Big Red Mouse Pointer

sábado, 1 de septiembre de 2012

Capítulo 11 - Huída

Todos se prepararon para evitar que los zombis entraran en la casa, pero Alice les aconsejó encontrar una ruta de escape que los alejara cuanto antes de aquella horda de muertos que se acercaba. Todos escaparon por la puerta de atrás y encontraron un coche que Dyssidia se apresuró a abrir y consiguieron entrar antes de que los zombis se dieran cuenta de dónde estaban. Puma en el volante, se dispuso a ponerlo a en marcha y atropellar a los muertos encontrados por la carretera.
A punto estuvieron de atropellar a dos chicos que corrían por la carretera. Puma tuvo que hacer una maniobra para evadirlos y parar delante de ellos.
Alice salió del coche con la escopeta en la mano y les apuntó.
Uno de los desconocidos sacó una pistola y la apuntó de la mima forma amenazante.
-Grave error -dijo Alice con una sonrisa.
Con un leve movimiento en la cabeza advirtiéndoles de que había alguien detrás les propinó una patada alta a cada uno una Dyssidia cabreada que se arregló su chaqueta y se cruzó de brazos. Ambos cayeron inconscientes en el acto.
-Al menos no son zombis, ¿qué hacemos?
-Nos los llevamos, ese de ahi tiene una bolsa y estoy segura que tiene provisiones.
Dyssidia a regañadientes cargó con el de la pistola encima del hombro y MA cargó al otro y los metieron en el maletero. Antes de que los zombis se acercaran más emprendieron de nuevo la marcha hasta una gran casa que llevaba tiempo sin ser vendida y aun estaba el cartel de ''se vende''. Era una gran mansión que parecía tranquila y libre de esos muertos y les ayudarían a idear un plan de huida de la cuidad.
Dejaron el coche delante de la reja que evitaba la entrada a la mansión y se bajaron del vehículo con los nuevos cargados sobre el hombro y Dyssidia encargándose de forzar la cerradura, que logró en poco tiempo y entraron de prisa cerrándola detrás de ellos.
Entraron y aseguraron toda la casa antes de estar tranquilos, confirmando que no había ni ningún cadáver inerte y ninguno que se paseara.
Se dirigieron al salón donde habían unos grandes sillones y dos sofás donde dejaron a los inconscientes desconocidos. Mientras esperaban a que recobraran el conocimiento MA empezó a preparar café para todos y se dispusieron a hablar.
- ¿Ahora qué? -preguntó Puma jugando con un cuchillo.
- Ni idea -respondió Dyssidia con sinceridad.
- ¡No podemos quedarnos aquí, tenemos que largarnos de aquí y decir a la policía lo que sucede! -inquirió Eriel.
- La policía no es nuestra mejor ayuda -informó Alice seria-. Ya sabe Dys cómo nos detenían por decir lo de los zombis en el cementerio, creo que están involucrados en todo esto.
- No sería extraño -dijo Dys apoyándose en el sillón con los brazos cruzados detrás de la cabeza y con los ojos cerrados-. Aquí algo apesta a corrupción y experimentos típicos de cualquier chalado. Me recuerda una novela de zombis de los años setenta.
- Lo que sí es principal es escapar de la ciudad.
- Ahora vengo -dijo Dys levantándose y cogiendo una pistola que se guardó en una funda que llevaba en la pierna derecha, subiendo por las escaleras y llegando a lo que sería su habitación. Se estiró en la cama y cerró los ojos con intención de echar una cabezada. 
- ¿Estará bien?-Preguntó Eriel a Maya.
- Conociéndola, habrá ido a dormir.
- ¿Cómo es que tu hermana es así de arisca?-se interesó en preguntar Alice con curiosidad.
- Antes era simpática y cordial con todos, hasta que un día empezó a ser callada y no solo arisca, sino agresiva. Nuestros padres echaron humo cuando la expulsaron del instituto por pelearse y mandar a dos al hospital con heridas graves. Aunque ahora no me preocupa eso, solo con que sigamos vivas me importa un comino el carácter que tenga. Además, una se acostumbra.

Alice la miró dejándola pensativa y miró a MA cuando este trajo los cafés y se dedicaron a beberlo. Puma estaba apartado con el café y mirando por la ventana como los zombis se movían.
- Que asco dais... 
Los desconocidos empezaron a moverse y abrieron los ojos, dándoles la bienvenida armas de fuego provenientes de todos los de la sala.
Ambos se mantuvieron callados antes de empezar a hablar...


# Dyssidia

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