo estás, Payne? —preguntó el pelinegro sujetándole. El doctor se tambaleaba sintiendo aún el peso de la bota de Nicole sobre su cráneo.

—Dale unos minutos... —sugirió la rubia mirando en derredor—. Vamos a lo que vinimos.

—Yo ya hice la mitad del trabajo. Aquí está el maletín, lo encontré en la tienda de regalos mientras ustedes se ocupaban del doctor... —Davis lo posó también en la superficie del escritorio y removió los broches de seguridad para abrirlo, rápidamente volviéndolo a cerrar algo receloso una vez confirmó el estado de su contenido—. Está perfecto.

—¿Éste no será su bolso? —preguntaba Alice a nadie en especial desde el fondo del local toqueteando un bulto de tela negra con la punta del pie—. D-Dios, cómo pesa... —la chica llevó a duras penas el gran objeto junto a sus compañeros.

Abandonando otra vez el bolso en el suelo, Alice se arrodilló para aperturar la gran cremallera. En ese mismo instante comprendió por qué había sufrido tanto al cargar con aquello. Difícilmente también, la rubia sacó de su prisión de tela la mística baliza de Payne y la irguió. Sí que era un artefacto de arquitectura intrigante... casi escultural. Debía admitir lo impresionada que estaba a pesar de que su tamaño era decepcionante para ser un artilugio tan milagroso.

—Van... a lamentar esto... —juró Payne en un rabioso balbuceo.

—¿Qué andabas haciendo por ahí solo, Payne? —le preguntó Puma con una gentileza que ningún otro miembro del grupo le habría brindado—. Te pudo haber sucedido algo muy malo.

—Déjame en paz...

—¿Sabes algo? Me da la sensación... de que hay algo que parece ser que tú nunca alcanzaste a comprender —el moreno le sujetó con más fuerza—. ¿De verdad piensas que yo te concedí un hueco en el hospital y te ayudé con todo lo que necesitabas por simple bondad...? ¿Creíste que yo podría ser así de caritativo con un parásito como tú? Esa baliza... me pertenece, igual que toda la información que viaja a través de tus neuronas.

—Tú... no tienes ni idea —el doctor se carcajeó, engendrando su mirada más altiva.

—Cierra el pico, Payne —ordenó el pelinegro, inclinándose para tomar su voluptuoso bolso y dejarlo a un lado del doctor. El primer objeto que Puma encontró entre las pertenencias del viejo hombre fue un largo cilindro de papel arrugado que consiguió desplegar cómodamente haciendo a un lado todo lo inútil sobre el escritorio—. ¿Qué es esto...?

—Un mapa —obvió Payne de una manera cansina. En ese momento Eva lo tomó del brazo y lo arrojó en una silla cercana para tenerlo mejor controlado.

—Sí, un mapa, un mapa que lleva hacia un búnker que tú mismo me declaraste como 'inaccesible' ¿Es ahí a donde te dirigías? —los presentes observaron con infinita atención la lámina de papel que Puma sostenía con ambas palmas de las manos—. Ni siquiera debería preguntarte...

—Así que Nicole tenía su razón... —Davis se sumó a los mirones—. ¿Esto qué se supone que es? ¿Un laboratorio subterráneo?

—Sí, de Esgrip.

Adán se dejó caer cansado al suave asiento de copiloto, Inma, su guardiana, tan sólo permanecía en la puerta trasera del camión nadando en su imaginación, marchándose a un lugar muy lejano del mundo real.

—No se han oído más disparos... —dijo el niño acariciando sus rodillas—. Ya deben estar bien —Maya le miró esbozando una sonrisa desgastada. Admiraba su optimismo, aunque desgraciadamente no podía compartirlo.

—Sí... pero nos tienen aquí en ascuas, ¿no te parece una injusticia?

—Hmm... El fruto de la paciencia es el más dulce de todos, señorita Maya —esa vez la castaña le dedicó una auténtica sonrisa. "Sí que es adorable...".

La tortuosa espera de la chica acabó finalmente al divisar a M.A salir al trote del misterioso edificio. Maya de un salto dejó su lugar para interceptar al rubio en la parte trasera del camión.

—¡M.A! ¿Qué sucedió? ¿Dónde están los demás? —preguntó Inma volviendo en sí por la sorpresa de verle.

—Encontramos a Payne... todo está bajo control.

—¿Mi hermana está bien? —preguntaba el pequeño Adán detrás de Maya.

—Todos están bien, no hay de qué preocupar-... —el rubio paró de hablar de pronto. Su pulso se detenía por un segundo y sus ojos se perdían en el horizonte.

—¿M.A?

—¡Adentro, adentro! —el joven hombre empujó a Inma devuelta al interior del camión al mismo tiempo que tiraba de la puerta para cerrarla—. Bajen la cabeza...

El puente maltrecho que a la distancia apenas seguía de pie fue cruzado por una furgoneta negra luego de una camioneta que vestía el mismo color. M.A tensó la mandíbula, desconcertado por la aparición de nuevos forasteros. La horripilante sorpresa de todos sucedió cuando aquellos extraños se detuvieron exactamente frente al edificio en el que aún se hallaban sus amigos.

—Maldita sea... —murmuró el rubio visiblemente inquieto.

—¿¿Quiénes son esos tipos?? —Inma preguntó angustiada. De ambos vehículos se desmontaron un conjunto hombres y mujeres blandiendo largos y siniestros fusiles de asalto.

Davis más que nadie había sido alterado por la noticia. Su frustración y desasosiego únicamente podría ser equiparada por la de Alice y Nicole.

—¿Esgrip...? ¿Hay gente de Esgrip en ese laboratorio? —preguntó el pelinegro.

Payne, llegamos —una voz temblorosa zumbaba en el aire—. Estamos entrando así que ve preparando tus cosas, anciano —Alice introdujo su pequeña mano en el bolso del doctor. Había un aparato rectangular muy llamativo en una de las esquinas.

—Tenemos un problema... —la rubia enseñó la radio que había conseguido.

—Sin duda lo tienen —espetó Payne. De alguna manera le divertía el evento que estaba por darse.

—Y tú nos vas a ayudar a resolverlo —dijo Puma desenfundando su pistola. El moreno violentamente levantó al doctor agarrándolo del cuello, sacándolo del local en dirección a la escalera.

—Alice... guarda la baliza, guarda todo, por favor —pidió Davis apropiándose nuevamente del maletín.

—¿Podrías ayudar en algo? —le sugirió la rubia a Crow al verle tan inmóvil.

—¿Cómo no, primor?

—Bien.

Alice le echó encima el bolso. Una vez libre del cuidado del bulto se largó tras los pasos de Florr, Eva y Nicole para acudir también al problema que se les avecinaba.

—No todo está tan mal, tienes una opción: Entrega los artefactos y déjame ir. Así tú y tus amigos vivirán —ofertaba Payne bastante convencido. Puma simplemente apretó su nuca con más fuerza; no iba a comprar esa ridiculez.

El pelinegro y las damas que le acompañaban se detuvieron en el rellano de las escaleras, apuntando hacia el nivel inferior, esperando... con el dedo acariciando el gatillo. Segundos más tarde un cuarteto de soldados hizo acto de presencia. Lucían 'despistados'.

—¡Guau! Esto es... ¿Q-Quiénes...? —el soldado que iba a la cabeza se mostró particularmente impactado por la inesperada presencia de los supervivientes—. Demonios, Payne... si me hubieses advertido que teníamos más invitados hubiese traído una camioneta más grande. Espero que a alguno de tus compadres no le moleste tener que sentarse sobre mis piernas.

—Quédate donde estás —le ordenó Puma al verle pisar el primer escalón.

—¿Qué? ¿Por qué? —aquel hombre se lo había tomado como algo estúpido.

—¿Aprecias la vida de este hombre? —preguntó Puma removiendo el seguro de su pistola.

—¿Y tú aprecias la tuya? —el soldado alzó las manos, intrigado—. Esto no es un juego de gángsters, muchacho. Estoy a unos pocos años de entrar en la crisis de los 40 y de verdad odio ver morir a jóvenes como ustedes por malas decisiones como estas. ¡Ustedes son el futuro de lo que queda de este cochino mundo! Ya hay demasiadas cosas que matan por ahí afuera, no tenemos que añadir "malentendido" a la lista. Podemos sentarnos a hablar sobre esto mientras compartimos una lata de atún, ¿qué dicen?

—Digo que tienes la boca muy grande... —replicó Puma.

—Y también hablo muy rápido. Son dos poderosas cualidades de las que no muchos pueden regodearse...

—Muy útiles si quieres coaccionar a alguien a que te de un balazo —aquel hombre frotó su cabeza en desacuerdo con la respuesta del pelinegro.

—Vamos... ¿por qué tanta agresividad? Un sujeto tan apuesto como tú no puede andar por ahí tan lleno de amargura —el hombre esbozó una sonrisa que se mantuvo oculta detrás de su máscara.

—¿Eres de Esgrip? —preguntó Nicole de repente dando un paso adelante sin bajar su arma, igual que los hombres que seguían al soldado.

—¿Quién, yo? Oh... Capitán Steve Fox, a su servicio, hermosa doncella —se introdujo él realizando una elegante reverencia hacia la mujer.

—No respondiste a mi pregunta.

—Bueno, bella dama, nosotros... hemos decidido ser rebautizados como...

Fox hizo una pausa 'dramática', echando su cuerpo hacia atrás. El capitán extendió sus brazos como si fuese un ridículo presentador en un número teatral. Los espectadores compartieron miradas de incertidumbre.

—¡Zodiaco!

—Entonces... sí son de Esgrip —dedujo la ex policía con desagrado. Fox carraspeó su garganta juntando las manos.

—Si lo pones de esa manera... Es que en estos días nadie va por la calle gritando: "¡Ey, fui miembro de Esgrip!" ¿Me entiendes? Si haces eso la gente te mirará feo —respondió Fox, frustrado—. Así como me está mirando usted en este mismo instante, bella dama.

—¿Qué esperabas? Tú y tu gente han acabado con medio mundo —acusó Alice.

—No, no, no... Cuando toda esta porquería empezó yo estaba con mi hija en Japón comprándole una rata amarilla de peluche. Ring, ring... Atendí la llamada de mi teléfono y en treinta minutos había llegado un helicóptero listo para recogernos —narraba el soldado fervientemente—. Y los hombres que están hoy aquí conmigo te pueden contar una historia similar porque yo sé en qué lugar exactamente se hallaba cada uno de ellos en el minuto que... Ey... ¿Por qué tú no llevas traje?

—Divagas, Fox... —advirtió Puma frunciendo el entrecejo.

—Ah... Seguro —masculló el capitán—. ¿Pero qué hay de ustedes? ¿Qué tal si empezamos por saber tu nombre, muchachote?

—Él es Puma... —contestó Payne atrevidamente. El susodicho vio pertinente abofetearlo pero se contuvo simplemente porque deseaba no generar un alboroto entre tantas armas.

—¡Ajá! ¿Cómo no me pude dar cuenta antes? Payne nos ha contado varias cosas de ti... buenas en su mayoría, según mi criterio.

—Por supuesto... —murmuró Puma no muy alegre de saberlo.

—'General' de un ejército de criminales psicóticos... Hay que tener dos bolas para asumir una responsabilidad tan peligrosa. Además de exterminar a muchos oficiales de la élite policial. Sí señor, son méritos muy respetables —el capitán dio un par de aplausos—. Lo séee, lo séee, estoy divagando... Mira, Puma, la realidad es que tú y yo vamos por el mismo lado de la acera. Ambos queremos hacer grandes cosas por este mundo... Y estoy seguro de que todas estas señoritas también, ¿entonces por qué entrar en conflicto?

—Por lo que le dijiste a la bella dama... —dijo Puma observando a Nicole.

—¿Cómo es eso? —Fox se cruzó de brazos.

—Haber trabajado para Esgrip no te da muy buena imagen ante la sociedad...

El capitán refunfuñó obstinado. Reacomodando su máscara antigas lentamente fue subiendo escalón por escalón sin que le importase las múltiples armas que marcaban su cabeza.

—Todos hemos pecado en algún punto de nuestra historia... Seguro que tú también has hecho cosas de las que no puedes fanfarronear. Pero lo que hacemos ahora es lo que cuenta, ¿no es así? —Fox continuó subiendo hasta que sintió el cañón de la pistola de Puma contra su pecho—. Ayúdame a ayudarte... Dialoguemos.

—Si de verdad quieres hacerlo, tú y tus hombres entregarán sus armas —condicionaba el pelinegro seriamente—, uno por uno.

—¿Por qué no? Somos gente de paz, no las necesitamos realmente —Fox con las manos en alto se dio media vuelta para mostrar un par de revólveres que colgaban de su cinturón. Florr procedió a remover el armamento del hombre en un santiamén.

De igual manera, tras recibir una seña de su capitán, los otros tres soldados rindieron en completo silencio sus fusiles de asalto sujetándolos por la culata. Nicole especialmente admiró el gesto, aquellos hombres seguían a su líder ciegamente... En breve, el cuarteto fue escoltado hacia el interior de los locales donde allí fueron recibidos no muy gratamente por Davis.

—¿Ellos son los de Esgrip? —preguntó él con desconfianza.

—Zodiaco, somos Zodiaco —reiteró Fox con insistencia demostrando estar ofendido.

—Entonces... Ustedes vienen de ese laboratorio en las afueras... —supuso Davis ligeramente molesto, señalando hacia la brecha en la pared. Los soldados le observaron con sorpresa—. ¿Estoy en lo correcto?

—Ya veo que entre cielo y tierra no hay nada oculto... —dijo el capitán—. ¿Para qué negarlo?

—Pensaba que ya ustedes estaban acabados...

—Hierba mala nunca muere —le respondió Fox riendo—. Es una broma, no te lo tomes en serio. Y... bueno, nosotros vinimos aquí a recoger unas cosas que llevaba Payne, ¿podría verlas si no es mucha molestia?

—¿Para qué quieren esas cosas? —volvió a interrogarle Davis, ceñudo, colocándose a la defensiva.

—¿Para qué quieren USTEDES esas cosas? Nosotros tenemos un laboratorio, podemos investigar los objetos a fondo, comprobar los indicios que nos hacen creer que estos artefactos están de alguna manera ligados a ciertas cosas que pasan hoy en día... —respondió el soldado realizando raros movimientos con sus manos y dedos para añadirle suspenso a su explicación.

—Creo que voy a necesitar mucha más información que esa —aclaró el joven pelinegro, cruzándose de brazos.

—¿Pero por qué no me dejas verlos por un momento? —pidió Fox una vez más, casi como un ruego. Davis apretó los labios lleno de inconformidad. Entonces recibió una mirada cómplice de Puma.

—Sólo un vistazo —le dijo el moreno. Razonablemente dudó un instante en apoyar aquella moción, sin embargo terminaría por ceder.

—Bien... pero desde lejos —contestó el pelinegro resignado mientras de mala gana sacaba el maletín de su escondite al otro lado del local y lo abría encima del escritorio.

—Grandioso... Ya llevamos uno de dos —dijo Fox, feliz por ver la piedra bien cuidada.

Crow con mucho menos celo, se encargó de exhibir la baliza guardada en el bolso de Payne. Gracias a las lentes oscuras de su máscara, nadie pudo notar la forma en que los ojos del capitán se habían iluminado al ver aquel artefacto tan majestuoso.

—Okey, perfecto. A ver... Yo no soy el más indicado para hablarles de estos objetos. Quizás Payne, pero a decir verdad no creo que puedan comprender mínimamente lo que tienen en su poder —dijo Fox rápidamente sin apartar la vista de ambos artefactos. El hombre estaba sufriendo un ataque de ansiedad que los presentes no interpretaban de muy buena manera.

—A mí me parece que aquí no hay mucho qué comprender —refutó Puma, aproximándose a él—, únicamente que estos artefactos no deben caer en tus manos ni en ninguna de las de tus amigos.

—Niño... Estos artefactos volverán a quienes le pertenecen. La única diferencia aquí entre ustedes y nosotros es que nosotros facilitamos el proceso mientras que ustedes son obstáculos que tarde o temprano serán superados ¡Las cosas simplemente van a suceder! Si no es hoy será mañana, si no es aquí será en cualquier otro lado —aseguró Fox plenamente convencido, y alterado—. ¡Por Cristo! ¡Miren sus caras! Ni siquiera tú que estuviste tanto tiempo sacándole información a Payne tienes pinta de saber qué-es-lo-que-estás-haciendo... ¿Cuál es tu idea? ¿Guardar los artefactos hasta tener una epifanía que te revele qué hacer con ellos? ¿Además, piensas que nosotros podríamos joder esto mucho más de lo que está?

—Siempre pueden hacerlo peor... y esta es la única esperanza que hay de arreglar las cosas al menos un poco. Me da igual cuánto tarde, sé que en algún momento alguien más noble que ustedes aparecerá... Así que entonces, te irás con las manos vacías —sentenció Puma alzando la quijada.

—Muchacho... Seguir con esto le costará la vida a cada uno de ustedes —advertía Fox guasón... sonriendo bajo la enigmática máscara de gas.

—Lo mismo va para ustedes —el pelinegro se adelantó y acercó su pistola otra vez al corazón del capitán. El soldado rió incontrolablemente mientras alzaba las manos para parecer inofensivo.

—A mí me sabe a mieeeeerda lo que me cueste... pero te aseguro que con las manos vacías yo no me voy... —Fox agitó los dedos y despreocupadamente relajó sus hombros y recargó todo su peso sobre sólo una de sus piernas. No hacía falta mirarle a los ojos para notar su actitud tan desafiante...

—¡Cuidado! —aulló Jessica.

Crow en una fracción de segundo vio el primer resplandor del sol reflejarse en el pulcro metal del pequeño cuchillo que viajó atravesando el aire para llegar a su pecho e incrustarse en el órgano más importante de todo su cuerpo... su corazón. Mientras el reo se precipitaba hacia el suelo expirando su último aliento, Davis, con increíbles reflejos ladeó su torso evitando así otro puntiagudo proyectil que de fallarle se encontró con el brazo de Alice. La rubia se echó al suelo con un chillido involuntario de su garganta cuando sintió el metal desgarrar sus carnes para abrirse paso hasta su hueso. Puma, quien había dado la vuelta en el preciso momento que había escuchado el grito, fue atrapado por una habilidosa llave de Fox para evitar que fusilara a su camarada. El capitán, apoderado del arma del ex general, comenzó a repartir plomo a los supervivientes que buscaban cobertura en medio de aquel caos. Raudo, Puma intentó invertir la situación pero su contrincante volvió a controlarlo, pasando de su cuello a capturar sus apéndices impecablemente colocándolo esa vez sobre sus rodillas.

—"La cuida como a nada en el mundo... Una niña bonita, de ojos brillantes" —pícaro, Fox recitaba velozmente palabras que una vez había escuchado de la boca de Payne a través de la destartalada radio mientras apuntaba a una jovencita que se arrastraba desesperada hacia la salida del local—. "Su nombre es Florr...".

—¡¡¡NO!!! —gritó Puma y el capitán tiró del gatillo. Florr aspiró un grito de dolor cuando sintió el plomazo en su costado, rindiendo sus brazos y sus piernas en el acto para desmoronarse en el tapete.

El pelinegro tiró con todas sus fuerzas del soldado para liberarse y este, incapaz de dominarle se deslizó con elegancia alrededor de él y utilizó su propio peso para arrastrarlo hacia un hueco en la pared. Inexorablemente, ambos varones cayeron directo hacia la calle encima de un autobús volcado. Fox se estrelló de lleno contra las ventanas mientras que Puma recibió la filosa esquina del transporte en su espalda, rebotando en esta para desplomarse sobre el asfalto del suelo.

—¡Señor! —cuatro hombres más bajo las órdenes de Fox que habían estado esperando en la entrada se acercaron a la escena.

—¡Ustedes dos! —el capitán señaló a sus soldados cuando pudo incorporarse sobre sí mismo—. Vayan a ayudar a sus compañeros... Y ustedes dos vayan calentando los motores que nos vamos pa' la mierda.

—Y...

—Nah, déjalo. Anda a... prender la camioneta, dulzura. Yo... me encargo de él —contestó adolorido bajando del autobús y dirigiéndose pesadamente hacia Puma, quien seguía tendido en el piso.

Los tres hombres aún en la parte superior del edificio rápidamente ganaron una mejor posición arrebatando las armas del cadáver de Crow con audacia... consiguiendo obtener de igual manera una vía casi completamente libre hacia los artefactos. Nicole y Davis trataban de ganar terreno disparando hacia ellos pero sencillamente aquellos sujetos no eran fáciles de pelar. Esos tipos sabían lo que hacían. Los tres juntos se alternaban con una rapidez casi perfecta a la hora de disparar dejando el tiroteo en un punto donde nadie avanzaba o se echaba hacia atrás... Lo que sentaba perfecto para los soldados de "Zodiaco", puesto que esa brevísima cantidad de tiempo servía espléndidamente para que pudiesen asegurar los artefactos. Algo impuntual, Eva decidió unirse al enfrentamiento... Tenía el flanco de sus enemigos e iba a por él. Atravesó varias estanterías y se apoyó detrás de una columna recuperando su aliento, observando para finalmente salir a darle uso a su arma... Pero en cuanto la castaña hizo el simple ademán por abandonar su cobertura, una ráfaga de balas impactó en la columna levantando una nube de polvo y devolviéndola a su escondrijo. Dos personas más habían llegado con una escandalosa potencia de fuego; como prioridad, centraron sus cañones en Nicole y en Davis mientras el pelinegro cubría a Jessica con su cuerpo y la rubia se hacía más pequeña al momento que las balas seguían llegando con el objetivo de mantenerlos a raya. Sus compañeros, cargando tanto con el maletín como el bolso con las pertenencias de Payne y arrastrando al mismísimo doctor, empezaron a retroceder hacia la salida siendo cubiertos por el fuego de los fusiles automáticos. Eva, visualizando otra manera de flanquearlos se desplazó a lo largo del local, alcanzando un punto de ventaja ágilmente. Preparó su arma y apuntó... sólo para ser frustrada nuevamente. Los tenía a tiro, pero prefirió desviar sus esfuerzos hacia algo que para ella era muchísimo más importante.

—No, no, no... no... —Eva dejó en paz a los soldados corriendo desenfrenada a socorrer a una jovencita que se retorcía en su propia sangre. Dándole la vuelta lo más gentilmente que podía.

—E-E... va... —Florr le miró profundamente, intentando lidiar con el dolor apretaba su hombro como si no hubiese nada más en el mundo a lo que aferrarse. La mujer desesperadamente puso la mano sobre el agujero en su costado levantando a la vez su cabeza.

—Ey, ey, ey... Aguanta un poco, sólo un poco, Florr. Vas a estar bien, ¿me oyes? —un hilo de sangre se escapó de la boca de la chica. Habían demasiado carmesí a su alrededor... demasiado.

—¿D-Dónde es-stá Puma...? —preguntó desconsolada mientras sus ojos se empañaban.

—D-Dale un minuto... Dale un minuto. Él ya viene.

Devuelta a la calle, Fox se tambaleaba sosteniendo su propia cintura. Mientras, arrastrándose por el suelo con la ayuda de sus brazos, Puma intentaba alcanzar su pistola... No conseguía ponerse de pie, sus piernas no respondían a sus órdenes.

—¿Cuál es el problema, muchacho...? ¿Te jodiste la columna...? ¿No sientes las patas? —Fox se le acercó por un lado y dio un inclemente pisotón exactamente en el centro de la espalda...

Instantáneamente Puma apretó los párpados y se arqueó dejando salir un desgarrador grito causado por un dolor indescriptible que jamás de los jamases había sentido en toda su vida. Todas las fibras de su cuerpo ardían con una corriente eléctrica que recorría cada uno de sus nervios. Su quijada se había abierto a más no poder y sus rodillas adormecidas se contrajeron para despegarlo tan sólo un poco del asfalto. Cuando la abrasadora sensación llegó a su clímax rapidamente fue sucedida por la completa pérdida se sus sentidos.

—Rayos... —Fox después de recoger el arma él mismo, pateó suavemente el costillar del pelinegro en cuanto lo vio desplomarse. Estaba inconsciente—. Más fácil de lo que creí...

—¡Estamos listos, señor! —sus hombres salieron a toda prisa del edificio, cargando con todo lo que habían ido a buscar para su grata sorpresa.

—¡Excelente mis niños! Estoy demasiado orgulloso de ustedes... —el capitán le dio un fraternal abrazo al primer soldado en acercarse, una dama—. Ahora, todos a bordo. Suban el maletín y el bolso a la maleta de la camioneta y tengan la dinamita a la mano. Yo ya estoy por terminar aquí...

Fox retrocedió un par de pasos trastabillando y tiró del martillo de la .45, listo para presionar el gatillo con el arma justo sobre la cabeza de Puma.

—De verdad lamento esto, chico —inhaló muy hondo, victorioso, pero, también apenado.

—Espera... —Payne se interpuso—. Deshacernos de él sería un error. Hay que llevarlo al laboratorio para estudiarlo... A tu jefa le gustaría.

—Bueno... si usted lo dice, Doc. Supongo que será un buen presente para mi reina —contestó asintiendo y colocándole el seguro a la pistola, bastante más animado—. Entonces, váyase en la furgoneta con su cobaya para que la vigile. No será mucho problema, de todas maneras... creo que se quedó inválido.

Lejos, dentro de un camión M.A observaba lo que estaba sucediendo irritado, frustrado, espantado.

—¿Qué hacemos? ¡Se lo están llevando! —Maya zarandeó al rubio—. ¿¿Los seguimos??

—No. No ganaríamos nada... absolutamente nada. Nos matarían y tampoco podemos dejar a los demás aquí tirados. Podrían haber heridos... —al mismo tiempo que aquellos vehículos se ponían en marcha y se largaban por el mismo camino por el que habían llegado, M.A sopesaba las opciones, que eran prácticamente nulas—. Qué mierda... Vamos, vamos.

El rubio tomó la iniciativa de salir del camión cuando el par de vehículos casi llegaba al puente. "¿Cómo... Cómo pudo pasar todo esto...?" M.A acarició su nuca, incrédulo... Las cosas habían sucedido tan rápido...

—¡Maya! ¡¡Maya!!

—¡Alice! ¡¿Qué te pasó, estás bien?! —la chica se fijó al instante en el brazo ensangrentado de la rubia. Intentó responderle al momento pero un estruendoso ruido en la lejanía enmudeció sus palabras.

—¡Lo volaron! —gritó Inma viendo cómo los miserables trozos que quedaban del puente empezaban a reducirse a nada más que escombros.

—Maya, no hay tiempo —Alice sujetó vehementemente a la castaña para que le acompañara—. Florr está herida.

—¿Florr e-está herida? —Adán dio un paso adelante, temeroso.

—Le dispararon, ella...

El niño partió en carrera hacia el edificio con el corazón palpitando contra el borde de su pecho cada vez más fuerte con cada paso que daba. Dentro, se perdió, pero bastó con un empujoncito en la dirección correcta de parte de Alice, quien iba justo detrás de él, para que volviera a acelerar el movimiento de sus piernas y llegara a la escalera, subiendo los peldaños de dos en dos hasta alcanzar el segundo piso. Sólo al girar en la esquina, vio a tres conocidos. Jessica, Davis y Nicole esperaban en medio del corredor con rostros demasiado largos para su gusto. El pelinegro, con su mirada cargada de pesar, apuntó hacia dónde el niño debía ir.

Adán entró al local, lentamente, deteniéndose aterrado al ver a su hermana arrodillada en el suelo con una chica entre sus brazos, empapadas ambas de sangre. Eva levantó la mirada al notar la presencia del pequeño, sus ojos se hallaban rojizos y una lágrima le cruzaba la mejilla.

—Se nos fue... Florr, Florr se nos fue...

Probablemente ya se acercaban las 12... Ese día, no había sido precisamente sencillo. Puma trabó la puerta con una silla de madera, mientras, Florr dejaba caer su mochila en medio de la sala, estaba agotada, pero se sentía más tranquila. Era la primera noche que pasarían solos... La chica se echó sobre el amplio y comodísimo sofá, sacándose las botas para aliviar sus pequeños pies, resoplando malhumorada al ver su dedo más grande salir por un agujero en la punta del calcetín.

—Aff... Un día de estos vamos a tener que ir de compras... —susurró.

Florr estiró las piernas sobre una mesita de madera justo frente a ella. Puma seguía enfocado en revisar los rincones del apartamento ajeno que habían invadido. El sitio estaba ciertamente revuelto, pero era seguro...

—¿Por qué no te sientas ya? —dijo la chica inquieta de tanto verle caminar de un lado a otro sin parar. Por primera vez, Puma sintió que debía hacerle caso, que quería... era sólo que no terminaba de sentirse a salvo. Desistiendo de una vez por todas, también se quitó la mochila para ir a acompañar a la jovencita en el mueble. Se quitó la máscara y la funda con su arma antes de extender los brazos sobre el espaldar y dejar caer su cabeza hacia atrás. Al fin había conseguido algo de paz... Miró a Florr, acariciando sus propios brazos con una obvia preocupación en su rostro.

—Ey... ¿cómo estás? —preguntó Puma inclinándose un poco hacia ella.

—Yo estoy bien... —la pelinegra entristecía su semblante, nadando en nostalgia—. Sólo espero que Adán y Eva también lo estén...

Florr observó al moreno de reojo, guardando completo silencio durante un largo rato, con la incertidumbre marcada en sus ojos de plata. Dando otro vistazo más, tímidamente, decidió saltar de su lugar para acurrucarse a su lado con temor.

—¿Qué vamos a hacer ahora...? No quiero que esta sea la última vez que los vuelva a ver... —Florr apoyó su cabeza sobre el pecho del pelinegro, haciéndose más pequeña.

—Y-Yo... No lo sé, estuvimos buscándoles todo el día y no encontramos ningún rastro... Creo que... que podríamos volver a intentarlo mañana pero si no conseguimos nada... Este pueblo es demasiado peligroso, tendremos que irnos —decía resignado. La chica le miró desesperanzada, odiaba tener que aceptarlo. Recogiendo más sus piernas, suspiró.

—Pero... ¿Y si no es suficiente? Quizás los encontremos si nos quedamos más tiempo... tal vez, una semana —dijo muy insegura. El pelinegro observó profundamente sus ojos grises, dudoso, arropando después de unos segundos sus delgados hombros con su brazo para confortarla.

—Sé que va a ser difícil seguir adelante por nuestra cuenta... En serio quisiera más que nada mirar en cada hueco de este pueblo pero... en este momento no hago más que pensar en lo que haría Eva y no me la imagino arrastrando a Adán por todo el pueblo mientras nos busca. Ella no lo pondría en esa situación y tampoco querría que yo hiciera eso contigo... —respondió decaído—. No puedo permitir que nada te pase. Debo mantenerte a salvo... ¿Lo entiendes, Florr?

La chica lo observó un segundo más antes de recostarse sobre su hombro.

—Sí, lo entiendo... —susurró cerrando sus ojos—. Es lo que has estado haciendo todo este tiempo... Siempre me pregunto cómo hubiese sido el resto de mis días si no me hubieses encontrado... Quizá hubiera muerto en ese orfanato.

—O simplemente hubieses escapado y nos hubieramos conocido en algún otro lado... —dijo él algo más optimista.

—Ja, sí... —Florr sonrió, ligeramente despegándose luego de él. Tenía una rara expresión de sospecha en la cara... se estaba imaginando algo—. ¿Tú crees en eso del destino?

—¿Tú no...?

—Pues, b-bueno, no lo sé... Pero a mí me gusta pensar, a veces, que todos estamos en este mundo por algo... Que no importa lo que hagamos, o cuanto nos desviemos... O sea, las cosas pueden variar, ya sabes, tipo la 'teoría de los multiversos', ¿has oído hablar de ella? —preguntó con entusiasmo. Puma simplemente negó con la cabeza—. Bueno, pero... lo que quiero decir es que pienso que como sea deberás cumplir con tu destino, que las cosas siempre vuelven a sus cauces y yo... después también pienso que soy una tonta por andar creyendo en-en... en el destino y esas estupideces.

—Florr, no es estúpido... —Puma inconscientemente se mordió el labio mientras meditaba, salvándola de creer que estaba quedando en ridículo—. Yo morí, y por alguna razón recibí una segunda oportunidad. También, alguna deidad reptiliana te puso en mi camino por un motivo porque incluso después de todo lo que hemos pasado a lo largo de... tanto tiempo, hoy especialmente... seguimos juntos —dijo muy seriamente. A la chica se le iluminó el rostro—. ¿Destino? Quizás.

Florr bajó la cabeza, sonriente. Sentir que él también compartía las locuras que habitaban su cabeza se le hacía una cosa sencillamente mágica... Darse cuenta de que el joven que tanto había compartido con ella los últimos capítulos de su vida y con el que había desarrollado un increíble lazo le abrazaba de verdad por primera vez la llenaba de un cálido sentimiento de felicidad, compensando un día de tanto malestar... Aquella noche se convertía en algo muy distinto a cualquier otra que había vivido, era una noche de cosas nuevas... de primeras veces. Florr volvió a levantar la mirada con la luz de la luna golpeando suavemente sus ojos plateados, y allí estaba él. Lo podía percibir, trataba de ocultarlo, pero era fácil notar la forma en que Puma se había quitado al fin su careta de imagen dura e insensible... Ahora la veía como cualquier ser humano podría ver. Con emociones... con miedo, con ardor en su interior, pero sobretodo con el cariño que sentía hacia ella. Incluso parecía dibujar una pequeña sonrisa... La chica se dejó llevar por aquellos sentimientos tan sólo un segundo, aunque un solo segundo fuera demasiado para permitir que un impulso como ese abarcara sus pensamientos. Suspirando una vez más maldijo a sus adentros, sin remedio. Sí, era una noche de cosas nuevas... Una noches de primeras veces, así que...

Ya no le importaba, debía intentarlo, debía ir por su primer beso...

Florr apenas necesitó inclinarse un poco hacia delante, delicadamente juntando sus labios con los suyos con un pequeño corrientazo recorriendo su pecho. Ambos permanecieron inmóviles, casi. La chica se separó de él apenas un instante, colocando la mano detrás de su cuello esa vez, aunque sin atreverse a realizar ningún otro movimiento al volverle a besar. Quieta, únicamente sintiendo durante ese especial momento el poco calor que compartían en aquel suave tacto... hasta que, finalmente, decidió apartarse.

—Florr... Esto —masculló cabizbajo. La jovencita le miró con falta de seguridad, aunque ciertamente lucía complacida—... sabes que no puede volver a pasar. S-Se supone que somos como hermanos, que debo cuidar de ti... y, y yo...

—Sí, sí, sí. Imaginé que lo arruinarías diciendo eso... A la mierda, no me importa —la chica se levantó de golpe, despreocupada, soltando su coleta mientras caminaba hacia un lado de la sala, agitando su cabeza para dejar caer su corta cabellera negra sobre sus hombros—. Nada más quería darle mi primer beso a alguien que me importa.

Florr, sin detenerse de ninguna manera, entró en una de las dos habitaciones del apartamento, encerrándose con un portazo que muy capaz todos los muertos vivientes de la cuadra habían escuchado. Aún aturdido, Puma expulsó todo el aire en sus pulmones frotando su sien. No podía creer que estuviese viviendo un día tan complicado... Debía hacer algo.

Agotado física, mental y moralmente abandonó la comodidad del sofá para ir a tocar con sus nudillos la puerta que su hermana tan mal había tratado.

—¿Florr? —intentó por supuesto girar el pomo, sin resultado.

—¡¿Qué quieres?! —exclamó desdeñosa desde las entrañas de la habitación.

—¿Por qué no me abres...? —dijo como sugerencia.

—¡¿Para qué?!

—Ha-Hace mucho frío aquí afuera, las ventanas están rotas. Se mete el... el sereno —mintió.

—¡Entonces vete a la otra habitación! —volvió a gritar como si poco le importara.

—Anda, Florr... ¿De verdad planeas dormir sola ahí dentro? —preguntó, algo más persuasivo.

—¡S-Sí! ¡Ahora déjame en paz!

—Florr...

—¡En paz, dije!

—Okey...

Puma acató las órdenes sin más, alejándose para entrar en la habitación contigua, justo en frente. Ya había estado allí, aunque no se había fijado antes en los cuadros y fotografías. Demasiada oscuridad nocturna sobre las imágenes para poder apreciarlas bien, pero se veía que pertenecían a una pequeña familia. Aquel era el lugar de los padres, el otro que ocupaba Florr, era el de una niña de 10 años o menos... Se quitó el abrigo y también las botas, tirándose de boca en la cama. Tenía tanta suerte de disfrutar un colchón así de suave... Observó la luna, imponente del otro lado de la ventana. Parecía tan pacífica, tan despreocupada por todo, ella no tenía que lidiar con nada... Cómo la envidiaba...

Así pasaron, uno o dos despreciables minutos, como si se tratara de una eternidad...

—¿Será que te acuestas como la gente normal y me das un lado? —sugirió molesta una muchacha detrás de él. A Florr le daba igual que fuese una noche de primeras veces, definitivamente no sería la primera vez que durmiese sola—. Muévete, vamos.

Completamente callado Puma se deslizó arrastrando las sábanas cuando la muchachita le golpeó las pantorrillas con su mano intentando meterle prisa, sirviéndole un espacio en el colchón.

—No me mires así, sabes muy bien que no me gusta dormir sola —Florr refunfuñando abordó la cama y se ocultó bajo un pedazo de tela dándole la espalda a su hermano.

—Claro...

—Buenas noches —dijo con desdén, irónicamente sólo por no ser maleducada... La chica de pronto sintió sorprendida un fuerte brazo envolverla suavemente por encima de la sábana, igual que un cálido aliento mecer su cabello.

—Buenas noches, Florr...

Florr... Florr...

Su mundo comenzó a ser despedazado vertiginosamente por una realidad mucho más cruda...

—Mira, ya se despertó el bello durmiente —balbuceaba alguien, pero no podía entenderle.

—No te muevas —lo primero que escuchó Puma al recuperar sus sentidos fue una amenaza, y lo primero que vio al abrir los ojos fue el profundo cañón de una 9 milímetros. Estaba dentro de una furgoneta en movimiento... Habían 3 soldados muy cerca de él y habían dos personas más al frente del vehículo; el conductor era otro soldado y el copiloto que se había asomado por la noticia, no era ni más ni menos que el mismísimo Payne. El doctor le miró indiferente, volviendo a acomodarse en su asiento rápidamente.

—¿Cuántos cartuchos de dinamita nos quedan? —dos de los soldados murmuraban algo entre ellos. Allí se dio cuenta de que nadie llevaba máscara, ni siquiera él.

—Ehm... Pues aún varios.

—Pero cuéntalos, hombre...

—¿Dónde estamos? ¿Dónde está Fox? —preguntó sinceramente desconcertado a la fémina que le custodiaba. Esta simplemente se negó a hablarle.

—Si lo que quieres es conversar con él, ya tendrás tiempo, amigo, muuucho tiempo... —contestó serenamente uno de los hombres más adelante. No parecían darle mucha importancia—. Oye, ¿qué es lo último que recuerdas...?

Puma súbitamente flexionó su pierna en un intento por reacomodarse en el suelo, sorprendido de poderla mover. La soldado se tensó acercándo aún más la pistola a su cara.

—Recuerdo caer... —respondía sin apartar la vista de la mujer. Era rubia, con la cabeza rapada... la ácida expresión de sus ojos, verdes, le decía insistentemente que no le era de simpatía—. Recuerdo que... Florr... ella... Florr, Florr...

—¡Que no te muevas! —la dama le retuvo contra suelo cuando el pelinegro se revolvió alterado tras pensar en la imagen de su hermana, herida por el capitán de esos... malnacidos.

Instantáneamente, en cuanto la mujer abandonó su asiento y le puso una mano encima, Puma dejándose guiar por sus impulsos sujetó su muñeca para desviar el arma y capturó su cuello pasando la pierna por sobre su cabeza, llevándola al suelo de un tirón y arrebatándole la pistola sin mucho más esfuerzo.

—¡Ey, esper-! —Puma acalló al soldado de un plomazo en la cabeza, haciendo lo mismo con el otro hombre. Apoyando, por último, el arma contra el entrecejo de la mujer debajo de él antes de esparcir sus sesos con un sencillo disparo.

—Sigue conduciendo... —ordenó rabioso al chofer, situándose rápidamente junto a él.

—¿Qué crees... que estás haciendo? —Payne se apegó a su ventana lo más que podía. El doctor recibió en sus dientes los nudillos de Puma.

—Cierra tu maldita boca... cierrala, cierrala... —el siguiente puñetazo llegó por la quijada. Payne se hizo para adelante con las manos sobre la cabeza, tratando de escapar y protegerse del pelinegro que le agredía con tanto odio... Jamás le había visto en ese estado, nunca... Su mirada sólo la podía comparar con la de un animal.

—Hijo de puta.

—Tú... só-lo si-gue... conduciendo... —Puma hundió fuertemente la punta de la pistola en la mejilla del soldado, marcando una pequeña quemadura circular por el calor del cañón—. Voy a matarlos, a cada uno de ustedes.

—Eso crees, ¿ah? —respondió un tanto burlón gruñendo—. Cabroncito...

—De eso estoy seguro... —la reacción de aquel hombre fue un tanto inesperada. El tipo pisó el acelerador a fondo.

—No tienes idea de con quien te metes, basura... —poco a poco la furgoneta se empezaba a desviar de la carretera. Las ruedas giraban a su máxima velocidad, directo hacia una curva muy estrecha.

—Frena, frena, frena... ¡¡Frena!! —bramó Payne apoyándose del espaldar cuando presenciaba su inminente caída hacia el barranco.

—Nuestra victoria no tiene precio... —el conductor perdía los nervios de darse cuenta de lo que estaba por hacer—. ¡No importa si es tu vida, la mía o la de quien sea! ¡¡No importa, maldito!! ¡¡¡No importa!!!

Puma ya seguro de las acciones de aquel lunático dio un salto demasiado tardío hacia las puertas traseras. El pelinegro rebotó contra la pared de la furgoneta cuando el hombre al voltante tiró de él provocando que el vehículo impactara de costado contra la valla de seguridad de la carretera.

El ensordecedor chirrido del metal colisionando, destrozándose, acompañó a la descontrolada serie de vuelcos que estremeció la caja de metal en la que se hallaban atrapados mientras descendían por una pendiente muy rocosa y muy inclinada. Puma podía sentir cómo su cuerpo era castigado con cada giro... Su hombro, su pierna, algunas costillas quebradas. Los objetos volaban de un lado a otro, golpeándole...

La furgoneta terminó de cabeza, empotrada en un gran árbol. El último impacto había sido el peor de todos.

Lo primero que sintió Puma fue la sangre, goteando desde su frente y su nariz. El dedo meñique de su mano izquierda estaba quebrado, igual que el anular. No lo sentía pero podía juzgarlo por la forma tan anatómicamente incorrecta que tenían. Trató de enderezarlos un poco, enterándose de que el pulgar de su otra mano estaba fuera de lugar, por lo que que con un sonoro 'crack' lo reubicó para proseguir con sus intenciones... El hombro también se le había desajustado... acomodándolo en compañía de otro ruido irregular. Sus piernas... sus piernas estaban bien, golpeadas pero definitivamente mucho mejor que el resto de su cuerpo.

Se incorporó sobre sus posaderas a duras penas, quitándose un cadáver de encima. Miró en derredor, confundido. Su máscara estaba muy cerca de él, había sido maltratada pero era completamente usable, así que la tomó y se la puso con los amarres bien ajustados por sobre la capucha del traje. Más adelante, había un Kalashnikov tirado, enredó la correa del arma alrededor de su brazo y se preparó para levantarse. El motor fulguraba entre llamas. Quería salir pronto de ese desastre pero mantenerse de pie era un asunto complicado. Quizás sus piernas no estaban tan bien después de todo...

Las puertas traseras, que parecían dos hojas de papel arrugadas, sucumbieron finalmente tras varias patadas del pelinegro. Puma no dudó en escapar hacia la libertad tambaleándose a lo largo del terreno disparejo. Se detuvo un segundo y chequeó el único elemento que tenía para defenderse, el fusil. Inconforme arrancó el alargado cuchillo que le habían puesto en la punta a modo de bayoneta y lo insertó en su cinturón para tenerlo de apoyo. Tenía dos cargadores, unidos inversamente con cinta adhesiva; uno tenía algo más de la mitad de las balas pero el otro estaba completamente vacío. La munición escaseaba, igual que la suerte.

Exhaló.

Regresando el cargador a su lugar se preparó para dar su primer paso a las entrañas del bosque frente a él.

—¿Adónde... vas? —la voz, ahogada, fue sucedida por un estallido.

Puma se miró el abdomen al sentir la bala atravesarle. Su primer gesto fue colocar su mano sobre el hoyuelo al ver la sangre blanca florecer de su interior. El otro disparo, completamente errado, hizo que el pelinegro reaccionar y que empezara a correr para ponerse a salvo.

—¡Debí dejar que Fox te asesinara!

Payne empezó a soltar tiros sin control, completamente fuera de sus cabales. Las balas no le duraron mucho, tampoco su ira. Pesadamente, el viejo dejó su arma al suelo... lentamente empezando a caminar hacia los árboles, desorientado.

—Estoy... tan cansado... —susurró el doctor antes de que la fuerza de sus rodillas le abandonara. Realmente estaba hecho una mierda—. No puedo continuar con esto...

Las piedras y la grama crujieron bajo los pies de una robusta silueta que se le acercaba al anciano.

—Las cosas pudieron ser mucho más fáciles... —Puma alzó su fusil al nivel de sus caderas. También estaba muy desgastado.

—Nunca son fáciles... Nunca lo fueron antes, ni lo serán ahora... —espetó deprimido, tomando un puñado de tierra con lo que le quedaba fuerza en sus mano—. Pero ellas no tuvieron que sufrir, ¿me entiendes...? No tuvieron que pasar por toda esta calamidad...

—Adiós, Payne... —Puma llenó sus pulmones de aire.

—Sí... envíame con ellas.

Una bala puntiaguda atravesó el cráneo del doctor, salpicando manchas rojizas por el verdor de la naturaleza mientras el cuerpo de aquel hombre se desplomaba con cierta gracia en la grama.

Una vez hecho el silencio, a Puma le fue obsequiado un pequeño momento para que pudiera deleitarse observando todo el bizarro espectáculo del que había formado parte... Vio por última vez su propia mano, cubierta con su propia sangre... Y pronto también siendo cubierta por unas pequeñas pelusas frías que se hacían imperceptibles gracias a su color blanquecino.

Dando media vuelta, comenzó a perderse entre los árboles y los copos de nieve que caían tan pacíficamente, bañando con su pulcra blancura el paisaje.

Oh, sí... Payne le había servido como un nítido reflejo. Nunca se había parado a pensarlo, pero era cierto. Estaba harto de existir... de cargar con penurias....

"Las cosas pudieron ser mucho más fáciles..."

Sí... Esas palabras eran para él mismo, para nadie más... si tan sólo no fuese tan terco. Podría hacerlo, podría echarse, justo ahí, a dejarlo pasar... ¿Pero por qué no lo hacía de una vez por todas? No... Sólo caminaba y caminaba... y caminaba... muriendo muy lentamente. Quizás era el destino, sí, que lo arrastraba en contra de su voluntad sin que le dejara darse cuenta. O era, más probablemente, su otro yo, el estúpido aquel al que le encantaba sufrir y la muerte le sentaba demasiado aburrida. Como fuese, no pudo detenerse, no hasta encontrar la luz al final del túnel.

Se halló, después de haber sido un alma sin rumbo por un largo rato... Era una carretera, con un camino interminable hacia la izquierda y otro hacia la derecha. Parecía una decisión filosófica, que de cualquier manera, no era su deber tomar.

—¡Puma!

El pelinegro se desplomó al escuchar su nombre. Las sombras plácidamente se cirnieron sobre él, lentamente seduciéndole, diciéndole que estaba bien, que podía rendirse... Que podía regresar al mundo de las ensoñaciones, una... vez... más...

Algunas veces resultaba ser cierto eso de que todos eran arropados por el manto de un ser celestial... Que cuando más lo necesitabas, aparecía ante ti, tu ángel de la guarda.

—Ley...


 #Puma

jueves, 6 de noviembre de 2014

Entrevista a los autores de NH2 (Edición extra) (CERRADA)

Muy buenas lectores, esta ya es la última entrevista que ofrecemos para aquellos lectores y autores que se perdieron alguna de las entrevistas anteriores. Aquí podreis dejar vuestras preguntas a los autores de: Puma, Ley, Naitsirc, Inma, Maya, Davis, Alice y M.A. Recordemos el procedimiento para preguntar en esta entrevista especial colectiva para los autores.

A la hora de poner vuestras preguntas, tendreis que decir a que autor va diriguida la pregunta o las preguntas si queréis preguntar a diversos autores. Por ejemplo, yo quiero hacer seis preguntas y son para varios autores, dos de ellas son diriguidas a Ley, una a Naitsirc y las tres restantes a Puma, si este es el caso, tendréis que poner a quien va diriguida cada pregunta o también si queréis preguntar a un solo autor, podeis de decir que esas seis preguntas son todas para Alice, por ejemplo. Sencillo ¿no?

Bueno, poned aquí las preguntas que queráis hacerle a los autores, no os corteis porque esta es la última oportunidad para preguntar, esta entrevista quedará abierta 2 SEMANAS. El día 20 de noviembre será el último día para preguntar, el día 21 ya estará oficialmente cerrada esta entrevista.

Un saludo ^-^





NH:JDLS (REMAKE EDITION)

Muy buenas lectores, quería anunciaros que estoy haciendo Huestra Historia: Juego de la Supervivencia en una versión remasterizada. Dicha remasterización ya dio comienzo, actualmente tengo ya dos capítulos remasterizados, aún no hay fecha de salida disponible.

Características:

1º- Este remake presentará una mayor calidad en cuanto al nivel de escritura, tipo a la calidad de mis capítulos de NH2.

2º- Los fallos argumentales en cuanto a arcos cronológicos temporales con NH1 y demás incoherencias posibles de la propia trama de NH:JDLS serán arreglados, así como el intento de desvincular todo lo posible el Fan fic de cosas relacionadas con los juegos o películas en las que nos basamos como fue el caso de meter criaturas originales de Resident Evil, dichas criaturas físicamente serán algo modificadas para que no parezcan las de dicha saga.

3º- Esta remastearización presentará algunos cambios sin importancia argumental, es decir, los acontecimientos son los mismos, pero estos serán más desarroyados, con dialogos distintos o algunos similares a algunos existentes, pero casi todos los dialogos serán modificados, tendrá más nivel descriptivo o narrativo, detallando también ciertas cosas importantes de la trama y desarroyandola mejor que en su versión original.

4º- Este remake posiblemente contenga alguna cosilla extra que le saque como un posible capítulo especial extra con el personaje de Michaela, los Silver Wolfs, Esgrip o alguno de Nicole con Davis poco después de conocerse (lo estoy planteando seriamente).

Y creo que ya está las características más importantes dichas del Remake de NH:JDLS.

Como dije, no hay fecha de salida por el momento, aquí os pongo unas muestras para comparar NH:JDLS Remake y la versión original para que veais los cambios de calidad.


Capítulo1: El principio del fin (ORIGINAL)

5 de junio del 2012

Una mujer de 25 años,rubia,de cabello largo,recogido en una coleta que le caía por detrás de los hombros y vestida con un uniforme de policía y pantalones y zapatillas deportivas de color azul marino salía de una gran casa blanca y se montaba en un coche patrulla,donde un hombre de 42 años la estaba esperando sentado en el asiento del conductor,el hombre de cabello corto y castaño la miró y esta a él.

-¿?: Morís,¿que ocurre?

-Morís: ... se a informado esta mañana en la comisaría de que la BSAA va a evacuar a los civiles de la ciudad.... la cosas se están llendo de las manos – dijo el hombre preocupado mientras ponía en marcha el coche camino a la comisaría de policía.

La chica miraba por su ventinilla como los niños jugaban con un balón,como un hombre regaba el cesped con una manguera,como una mujer jugaba en el jardín con dos niños pequeños,como un grupo de niños de diferentes edades hacían cola frente al camión de helados,etc...

La chica veía como la vida circulaba como siempre en esa parte de la ciudad,apoyó la cabeza en la ventanilla y cerró los ojos,se quedó dormida durante el trayecto.

Unos 15 minutos después el coche paró y la rubia abrió lentamente los ojos y acto seguido se llevó la mano a la boca y bostezo.

-Morís: Ya hemos llegado



Capítulo 1: El principio del fin (REMAKE)


5 de julio del 2012

Aquella mañana, la joven agente de policía Nicole Collins se preparaba para ir a su trabajo
un día más. Ya uniformada, se paró frente a su espejo mientras recogía sus largos
cabellos rubios y se hacía con un coletero oscuro su tan característica coleta. Con veinticinco años, era una de las agentes más reconocidas en su departamento por su implicación
en una multitud de casos de todo tipo, así como por sus ansias de impartir justicia
en Stone City. Dirigió una mirada al reloj de muñeca cuando escuchó proveniente
del exterior la bocina del coche policial de Morís... “Tan puntual como de costumbre”
pensó la rubia mientras se dirigía a la puerta de entrada a su domicilio.

La rubia salió de su casa, el día era tan radiante y caluroso como era costumbre en los
veranos de aquella ciudad estadounidense, sí, todo se veía normal, como de costumbre,
aunque sabía perfectamente que la realidad era otra, una realidad que se escondía entre
las sombras de la ciudad. En el interior del coche, un hombre de cuarenta y dos años la
esperaba mientras se rascaba su corto cabello castaño y soltaba un suspiro, era evidente
que algo le preocupaba. Finalmente, la joven pero experta agente de policía entro en el
coche patrulla tras saludar a su compañero momentos antes de abrir la puerta del vehículo.

—¿Ocurre algo? —Preguntó la rubia frunciendo el ceño.

—Me ha comentado un compañero hace un rato que un representante del gobierno ha
ido a la comisaría para entrevistarse con el jefe. Al parecer hablaban sobre que quieren
hacer algo con la situación de los zombies. Quieren poner en marcha un plan de evacuación
y no solo necesitan ayuda de las ONGs o el ejército, también que los agentes de
la ley como nosotros cooperemos.— Le respondió Morís instantes antes de comenzar a
mover el vehículo encaminandose hacia la comisaría.

Ninguno de los dos querían continuar hablando del tema, ya cuando llegaran a la comisaría
se enterarían de lo que estaba ocurriendo, por ello, aquel tema de conversación no
duró demasiado. Nicole se dedicó gran parte del viaje a mirar por la ventanilla: Un grupo
de adolescentes jugando al baloncesto, un hombre regando su jardín, una camioneta de
helados ofreciendo sus servicios a niños deseosos de aquel frio manjar, un perro ladrando
al cartero tras meter las cartas en el buzón de una casa, voces, risas, movimiento,
color... Nicole pudo observar como la vida circulaba como siempre, sin cambio alguno, le parecía irreal que tras las sombras de aquellas escenas una gran desgracia estaba comenzando
a emerger. Claro, ellos estan alejados de todas esas cosas, ellos no saben el peligro
que hay en la ciudad en estos momentos, ellos... confían en que el gobierno y los
que son como yo resolverán en unos días esta situación, al fin y al cabo, como dicen los
medios “no hay de que alarmarse, todo está bajo control” Ojala... Pensó Nicole antes de
cerrar los ojos para echarse una cabezadita durante el trayecto, pues la noche anterior estuvo
despierta hasta tarde redactando unos informes de uno de sus últimos casos.

Un tiempo después, mecida levemente por Morís, la rubia abrió sus azulados e intensos
ojos teniendo como primera vista la comisaría en frente suya. Ambos bajaron del vehículo
policial y se diriguieron al interior del edificio.



Capítulo 10: Enfrentamiento en los laboratorios (ORIGINAL)

11 de junio del 2012
23:30 de la noche

Stone City – Ayuntamiento (laboratorios subterráneos de Esgrip)

Nicole lanzó al suelo su rifle francotirador,su pistola y su cuchillo y con una patada las elejó de ella obdeciendo las órdenes de su atacante. Ahora gírate – le ordenó a Nicole su atacante,esta obedeció y vio como esa persona iba con un extraño uniforme negro y una máscara de gas de lentes rojas y le apuntaba con una pistola. jajajajajaja comenzó a reir aquella persona enmascarada. ¿De que te ríes? - dijo en tono serio Nicole,su atacante retrocedió un par de pasos. Sabes,nunca imaginé que te encontraría aquí querida Nicole – decía entre risas el soldado. Nicole ladeó ligeramente la cabeza mientras entrecerraba los ojos como intentando ver a través de las lentes rojas en las que se vaía reflejada,¿de que me conoces? - preguntó la chica curiosa,entonces el soldado se quitó la máscara antigas dejando a Nicole confusa al ver el rostro de aquella solado.

A pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos Nicole – dijo con una sonrisa y sin dejar de apuntar a la rubia una mujer de cabello largo,oscuro y de ojos negros,llevaba una bolsa negra vacía cargando a la espalda,en ella guardó su máscara sin dejar de apuntar a Nicole,la cual no salía de su asombro. Michaela... – pudo decir finalmente la rubia. ¿Qué demonios haces?,¿trabajas para Esgrip? . Michaela la miró sonriendo, si,trabajo para la organización y no me imaginaba que te encontraría aquí querida hermanita,la organización no me aviso de tu intromisión – contesto Michaela acercándose un poco mas a Nicole. ¿Por que Esgrip está involucrada con lo de Stone City?,¿y por que trabajas para ella? - pronunciaba la rubia muy seria y apretando los puños mientras Michaela sin dejar de apuntarla comenzaba a pulsar unos botones del ordenador del que descargaba datos.

Todo ocurrió por un accidente en uno de los laboratorios principales de la ciudad,una chica con la que se experimentaba para crear una raza de super soldados se escapó dejando un desastre detrás de si y provocando la fuga del virus y algunos de los monstruos de la organización por la ciudad,por eso ocurrió lo de Stone City y por lo tanto la organización decidió mandar a varios de sus mayores oficiales que etaban en la ciudad y científicos a encargarse del asunto de la ciudad y a recuperar datos de investigación de los laboratorios y después destruir todo para no dejar pruebas en la ciudad sobre las acciones de Esgrip,además de que para asegurar que todo salga bien,se encargarán de destruir la ciudad con unos misiles. Tras decir esto Nicole palideció,¿de verdad vais a destruir la ciudad aun quedando civiles? - dijo la chica intentando no creer las palabras de Michaela

Si,todo por los aires,ya da igual,miles de vidas han sucumbido al virus,la organización prefiere sobrevivir a dejar con vida a personas que cuenten a las autoridades lo ocurrido en Stone City y encima si hay gente como tú que saben sobre la organización y su implicación con Stone City. En cuanto a mi,me metí en la organización porque me gusta mi trabajo y pagan bien,además de que soy un cargo importante en la organización y tengo mi propio equipo los cuales están a mis órdenes,todo esto es por el bien de Esgrip jajajajajaja – finalizó con una sonrisa que hizo enfurecer a Nicole. ¿¡No te importa la vida de tantas personas inocentes que han muerto por culpa de esa maldita organización tuya!? - dijo Nicole alzando la voz y apretnado con fuerza los puños. Oh,pobrecita Nicole,eres tan humanista jajaja supongo que por eso eras la preferida de papá y mamá,la inocente y buena de Nicole,todo un angelito comparada a la cruel y rebelde Michaela,no sabes cuanto te odio querida,ni siquieras somos hermanas biológicas,tu madre y mi padre se conocieron y sin yo quererlo acabé con una hermana pequeña – decía Michaela en un tono que transmitía desagrado y odio hacia Nicole

¡Asi que es por eso por lo que nunca nos hemos llevado bien ¿no?,nunca me aceptastes porque sabes que papá y mamá se fijaban mas en mi por ser la menor,ellos pasaban muchas veces de ti por los problemas que causabas,nunca escarmentabas a sus castigos! - gritaba la chica enfadada. Cierra la boca Nicole,esta es la última vez que nos veremos,sabes demasiado y tengo que eliminarte – decía con una sonrisa en los labios. ¿Por que Esgrip juega con las personas a crear monstruos? - decía la chica impotente al saber que no saldría de ahí,su hermanastra sería su asesina. Quien sabe,dinero,poder... no estoy segura del todo,pero sabes,te diré una cosa,como diría Dante Alighieri en la Divina Comedia,orgullo,envidia,avaricia,estas son las chispas que han prendido el fuego en el corazón de los hombres,tal vez eso te demuestre lo fácil que es corromper el corazón de las personas para cometer crímenes atroces por poder,dinero o cualquier otra cosa que se quiera sin importar lo que tengas que hacer para conseguirlo – concluyó Michaela y apuntando ahora a la cabeza de Nicole.




Capítulo 10: Enfrentamiento en los laboratorios (REMAKE)


11 de julio del 2012
23:30 de la noche
Stone City - Ayuntamiento (Laboratorios subterráneos de Esgrip)
Nicole lanzó su armamento a una esquina de la sala siguiendo las órdenes de su atacante. 
—Ahora, levanta las manos y gírate para que te pueda ver.—Le ordenó la autoritaria voz.
Nicole obedeció y se giró con las manos en alto. Aquella mujer vestía una armadura ligera oscura que cubría su torso y espalda, antebrazos, codos y rodillas, ocultando además su mirada tras aquella máscara de gas oscura de lentes rojas. Esta dio unos pasos atrás a la vez que bajaba ligeramente el arma. 
—Jajajajajajajaja esto debe de ser el destino... No, no me lo puedo creer, es demasiado bueno para ser cierto, que seas tú precisamente quien haya entrado a este lugar jajajajaajajaja, el mundo es un pañuelo, ¿verdad, querida Nicole? 
—¿De que me conoces? —Preguntó intrigada.
Respuesta a esto, la mujer se quitó la máscara, revelandole su identidad. Aquella visión produjo una gran impresión en Nicole, aquella mujer de mirada y cabellos oscuros como la noche a la que hacía años que no veía, Michaela Evans, su hermanastra y la persona a la que más había llegado a odiar desde que tenía uso de razón. 
—¿Trabajas para Esgrip? —Preguntó aún desconcertada sin terminar de salir de su asombro.
Michaela la miró sonriendo, la impresión de Nicole le parecía graciosa, aun que ciertamente, ella tampoco se esperaba que el destino las volviera a juntar bajo aquellas circunstancias — Si, trabajo para la organización y no me imaginaba que te encontraría aquí, querida. Ha pasado mucho tiempo desde la útlima vez que nos vimos ¿verdad? —Contestó Michaela acercándose un poco más a Nicole. 
—No el suficiente, creeme. ¿Por que Esgrip le ha hecho esto a Stone City y a sus habitantes? ¿Y por que trabajas para esta organización? — Pronunciaba la agente muy seria intentando encontrar respuestas al estado actual de la ciudad.
Michaela sin dejar de apuntarla comenzó a pulsar unos botones del ordenador del que comenzó a ejecutarse un proceso de descarga y transferencia de datos.

—Todo ocurrió por un accidente en uno de los laboratorios principales de la ciudad, situada a las afueras de la ciudad. Una chica con la que se experimentaba para crear una raza de super soldados se escapó tiempo atrás, tras unos altercados en los laboratorios, dejando un desastre detrás de si y provocando que un par de expecímenes, unos zombies, escaparan durante aquel incidente y se perdieran por los frondosos bosques de Stone durante bastante tiempo. La organización trató de darles caza, pero no se los encontró, un bosque grande, frondoso, con montañas, cuevas, ríos... gente que visita el lugar para fotografiar la naturaleza, ir de picnic... No fue nada fácil encontrarles y darles caza sin llamar la atención de aquellos que residían por la zona. Por lo que al no encontrarlos se decidió abandonarlos, no dieron problemas alguno en un par de meses por lo que pensamos que tal vez se descompusieron, se cayeron por algún agujero y se mataron o algún oso u otro animal salvaje los destrozó, quien sabe. Además de que teniamos asuntos más importantes, encontrar a la chica que desapareció y arreglar los desastres del laboratorio para impedir más fugas de especímenes. 
—Que irresponsabilidad por vuestra parte...
—Es lo que hay, querida. Si llamaramos la atención de los que residen en la zona, estos habrían avisado a las autoridades por los extraños movimientos y hubieramos tenido un gran problema. Unos meses después tras la fuga descubrimos que no habían acabado como supusimos, habían seguido vivos y moviendose a sus anchas durante todo aquel tiempo, la cosa se jodió cuando se dio el primer caso de canivalismo en los bosques y después de ese vinieron más casos, así durante varios meses, hasta que finalmente aquellos que desaparecieron durante los ataques en los bosques volvieron y fueron a la ciudad, pero no como humanos sino como zombies. Estos ya eran un grupo y al ser prohibida la entrada a la zona de los bosques y no tener comida, se guiaron por sus instintos y salieron para atacar a aquellos que residían en las áreas cercanas y luego... Bueno, ya te puedes imaginar la historia ¿no?
Nicole apretó los dientes y puños con fuerza por la rabia que sentía al escucharla hablar de aquellas desgracias como si fuera un tema de conversación de lo más normal y de poca importancia.
—Por eso ocurrió lo de Stone City y por lo tanto la organización decidió mandar a varios de sus mayores oficiales que estaban en la ciudad y científicos a encargarse de todo y recuperar datos de investigación de los laboratorios que hay repartidos por Stone y después destruir todo para no dejar pruebas sobre las acciones de Esgrip, además de que para asegurar que todo salga bien, se encargarán de destruir la ciudad con unos misiles.
Tras decir eso, Nicole palideció — ¿¡De verdad vais a destruir la ciudad aún quedando civiles en ella!? —Dijo la chica intentando no creer las palabras de Michaela.

—Si, todo por los aires, ¡BUM! jajajajajajaja —Michaela terminó de programar la autodestrucción y volvió a darle toda su atención a Nicole — Ya da igual, miles de vidas han sucumbido al virus, la organización prefiere sobrevivir a dejar con vida a personas que cuenten a las autoridades lo ocurrido en Stone City y más aún si hay personas como tú que saben sobre la organización y su implicación con Stone City. En cuanto a mi, me metí en la organización porque me gusta mi trabajo y pagan bien, además de que soy un cargo importante en Esgrip  y tengo mi propio equipo los cuales están a mis órdenes, todo esto es por el bien de la compañía, dinero y poder, todo lo obtengo gracias a mis trabajitos para la organización jajajajajaja —Finalizó con una risa burlesca y despreocupada que hizo enfurecer a Nicole.
—¿¡No te importa la vida de tantas personas inocentes que han muerto por culpa de esa maldita organización tuya!?—Preguntó la rubia alzando la voz y apretando con fuerza los puños, muestra de la rabia e impotencia que sentía en aquel momento.
—Oh, póbrecita Nicole, eres tan humanista jajajajaja supongo que por eso eras la preferida de papá y mamá. La inocente y buena de Nicole, todo un angelito comparada a la cruel y rebelde Michaela, no sabes cuanto te odio querida, ni si quieras somos hermanas biológicas, tu madre y mi padre se conocieron y sin yo quererlo acabé con una hermana pequeña, molesta y despreciable —Le aclaró Michaela en un tono que transmitía desagrado y odio hacia Nicole y el vínculo que las unía.

—¡¡Así que es por eso por lo que nunca nos hemos llevado bien ¿no? Nunca me aceptaste porque sabes que papá y mamá se fijaban más en mi por ser la menor, ellos pasaban muchas veces de ti por los problemas que les causabas, nunca escarmentabas a sus castigos, solo sabías darles disgustos!! —Le gritó la chica enfadada.
—Supongo que ese es uno de los motivos, pero que fueras la menor de las dos era lo de menos, Nicole.
—¿Uno de los motivos?
—Odio tu rostro, odio el sonido de tu voz, odio tu coportamiento y tu forma de hablar, odio tu personalidad, odio tu presencia y odio profundamente todo aquello en lo que crees y bajo lo que te riges. Simplemente eres alguien odiosa a mis ojos en todos los sentidos, Nicole. 
—Yo no tengo la culpa de que seas una persona tan miserable. Soy todo lo opuesto a ti, Michaela y no me averguenzo de ello, verguenza me daría ser alguien tan despreciable como tú.
—Cierra la boca Nicole, esta es la última vez que nos veremos, sabes demasiado y tengo que eliminarte —Comentó con una sonrisa en los labios. 
—¿Por que Esgrip juega a ser Dios y transforma a las personas en monstruos? ¿Qué obtiene haciendo tantos actos inhumanos?—Preguntó impotente al saber que no saldría de ahí, su hermanastra sería su asesina  y no habría forma de evitarlo, pues, desarmada, no podía hacer absolutamente nada para impedir su ejecución.
—Quien sabe, dinero, poder, curiosidad, diversión, fama... No estoy segura del todo, pero te diré una cosa, como diría Dante Alighieri en la Divina Comedia, orgullo, envidia, avaricia, estas son las chispas que han prendido el fuego en el corazón de los hombres. Tal vez esto te haga pensar en lo fácil que es corromper el corazón de las personas  para conseguir poder, dinero o cualquier otra cosa que se quiera sin importar lo que tengas que hacer para conseguirlo —Concluyó Michaela apuntando a la cabeza de Nicole.

Bueno, lo decidí anunciar ya para obligarme a mi mismo a seguir trabajándolo y porque creo que está bien informaros. Arriba tenéis dos comparaciones para ver algunos cambios de una misma escena en la versión original y la versión remake. Vuelvo a decir, aún no hay fecha de salida. 

Saludos ^-