- Vamos por aquí, seguidme - ordenó sin preguntar el bibliotecario, tomando la delantera y sacando de su chaqueta un abrecartas que hizo que Dys le mirara con una ceja enarcada.
- Vigila no vaya a ser que esa arma de destrucción masiva acabe por matarnos a todos. - soltó con una sonrisa maliciosa.
- Vamos no seas mala con él, ¿quieres? - le dijo Nika cruzándose de brazos con una misma sonrisa que la de mechas rosas.
- Ten, prueba con esto - le sugirió Puma dándole su machete manchado de sangre y que el chico agarró con un poco de miedo -. Venga, a mover el culo, tenemos que ir a casa de Alice y irnos todos.
- Pero, ¿y M.A. y Ley? - preguntó Eriel preocupada.
La respuesta de Puma se vio interrumpida por un fuerte golpe de la puerta por donde habían escapado, donde se podía apreciar un boquete y que daba señal de que las criaturas iban a por ellas.
Todos sin decirse nada echaron a correr desesperados por aquel callejón hasta salir a una gran calle infestada de muertos vivientes, que al verlos fueron al ataque corriendo desesperados por un trozo de carne. Sin ni siquiera pararse a disparar a un par de esos zombis, arrancaron a correr de nuevo en dirección a la casa de Alice, que les indicaba al frente de todos y con la vigilancia de Dyssidia por si acaso.
A escasas manzanas de llegar a su destino, frenaron todos en seco al ver una criatura gigante con una túnica de cuero, una cara monstruosa con un ojo que parecía cosido y que en un brazo se podía distinguir una Gatling y estaba parado como no solo esperara a alguien, sino que también había percibido su presencia.
- ¿Qué diablos esa cosa? - Murmuró Puma protegiendo a Eriel y preparando su pistola.
- Algo me dice que ni con un tanque conseguiríamos derrumbarlo - susurró Nika temblando.
Dyssidia se mantuvo en silencio observando a esa cosa, con una cara un tanto pálida por saber que estaban muertos si esa cosa las descubría. Ningún zombi por la zona, todo ser viviente o no había quedado mutilando en el suelo con esa Gatling que poseía.
La criatura en un momento dado alzó la mirada hacia donde estaban ellos pronunciando un nombre con una voz entre metálica y espeluznante.
- Nika...
La aludida se asustó y palideció tanto como los que estaban allí presentes, pero tuvieron que reaccionar rápido en cuanto la criatura preparo esa arma de asalto y se escuchaba como estaba a punto de dar fuego.
Todos se refugiaron en la casa que estaba a su lado y se atrincheraron como pudieron, notando como los coches habían saltado por los aires al entrar en contacto con las balas de esa arma.
- ¡Joder! No vamos a salir de aquí con esta cosa metiéndonos balazos por el culo.
- Tranquilízate Puma, hay una solución a todo esto.
- Pues como no la digas me voy a volver loco.
La de mechas rosas se sentó en una silla del comedor y esperó a que los demás la acompañaran, Nika sentándose a su lado y mirando impacientes el plan de la chica, que estaba con la cabeza agachada y pensando las posibilidades de escape del grupo.
- Yo entretendré a esa cosa, vosotros os iréis por detrás y avisaréis a todos de esta cosa.
- ¡Ni hablar! - gritó Nika levantándose enfadada.
- ¡No es momento de discutir Nika! - gritó Dyssidia cogiéndola de los hombros. - ¿No has oído a esa cosa? ¡Va a por ti! Y te juro que no voy a perderte ni en broma, yo le entretendré y me reuniré con vosotros, lo prometo.
- Chicas, no es por nada pero se esta acercando esa cosa - advirtió Alice mirando por la ventana.
- Bien, chicos, marchaos.
- ¡No!
La de mechas rosas hizo un gesto con la mano para que los demás se prepararan mientras la pareja se quedaban un momento a solas. Nika estaba a punto de llorar negándose a irse sin ella, provocando que al final la chica la diera una bofetada que la hiciera espabilar.
- Nika, debes sobrevivir a esto, ¿vale?
- ¿Pero y tu?
Ella le respondió con un tierno beso y la miró de forma tierna.
- Nada ni nadie nos evitará nuestro viaje a Hawai.
- ¿Lo prometes?
- Te lo juro, no seas pesada.
La pelirosa pareció satisfecha y cogió la escopeta que le dio la de mechas rosas y se dirigió a los demás y se fueron corriendo, llamando la atención de la criatura y a punto de disparar, pero una bala proyectada en el ojo proveniente de la arma de Dyssidia le hizo gritar y preparar para pelear. Nada más entrar en la casa la criatura saco a relucir un lanzacohetes y solo pudieron ser conscientes de ello el grupo que escapaba. Nada mas mirar lo que iba a pasar Nika gritó que no lo hiciera, y los demás al ser conscientes de ello la obligaron a avanzar y alejarse cuanto antes de allí.
Dos segundos más tarde la casa donde hace unos minutos había sido realizada una promesa había quedado hecha escombros, todos ya delante de la casa de Alice y sin creerse lo que había sucedido. Maya al oír el ruido salió de casa acompañada por Lithium, que al ver la casa se quedaron mirando sin reaccionar.
Puma les avisó a todos de que tenían que escapar de allí cuanto antes y cuando la hermana de Dyssidia se preguntó por el paradero de su hermana, Nika le respondió llorando mirando en dirección a la casa y provocó el grito furioso contra la criatura que no parecía preocuparse por el ruido, revisaba los escombros por si había sobrevivido al derrumbe.
La criatura se acercó y soltó un grito metálico victorioso, pero al segundo terminó estallando uno de sus brazos proveniente de una granada que se le había pegado deliberadamente, haciendo que la criatura perdiera el brazo con el que usaba la Gatling y así ayudar al grupo al menos salvarse de un problema menos.
El grupo un tanto destrozado por la pérdida de la de mechas rosas se dirigió hacia en centro de la ciudad, eliminando a los zombis que habían por su paso y parando a medio kilómetro de distancia al ver a M.A. y Ley parados mirando el panorama con detenimiento. Se trataba de una gran muralla metálica que impedía el paso de los zombis y que parecía ser una área libre de infección.
AL verlos soltaron una sonrisa de alegría al verlos bien, pero la pregunta de M.A. incomodó el grupo.
- ¿Y Dyssidia?
Nika se dispuso a hablar con un pequeño nudo en la garganta.
- Se... Ha sacrificado por salir vivos de esta.
M.A. se quedó callado y miró un momento a Alice y se acercó a ella para decirle unas palabras que pasaron a ser una promesa.
- Pese a que yo tenga parte de culpa en esto, te prometo que no os voy a traicionar. No vamos a perder a nadie más.
- Creo que eso se tiene que ver.
Todos se quedaron mirando a la mujer del colegio, acompañado por un hombre tapado y que solo se podían divisar sus ojos, perdidos y fijos en Maya, que al ver a la mujer se puso tensa.
- Tú... ¡Hija de...!
Un simple balazo bastó para que Maya se arrodillara de golpe, gritando de dolor por la bala impactada en la espinilla, y que había sido impactada por el arma de aquel misterioso personaje.
Naitsirc preparó el machete, haciendo que la mujer riera.
- Yo que tu no haría eso. Creo que ya conocéis a mi chico...
El misterioso se quitó la capucha que le tapaba, provocando la mirada impresionada del hombre.
Maya se quedó sin habla.
- Silver...
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De mientras en la casa destruida...
La criatura hacia ya bastante rato que había marchado del lugar, y de los escombros había salido Dyssidia herida de gravedad, que estaba en el suelo estirada intentando reponer fuerzas.
- No voy a morir en este vertedero de muertos, ni lo sueñes bicho feo de narices.
Con un gran esfuerzo se levantó y recargó su pistola, no sin antes meter un momento la mano en el bolsillo y sonreír al asegurarse de que llevaba aquello encima.
- Venga, ahora solo me falta ir al centro... Pero iré por todo lo alto.
Su mirada se dirigió a un coche que estaba cerca de la casa de Alice y que no había sufrido ningún percance, se preparó el arma para expulsar a los pocos zombis de la zona y dirigirse hacia el lugar donde estaban los demás.
#Dyssidia
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