-¿Estas bien?-Preguntó M.A.
-Creo que si-Contestó Alice mientras se sacudía el polvo de la ropa.
-¿Dónde estamos? No veo absolutamente nada…-Habló la chica.
-Espera, creo que tengo por aquí algo que nos puede servir.
M.A entonces saco de su bolsillo derecho un móvil el cuál parecía tener función de linterna y con esta, consiguió alumbrar el habitáculo en el que se encontraban.
-Parece que estamos en el aula de música-Dijo Alice señalando un piano el cual se encontraba al final de la habitación.
-¡Tenemos que volver arriba para ayudar a los otros!-Concluyó la joven.
-No podemos, el agujero ha sido tapado por rocas. Pero podemos salir por esa puerta y buscar las escaleras que conduzcan al piso de arriba- Sugirió M.A a la vez que señalaba una puerta cercana.
-De acuerdo, pero tenemos que ir rápido, no podemos dejar que esa cosa…
Un furioso quejido interrumpió a Alice y este inundó la estancia. Unos rápidos pero acompasados pasos se pudieron oír fuera de aquella habitación. Alice indicó a M.A con un gesto que no hiciera ruido y ambos muchachos se colocaron a sendos lados de la puerta. M.A levantó los dedos e hizo una especie de cuenta atrás. Al levantar el último dedo, los jóvenes propinaron un puntapié a la puerta y esta se abrió dando lugar a un inerte y oscuro pasillo. En este no había nadie, pero a causa de las ventanas abiertas, el viento entraba y producía que las cortinas se agitaran rápidamente dando lugar a sombras y formas un tanto tétricas. Un escalofrío recorrió la espalda de los muchachos al escuchar un lamento que venía detrás de ellos y este, venía acompañado de unos pasos ligeros a la vez que fugaces. Un horripilante ser de un color rojo carmesí se abalanzo sobre M.A. Este forcejeaba con aquel endemoniado engendro mientras Alice decía:
-¡M.A! ¡Levántale cabeza lo máximo que puedas!
Y en un último esfuerzo, el muchacho logro hacer lo que le pedía la joven.
Entonces una bala impactó contra el cráneo del transeúnte el cual salió despedido hacia un lado. M.A se reincorporó con la ayuda de Alice y al terminar de hacerlo este dijo:
-Vaya, vaya, vaya… creo que me he equivocado respecto a tu persona. No eres de esas típicas chicas que agachan la cabeza y se van en los momentos complicados. Eso me gusta-Dijo el joven mientras esbozaba una sonrisa.
Alice sonrió orgullosa y segundos después de este gesto el móvil se apagó:
-¡Mierda!-Fue la última palabra que los muchachos dijeron antes de escuchar en el fondo del pasillo una jauría de esos seres los cuales se acercaban, sin ser vistos, en esa amarga y silenciosa penumbra…
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De la herida de Silver manaba una cantidad exagerada de sangre, este se encontraba acorralado junto a Maya en un rincón por aquel pavoroso y terrorífico ser. Dyssidia junto con Eryel, Lith y Puma se acercaban corriendo hacia la dirección en la que se encontraban sus amigos mientras que descargaban con ira los cargadores de su arma. El ser se giró al sentir la oleada de metralla que estaba recibiendo por la retaguardia y El dúo que se encontraba arrinconada uso esta oportunidad para huir. Ahora los tres compañeros se encontraban disparando sus balas a aquel ‘’humanoide’’ mientras retrocedían de él. Maya observó atentamente una parte en particular de la criatura, esta mostraba una gran vena externa la cual parecía bombear sangre:
-¡Chicos! ¡Disparad a esa zona!-Dijo Maya a la vez que señalaba la zona en concreto.
Los chavales redirigieron sus disparos a aquel sector del monstruo y pronto este se vio cansado y dejó de andar:
-¡Lo estamos consiguiendo!-Gritaron enérgicamente los jóvenes.
Otra tormenta de disparos se escuchaba fuera de la sala de actos. Los chicos sentían curiosidad por saber lo que estaba ocurriendo fuera, pero debían acabar con ese engendro costara lo que costara. De pronto, la puerta que comunicaba la estancia con el pasillo voló, literalmente, y a través de ella entraron Alice y M.A dirigiéndose a la posición de sus amigos a la vez que gritaban:
-¡Rápido! ¡Tenemos que huir!
-¿Qué ocurre?-Preguntó Eryel.
Entonces, a través de la puerta entraron más individuos ‘’carmesís’’.
Maya, Lith y Eryel corrían mientras Silver, Dyssidia, M.A y Puma despejaban un poco el camino gracias a sus armas. Volvieron a la zona en la que se encontraban aquellos extraños agujeros y los compañeros, sin pensárselo dos veces, saltaron a uno de ellos y poco a poco, los quejidos y pasos de aquellos monstruos fueron sustituidos por silencio, un abrumador y sepulcral silencio…
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