Big Red Mouse Pointer

martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 32 - Un ultimo suspiro

Todos observaron al sujeto, con un raro cuadrado metálico en medio de la frente, y un pequeño bombillo azul que constantemente ofrecía un débil destello. Los ojos de Maya se llenaron de lágrimas cuando observó que su agresor era Silver.

- Silver, somos nosotros… - dijo Alice mientras se acercaba a la caída Maya, intentando auxiliarle, pero la mirada de él seguía inexpresiva, fría.

- ¡¿Qué mierda le has hecho?! – gritó M.A. señalándola con la punta del dedo.

La mujer se colocó detrás de Silver, y pasó sus brazos por debajo de los suyos para abrazarle.

- ¿No recuerdas M.A.? – dijo ella con una sonrisa llena de locura.

Las miradas atacaron al susodicho. Él solo se confundió, frunciendo el entrecejo.

- Tú mismo le hiciste esto… - dijo con una tierna voz de inocencia.

El rubio se dio cuenta de lo que estaba sobre los ojos de Silver. Pero, ¿Cómo era posible?... M.A. sintió un ardor de remordimiento y culpabilidad. Ese mismo objeto, lo había hecho él.

- ¿De qué está hablando? – le preguntó Ley. 

Apretando el puño, M.A. bajó la cabeza. Casi que inmediatamente unos muy pesados pasos resonaron en un callejón de donde emergió con quietud una gran figura, un humanoide de una extraña piel grisácea sin cabello alguno, superando espeluznantemente los dos metros de altura y con una ajustada gabardina verde. Aquel ser se posó a un lado de la mujer. En su frente, también estaba ese raro dispositivo con esa tenue luz azulada. La piel se les heló de ver ese inmenso individuo.

Manteniendo su actitud burlona, ella se paró frente al gigante, sonriéndole desde abajo.

- Yo te conozco. – dijo alguien pasando por la vera de M.A… Puma, al parecer tenía más confianza de lo normal. – A ti te he visto hablar con mi hermano.

- ¡Claro! Tú eres Pumita, el hermano menor de Dee... Siempre fuiste un criminal de primera. -

Puma sintió un escalofrío, y levemente observó a sus compañeros.

- ¿Pero que dices? – preguntó el pelinegro…

- Ah… no trates de evadirlo, muchachito… Los “encargos” que les hacías a tu hermano, en realidad eran para mi… - confesó la maniática, empezando a rodear a Puma mientras tocaba sus hombros con la punta de sus dedos. Él se congeló y su cara, era un poema. – Diana Kokez, periodista metiche, Un “ladrón” le asaltó y le asesinó por “resistirse”… Detective Fran Sosa, del Departamento de Investigaciones, se “suicidó” con un frasco de pastillas… envenenadas. 

- ¿Puma…? – la voz de Eriel, fue irreconocible.

- Debo decir que con todo el gusto del mundo podría contratarte como mi mandadero personal… -

Las manos del moreno comenzaron a sudarle… era increíble, ¿Cómo… era posible? Finalmente la rubia volvió a estar frente a él y se echó para atrás con un raro y agraciado caminar.

- Tu… hermano era un muy buen contribuyente, una lástima que haya muerto. – espetó sinceramente apenada.

- ¿Cómo sabes que él…? - ella, primero hizo una mueca para indicar que estaba pensando, luego se dispuso a hablar…

- Yo… -

La mujer revive un no muy viejo recuerdo… Dee, estaba temblando, con su teléfono celular entre sus dedos, tecleando un mensaje de texto que próximamente recibiría su hermano menor… una vez terminó de enviar su despedida arrojó el teléfono contra una pared, destruyendo el aparato con el mortal impacto. Dee, quién se mantenía de rodillas frente a una bella mujer rubia, bajó la cabeza…

- Puma, perdóname… - dijo antes de que la fémina pusiera el cañón de una pistola en medio de sus cejas, para terminar con el intenso malestar.

Puma se quedó atónito por unos segundos por la revelación, no sabía exactamente que sentía, pero era la sensación más horrible e irritante que su cuerpo había soportado.

- ¡¡MALDITAAAA!! – con los ojos inyectados en sangre, levantó su pistola, ardiendo en ira y odio.

El enorme humanoide se interpuso en un abrir y cerrar de ojos, alojando todo el plomo que ofreció el muchacho. Inmediatamente le tomó la muñeca y una sola patada fue suficiente para que Puma fuera enviado a volar de una forma violenta, directo a la vitrina de una tienda.

El resto del grupo optó por abrir fuego contra el coloso que seguía absorbiendo balas sin ningún problema… Nait corrió en un grito de guerra y ensartó el machete en el pecho del sujeto, y este, le apartó de un empujón que más bien se sintió como un martillazo. El equipo se abrió para evitar al gigante. Alice pasó el brazo de Maya por encima de su cuello e intentó apartarla de la acción. Pero aquel ser sobre-humano tenía algo que decir.

- Alice… Ma-ya… - nombró con una voz sumamente distorsionada y escalofriante, grave, ronca.

Olvidó a los demás y decidido comenzó a caminar hacia ambas chicas. M.A. le disparó en la cabeza, pero curiosamente, la bala rebotó.

- ¡Hey! ¡Déjalas en paz hijo de Puta! –

Una vez más el alto ser con la gabardina lució su espantosa voz con un fuerte gruñido de frustración y esta vez, iba a por el osado rubio…

Mientras, Puma recuperaba la sensación de su cuerpo después de recibir ese brutal golpe… Lentamente comenzó a incorporarse cuando sus ojos fueron atrapados por la figura de Eriel. La chica caía al suelo ante seco un puñetazo del insensato Silver… La escena hizo que nuevamente su rabia emergiera y así olvidó su dolor para correr endemoniado hacia él. Con una tacleada salvaje, Puma le derribó pero veloz, Silver predominó con relativa facilidad, abordando al pelinegro y comenzando una sesión de golpes certeros que dirigió a su cara. Después de severos impactos, sacó un cuchillo y se puso en una posición favorable para el muchacho, quién a duras penas detuvo una mortal estocada…

Cada vez más, el cuchillo se acercaba a su cuello inevitablemente, hasta que Puma le dio un rodillazo en la ingle y lo atrajo para plantarle un cabezazo, saliendo del aprieto…

M.A. y Nika estaban siendo acorralados en un callejón. Ya el rubio había vaciado un par de cargadores y era completamente inútil… Fue entonces cuando todas sus balas expiraron, y aquel imparable ser seguía caminando.

- ¿Qué haremos? – preguntó Nika, observando el final muerto a su espalda.

- Quiero que corras a un lado de él… yo me encargaré de distraerle un poco. -

Honrando sus palabras, M.A. embistió contra el gigante y le clavó un puñetazo en el estómago, pero el maldito parecía estar hecho de acero. Nika se movió rápidamente por un costado pero sus ropajes fueron atrapados por la gran mano del pálido. Nuevamente el rubio recurrió a su arma, para golpear su cabeza con la empuñadura y ganar toda la atención. No le costó darse cuenta se había entrometido en serios problemas.

El hombre tomó a M.A. por el torso con ambas manos, como si fuera un juguete y comenzó a apretar. Con un grito de dolor intentó apartarle pero era imposible, si no pensaba rápido tendría un final indeseable…

- ¡¡Hermano!! – Ley, le llamó y le arrojó una última granada de semtex.

Inmediatamente M.A. pegó la granada en la nuca de su opresor y haló del anillo para activarla… Desesperado, clavó con fuerza sus dedos en los ojos negros y consiguió liberarse para apartarse de la explosión. Justo para ver como su cabeza volaba en pedazos, disparando trozos de carne gris con un extraño color morado… 

Silver seguía blandiendo su cuchillo, Puma, no encontraba cabida, solo se apartaba constantemente. ¿Como se había recuperado de sus heridas así? La velocidad y fiereza de sus movimientos opacaban al adolescente… tenía temor de no poder con él. Y si aquello continuaba… no quiso imaginar nada.

 Pero una brecha apareció súbita. Y el pelinegro asedió con una buena ráfaga de puñetazos que acribillaban la mandíbula de su contrincante. Silver volvió a mover su acero pero Puma le atrapó el brazo.

- ¡Basta Silver! ¡No quiero hacerte daño! – pidió Puma, haciendo palanca para que soltara el cuchillo. Sus fuerzas, comenzaban a desfallecer.

No parecía responder… El muchacho se hartó, lanzó otro cabezazo, le pateó la pierna y Silver mantuvo la rigidez. ¿Qué mierda le pasaba? Puma bloqueó una patada e hincó un rodillazo en su estómago perdiendo ya bastante aliento.

Aún sin mostrar signos de fatiga, giró y le propinó un fuerte codazo para obtener la retaguardia de su oponente pelinegro. Puma cayó de rodillas cuando sintió la de Silver impactando brutalmente contra su columna… Ya no tenía fuerzas, la irracionalidad del castaño le había abrumado.

Listo para terminar con la situación. Silver se paró enfrente y apresó su cuello con una mano mientras dirigía la punta del cuchillo a su pecho. La cara de Puma se arrugó mientras el filo atravesaba su pecho y provocaba la huída de una gran cantidad de sangre… Aún con una mirada vacía continuó hundiendo el cuchillo hasta la llegar a la empuñadura. Terminó por deslizarlo, agravando mortalmente la herida… Puma ni gritó, no podía.

Con su último puñado de fuerzas, llevó sus dedos a la frente de Silver, aprovechando la proximidad para arrancarle esa extraña placa…

Los ojos del castaño cambiaron cuando el dispositivo ya no estaba… de la nada miró aterrorizado al chico frente a él, terminando por caer en el asfalto aún con la incisión y el cuchillo en su pecho. Velozmente se apartó mirando sus manos manchadas con sangre ajena… Un grito desgarrador le tensó.

- ¡NOO!

Eriel corrió y se sentó a un lado de Puma.

- ¿Qué hice…? – se dijo Silver, petrificado.

Con delicadeza, recostó al muchacho en su hombro. Aquel líquido rojizo no paraba de salir a borbotones, creando un denso charco alrededor…

- Eriel… -

- ¡Hey! Mírame. – ordenó ella. – Mira mis ojos… Tú, no te morirás.

- Quiero quedarme contigo… - dijo él, desvaneciendo.

- Por favor… - tanto los ojos de Eriel, como los de Puma se volvían vidriosos.

Él pelinegro decidió, antes… robar un beso de los dulces labios de la chica… Y se dio cuenta de que ese sería su sabor favorito. 

Eriel, presenció como Puma le dedicó una última tierna mirada antes de su último suspiro...

#Puma

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