Big Red Mouse Pointer

sábado, 1 de septiembre de 2012

Capítulo 14 - Intrusos

Mientras Dyssidia subía rápidamente las escaleras en busca de su hermana Maya, el resto se enconteaba alrededor del mapa de M.A.a excepción de Puma que intentaba ordenar sus ideas con sus artes culinarias.

- Bueno, aparte del 'proyecto' de Alice, ¿alguna otra sugerencia? -preguntó M.A. pensando que la idea de Alice era demasiado extravagante. Todos permanecieron callados unos segundos intentando imaginar un buen plan de huida, pero parecía que las ideas escaseaban.

- Bueno... - interrumpió Lith pensativo - siempre podemos usar el alcantarillado de la ciudad para distraer a esas criaturas, esa idea no me parece tan loca...

- Ah es verdad espera que tengo veinte planos del alcantarillado publico justo aqui - el sarcasmo de Allen no podía ser más evidente, y Lith en vez de responder a su ironía preguntó amablemente:

- ¿Alguien sabe donde está mi bolsa? La tenía al menos antes del porrazo que me dio Dyssidia, - ante las miradas interrogantes de los demás se explicó - verán como ya he dicho soy ingeniero, la verdad esque llegué nuevo por aquí hace poco en busca de mi primer trabajo, y entre una cosa y otra se me asignó el alumbrado, alcantarillado, y demás estructuras públicas. Por eso en mi bolsa tengo unos cuantos planos.

- Madre mia Lith que bien nos vienes - comentó Alice un tanto asombrada - menos mal que estas con nosotros.

- ¿La bolsa? Mmm... me apuesto lo que sea a que la tiene Dyss.- murmuró M.A.

- Bien, voy a por ella y ya de paso hago que bajen esas dos.

- Voy contigo Eriel - se ofreció Allen, tal vez pensando en hablar un rato con Dyssidia con motivo de su hermana Riliane.

Mientras Alice, M.A. y Lith seguían dándole vueltas al tema de la huida, Puma apareció por la puerta de la cocina dejando un olorcillo chamuscado a su paso. Los dos chicos que no conocían el arte que tenía Puma en chamuscar cualquier cosa que se pudiese comer arrugaron la nariz en un acto reflejo, Alice sin embargo que ya lo conocía se rió descaradamente. Puma hizo como que no la veía, lo cual era muy difícil teniendo en cuenta que se retorcia por el suelo muerta de risa.

- ¿Alguna novedad?

- Psé... esto, ¿y ese tufo... quiero decir olor?

- Cuidado M.A. no juegues con fuego que te quemas - advirtió Puma entrecerrando los ojos.

- El que se ha quemado ha sido la pobre pizza esa si que ha jugado con fuego - reia Alice.

La mirada de Puma atravesó a Alice, haciendo que se pensase dos veces seguir riendo. En el momento en el que parecía que se iba a desatar una guerra campal, la puerta de la entrada se abrió de golpe. Las risas y disputas cesaron rápidamente. M.A. cargó rápidamente su arma y se acercó a pasos ligeros a la entrada, seguido de cerca por Puma que ya había cogido su arma. Alice que no sabía donde estaba el resto de armas, cogió una lámpara del salón y avanzó decidida detrás de los chicos.

- A la de tres, una, dos y... ¡TRES!

Saltaron a la entrada y apuntaron al recien llegado dispuestos a disparar.

-¿Quien coño eres? - exigió saber M.A. apuntandolo de forma amenazante. La cara Alice se iluminó y bajando su improvisada arma se acercó al desconocido.

- ¡Silver! Te echábamos de menos. - se giró hacia sus dos compañeros - chicos este es Silver, es parte del grupo. Silver estos son M.A. y Lith.

- Hola a todos - sonrió Silver - no veas lo que me ha costado encontratoa esto está lleno de esas cosas. Ya podeis bajar las armas no soy ningún peligro - miró a Alice - ¿que pensabas hacer con eso?

Alice bajó la vista siguiendo la mirada de Silver y se dio cuenta de que aún llevaba la lámpara.

- Pensabas matar a un zombie a lamparazos, ¿no?

De pronto los que estaban en la planta de arriba bajaron a toda prisa las escaleras y corrieron hacia la entrada con arma en mano. Se sorprendieron al ver a Silver y más aun Allen porque no lo conocía de nada. Una vez hechas las presentaciones y haberse saludado acudieron al salón otra vez.

- Oye. Dyss como has conseguifo que tu hermana te perdone tan facilmente? - se interesó Eriel.  Sin dejar que su hermana respondiese Maya dijo en tono confidencial:

- Ha accedido a ser mi criada personal el resto de su vida. - Dyssidia le propinó un codazo a su hermanita y luego lanzó a Lith su bolsa. Este no perdió tiempo en sacar el plano del alcabtarollado público.

- Bien el plan es alcanzar la alcantarilla que lleva al conducto general que va derechito al lago que está fuera de la ciudad, pero para eso debemos entrar por el conducto del A-21.

- ¿te refieres al que que se encuentra al lado de la comisaria? - Lith asintió. -  Bien, lo digo porque sé como llegar acabo de pasar por allí.

- Bien, buen trabajo Silver - aplaudió Dyss- pero yo no me voy de aqui sin encontrar a Nika. - miró a Allen.

- Y yo no me voy tampoco sin encontrar a mi hermana - añadió Allen.

- Pues si empezamos así yo quiero buscar a mi hermano - añadió Puma - o todos o ninguno.

- Ya, pues yo tengo que saber qué ha sido de mis padres... - comentó Alice preocupada.

- Ya, ¿y a quien más?

Todos se giraron hacia Eriel un tanto sorprendidos y Allen no pudo evitar comentar:

- Todos queremos saber qué es de nuestros seres queridos, supongo que a ti también te gustaría encontrar a los tuyos.

La sonrisa sempiterna de Eriel desapareció unos segundos haciendo que su rotro palideciese, luego su cara se tornó en una mirada impenetrable.

- Si, - musitó - me encantaría encontrarlos, pero me temo que yo ya no puedo... - Maya su mejor amiga se acercó a ella y le puso una mano en el hombro para infundarle ánimo - ...ellos se fueron hace tiempo. - miró a los demás que permaneciam en silencio, de nuevo regresó su sonrisa habitual a sus labios - no os preocupes lo he supetado, os ayudaré a buscar a vuestros seres queridos.

De pronto los cristales de las ventanas se rompieron dejando paso a infinidad de zombies hambrientos.

- ¡Por la puerta de atrás! - gritó Puma. Lith recuperó su plano y cogió su arma, los demás hicimos lo mismo, cogimos lo que pudimos y agarramos nuestrad armas. Corrimos tras Puma hasta la puerta trasera e intentó forcejear con el pomo que no cedía.  Alice miró a Eriel y dijo:

- Dejanoslo a nosotras que ya tenemos experiencia en estas cosas.

Eriel rió y junto con Alice echaron la puerta abajo, bajo la mirada acusadora de Puma, seguramente estuviese pensando en su pomo....

- ¡Venga señoras muevanse! - gritó Dyssidia.
 

# Inma

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