Big Red Mouse Pointer

martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 36 - La redencion de M.A.

Todo el grupo que se dirigía al centro estaba siendo perseguido por una gran jauría de esos diablos sedientos de sangre. El equipo se encontraba encabezado por Alice, Maya, Selene y Jose, y el resto se encontraba protegiendo la retaguardia de los primeros. La luz de los disparos bañaba en su totalidad la penumbra de aquel amplio boulevard.  Los jóvenes se encontraban exhaustos ante la exuberante cantidad de aquellos monstruos. En un determinado punto del trayecto, una de esas cosas logró adelantarse y este intento lanzó un mordisco a Ley, ella cayó de bruces al suelo a la vez que forcejeaba con la criatura. Al ver el peligro en el que se encontraba su hermana, M.A lanzó un fuerte puntapié a la cabeza de la criatura, y esta, debido a la fuerza ejercida por la pierna, reventó. La joven pelirroja se reincorporó con ayuda de su hermano mientras que el resto del grupo y el resto del grupo, al ver la situación en la que se encontraban sus compañeros intentaron cubrirlos. 
En ese momento, un enorme perro intentó arremeter contra Allen, este, debido al pavor producido por la situación, quedó inmóvil, esperando el fatal desenlace…
Pero algo increíble sucedió…
El animal retrocedió en el aire debido a una ráfaga de disparos procedente de el fondo de detrás de aquel montículo de cuerpos inertes, pero andantes. Así, uno tras otro, las criaturas fueron cayendo y golpeando estrepitosamente el suelo.
Todo el grupo quedó extrañado ante tales sucesos hasta que pudieron ver al fondo de aquella calle a un grupo de lo que parecían ser soldados, armados con ametralladoras cuyos cañones aun se encontraban humeantes. Estos se acercaban lentamente hasta la posición en la que se encontraba el grupo. 
M.A se adelantó un poco para poder observar mejor a sus salvadores hasta que en un determinado momento se dio la vuelta rápidamente y dijo silenciosamente:
-Rápido, rápido, seguid y no miréis atrás.
Unos de los soldados a lo lejos saco algo parecido a unos prismáticos y a la vez que los usaba exclamó:
-¡Heeeyy! ¡Tíos! ¡Es M.A! ¡M.A aquí!
Sin embargo el rubio siguió hacia adelante, haciendo caso omiso a las llamadas de aquel grupo:
-Hermano, ¿Quiénes son esas personas?.-Pregunto Ley inquisitiva.
Alice observó con sus ojos abiertos como platos la desconcertante escena. Decidida, se interpuso en el avance de M.A y pregunto:
-¡M.A! ¡Por favor! ¡Cuéntanos ya de que va esto!
-Yo…
M.A sintió un escalofrío en la espalda al sentir el tacto en su chaleco de otra persona.
Al girarse pudo observar el rostro inexpresivo de un soldado de mediana edad. Su pelo cano se entremezclaban con un negro azabache y sus ojos expresaban una total impasibilidad:
-¿Qué haces aquí soldado? Deberías estar con el resto del pelotón…¿Y tu uniforme?
-Yo…es que…-Balbuceó el rubio.
A esto , se acercó un joven moreno y con aspecto latino:
-Hey colega, vamos…no puedes dejarnos tirados así como así… ¿vale?...La teniente Ripper esta cabreada contigo…
-Y además…¿Qué haces con estos niñatos? Recuerda que debemos eliminar todas las pruebas del incidente, y los supervivientes es un factor muy importante. Hemos de ejecutarlos inmediatamente.-Sentenció el soldado del rostro impasible.
Los presentes enmudecieron inmediatamente. Alice y Ley miraban a M.A con un destello de melancolía en sus ojos. Jose se encontraba meditando con los ojos entrecerrados a diferencia del resto, los cuales se encontraban cabizbajos…
El soldado impasible se armó con su fusil y comenzó a apuntar hasta que…de repente…
-No les vas a hacer nada.-Dijo M.A con seriedad.
-¿Cómo? ¿Vas a cuestionar las órdenes de tu superior? Te recuerdo que yo fui el que te adiestre personalmente.-Contestó el soldado impasible.
-¿Pues sabes? Nunca me has caído bien Sargento Riley. Y como les toques un pelo a mis amigos…te rajare de tal manera que no vuelvas a ser útil a nadie.-Expresó el rubio desafiante.
-Jajajajaja…pues vamos allá pues.-Contestó Riley.
Acto seguido el sargento golpeó a su aprendiz con la culata de su arma y más tarde la tiró al suelo:
-¡Cabrón! ¡No toques a mi hermano!- Dijo Ley a la vez que desenfundaba su katana.
Rápidamente, Riley sometió a Ley mediante una llave. Esta forcejeo con el sargento pero fue en vano. Alice rápidamente desenfundo su pistola e intento disparar al agresor pero este fue mas rápido y ataco a Alice, desarmándola asi. El resto del grupo se echó encima del impasible mientras que el resto del grupo, excepto el soldado latino, se disponía a disparar. Rápidamente, la calle se convirtió en un campo de batalla. Ambos bandos tomaron posiciones y comenzó un mortal tiroteo. 
Escondidos tras una esquina se encontraban Maya, Ley y M.A. Tras otra esquina se encontraban Allen, Jose y Selene, y el resto se encontraban escondidos en distintos lugares. Allen comenzó el tiroteo a mano armada contra un soldado pelirrojo. Dos tiros en el pecho bastaron para dejarle fuera de combate. Ley arremetió con su calibre 45 y consiguió acabar con un soldado de un certero disparo en la garganta. Este comenzó a sangrar abundantemente y poco después se desplomó en el suelo. Maya cuidadosamente apuntó y apretó el gatillo, pero no hubo repuesta por parte del arma. Rápidamente, M.A cogió a la muchacha por la chaqueta y la arrastró de nuevo a la seguridad de aquel rincón. Cogió el arma que portaba en sus manos y, le quito el seguro a la pistola:
-Ahora…si es peligrosa.-Dijo M.A sereno.
-Gracias…-Respondió Maya.
Velozmente. M.A  salió de aquel callejón y comenzó a disparar de manera certera a todos los soldados enemigos. Tiros limpios en la cabeza, dejando así sus cráneos destrozados. Riley apuntó maliciosamente a M.A y le disparó en el brazo, causando así que el arma se cayera de sus manos. 
El rubio gimió y mostró una mueca de dolor. Rápidamente, avanzaron hasta a él Ley, Alice y Maya. 
-¡Hermano!- Exclamó Ley.
-Espera, déjame que vea…-Acto seguido, Maya le desabrochó el chaleco al rubio y le quito la camiseta para ver la profundidad del disparo. Por suerte, había sido un disparo limpio:
-¡M.A! ¡Sal! ¡Prometo que no habrá más heridos! ¡Pero a cambio de ello tendrás que pelear ahora mismo conmigo!-Exclamó Riley.
El rubio se reincorporó lentamente a lo que las muchachas exclamaron que no estaba en condiciones de pelear:
-Lo debo de hacer. No hay mas que hablar…-Sentenció M.A.
El rubio se acercó lentamente al sargento:
-Ahora vamos a comprobar de que pasta estas hecho soldado.-Dijo Riley a la vez que se quitaba el chaleco kevlar y se desabrochaba camisa, dejando al descubierto unos abdominales muy marcados y unos pectorales de acero, cruzados por una cicatriz de grandes dimensiones. Acto seguido, el resto de los componentes del grupo salieron de sus escondrijos y formaron un corro alrededor de los luchadores, muy similar a una pelea de gallos. Jose apoyó su mano sobre M.A a la vez que decía:
-Buena suerte hermano, recuerda, caliéntale la cara.
Ley se acercó a su hermano, le abrazó y le dijo:
-No tienes por qué hacerlo.-Dijo Ley a la vez que le apartaba al rubio un mechón de pelo de los ojos.
-Tranquila, lo conseguiré.-Dijo animado M.A.
Alice no le dirigía la mirada pero…en el ultimo momento ella se dirigió a él y esta le susurró: ‘’Puedes hacerlo’’.
El rubio le esbozó una sonrisa la cual fue devuelta por la muchacha.
Acto seguido Riley dijo:
-Esta vez ni Ripper te podrá salvar muchacho.
-No necesito que me salve nadie, vejestorio, adelante.-Expresó M.A con aire de superioridad.
Acto seguido, M.A golpeó a Riley. Su puño se clavo en las costillas como un certero dardo. Este contrarrestó con un cabezazo en el costado el cual le desorientó un poco al joven. El rubio logró concentrarse de nuevo e intentó golpear en la cabeza al sargento, pero este contrarrestó su golpe con una llave. Acto seguido M.A intentó forcejear con el y logro lanzar un puñetazo en su estomago que lo dejó exhausto durante unos momentos. En ese corto pero valioso espacio de tiempo, el joven descargó toda su ira sobre Riley. Golpe lateral en las costillas, golpe en la cabeza y puntapié en el estomago.
El sargento sacó de su tobillera un cuchillo el cual clavó en la herida del hombro y apretó con fuerza. Un incesante y angustioso grito indicó que esta brutal arremetida estaba surtiendo efecto. Con gesto furioso y con un intenso fuego en sus ojos, M.A arrancó la cuchilla de su carne y se dirigió a él velozmente. Le clavó la cuchilla en sus partes bajas. El sargento se arrodilló ante el rubio y este, con una expresión serena le dijo:
-Dulces sueños.
Acto seguido golpeo la cabeza de su maestro y para este se hizo la oscuridad…

#M.A.

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