Big Red Mouse Pointer

sábado, 1 de septiembre de 2012

Capítulo 2 - Llega Dyssidia

Ver muertos vivientes fue lo más inesperado para Dyssidia, que se apresuró en rescatar a la chica que estaba atrapada y casi devorada por esos cadáveres putrefactos. Se presentó a prisas y arrancaron a correr hacia fuera del cementerio con tal de mantenerse a salvo de momento. Alice le agradeció por haberle salvado la vida, Dyssidia reprimiendo una sonrisa para que dejara de agradecerle tanto. Después de un largo descanso ambas se dirigieron a la comisaria más cercana para advertir de lo había sucedido. 
La reacción que esperaban ambas eran que se rieran a carcajadas y comprobaran si estaban drogadas o borrachas, pero no fue así: los policías presentes las esposaron y se apresuraron a llevárselas a un coche patrulla. 
Bueno, al menos nos han prestado atención, susurró Dyssidia con una sonrisa torcida. 
A Alice no le salía ni una triste sonrisa, estaba demasiado preocupada por esa actitud de los policías y de aquellos zombis en el cementerio. Lo que más le comía la cabeza era el cura que la acusaba de todo.

El coche frenó en seco y los dos agentes que estaban en el coche salieron y cerraron la puerta con llave.
Gasolina, gasolina, les faltan gasolina, empezó a cantar Dyssidia tan tranquila.
¿Cómo estas tan segura?, preguntó Alice mirándola como si estuviera loca.
Ella respondió con un leve movimiento de cabeza a la ventana, donde se podía observar una gasolinera y donde se dirigían los policías. 
No sé tú, pero yo me voy, le comentó forcejeando para sacar algo de su bolsillo trasero. Dyssidia sacó una pequeña cartera de cuero que abrió como pudo y se pudo observar unos utensilios para forzar cerraduras.
¿Quién diablos eres?, preguntó más asustada.
La chica le sonrió mientras cogía la ganzúa y empezaba a forzar la cerradura de las esposas.
Una simple adolescente, ¿no lo ves?
Eso no te lo crees ni tu, protestó Alice ya más calmada y mirándola con los ojos entrecerrados.
Yo no me meto en lo que creas o dejes de creer, le espetó tan tranquila una vez se deshizo de sus esposas. ¿Te las quito o te dejo aquí señorita?
Le respondió dándole la espalda y ella se apresuró en quitarle las esposas y salir de allí. No sin antes dejar en el freno de mano y obligarla a correr lejos de ahí. 
Ambos policías no se percataron de que ambas chicas habían desaparecido, y al quitar el freno de mano el coche saltó por los aires, soltando Dyssidia un ''yiha'' típico de los baqueros.
Ven, vamos a ver a unos amigos míos.
¡De eso nada! ¡Yo me vuelvo a casa!
La chica se acercó pero no esperó un puñetazo de Alice, que le tumbó al suelo.
Su supuesta salvadora la cogió y la cargó encima del hombro imprimiéndole escapar. Ambas empezaron a caminar rumbo a casa e los amigos de Dyssidia.
De haber sabido que sabias hacer eso te dejaba con los zombis, pedazo carácter...

# Dyssidia

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