Big Red Mouse Pointer

martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 39 - Muerte y mas muerte

El pequeño grupo compuesto por Puma, Dyssidia y Nika se dirigió a duras penas hacia el centro, escuchando a lo lejos un grito sofocado después de unos largos minutos de disparos y sonidos de criaturas.
- Se ha realizado una batalla campal - murmuró el pelinegro recostando el peso de la de mechas rosas que iba aumentando con el paso.
- Y... Me la he perdido... Genial - musitó Dyss ya con una cara pálida y dejándose el aliento por cada palabra que soltaba. 
Nika la miró de reojo cargando con mas fuerza y pidiendo acelerar el ritmo ya que la vida de la chica estaba en juego si seguían a ese paso. En ese momento el muchacho prefirió cargar él solo a ella a caballito y acelerando el ritmo. En el centro vieron a Allen y a Riliane esperando algo impacientes y atentos a cualquier movimiento para atacar. Ambos al verlos se alegraron pero cambiaron la cara al ver a la ya débil Dyssidia que empezaba a cerrar los ojos y abrirlos con gran esfuerzo. 
Allen intentó parar la hemorragia de la chica y Nika la obligaba a que la mirara cogiéndola de una mano y apretándosela para que le respondiera de la misma forma, aunque sus apretones eran tan débiles que le había conseguido hacer llorar a Nika, más aun al ver la sonrisa torcida de la de mechas rosas que empezaba a desvanecerse.
- ¡Dys! ¡Mírame! ¡Por lo que más quieras mírame! ¡DYS!
- Tengo sueño... - susurró empezando a cerrar los ojos y provocando la desesperación en los presentes que intentaban parar la hemorragia. 
- Apartaos chicos, yo me encargo.
Todos se giraron al ver al grupo de Maya, con muchos menos integrantes que a más de uno dejó inmóvil. Maya y Selene ocuparon los puestos de Allen y Puma y empezaron a tratar de forma correcta la herida. Los demás miraron totalmente temerosos de otra muerte más en el grupo, y Maya mirando a Nika que estaba susurrando en la mano de su novia que sobreviviera. 
- Maya...
- ¿Si? - preguntó acercándose a la de mechas rosas y recibiendo de la mano libre de la chica una flor de cristal que dejó en las piernas de su hermana y esta comprendiendo al momento de parte de quién venía y lo que significaba. Guardándola en el bolsillo junto al otro presente de Silver atendió a las indicaciones de Selene comprobando que su hermana seguía con vida, pero un momento en el que cerró los hojos y dejó un suspiro mantuvo a todos mirándola con terror. Selene pese a eso siguió tratando la herida y cosiendo, ademan de añadirle las vendas correspondientes. 
Nika apretó con más fuerza su mano llorando a lágrima viva y los demás manteniendo el esfuerzo de no terminar con ella, pero unas débiles palabras rompieron ese silencio.
- Al final no respondiste mi petición. 
Nika levantó la vista para ver a Dyssidia mirándola con un color más vivo y con la mano libre enseñándole la cajita abierta y enseñando dos pequeños anillos de plata. Todos, inclusive Maya, se quedaron con la boca abierta al ver la proposición de la chica, que se incorporó esforzándose e hincando una rodilla cogiéndola de la mano.
- Nika, ¿quieres casarte conmigo?
La pelirrosa mantuvo un preocupante silencio y le propinó un puñetazo suave en el hombro de la chica con un puchero.
- ¿Eso es lo que me vas a decir después de preocuparme tanto?
Ella puso una mirada pensativa y mostró una sonrisa maliciosa que provocó la preocupación de Maya por la respuesta.
- ¿Selene tienes unas tijeras a mano?
Semejante pregunta dejó a todos algo extrañados. Selene, con la misma cara, se las ofreció y esperó a ver que iba a hacer con ellas.
Con una mirada a Nika, la de mechas rosas dejó la caja en manos de su novia y levanto sus mechas, acercando las tijeras y cortándolas, todos sorprendidos por aquella actitud.
- ¿Qué haces? - gritó Nika.
- Ah, sí. - Dijo y le devolvió las tijeras a Selene cuando se las cortó y miró a Nika -. Las mechas me las hice cuando le dije a Maya que te dijera que había muerto, como señal de que pasase lo que pasase siempre estarías conmigo, aunque tu no lo supieras. Pero ya no las necesito, porque sé que no nos separaremos y te vas a casar conmigo. 
- ¿Qué te hace estar tan segura?
- Porque soy adorable, y sé que te mueres cuando me ves - respondió con una mirada pícara y con voz juguetona que provocó la risa de todos los presentes. 
Nika le sonrío al volver a ser testigo de aquella parte que no había visto desde que se habían reunido, cosa que le hizo coger la cajita, coger la mano de Dyssidia y ponerle uno de los anillos en el dedo anular. Dys hizo el mismo procedimiento y se dieron un abrazo aplaudiendo todos por lo que aquello significaba.
Ripper carraspeó para cortar el momento que empezaba a ser algo baboso, y la pelirrosa y la ahora castaña le soltaron una mirada amenazante, pero ambas comprendieron lo que significaba y se levantaron, todos preparados para irse. Naitsirc, que apareció antes de los demás y cuando la situación había estado más cruda, había informado a los demás del helicóptero y allí era su último destino. Dyssidia se preocupó por M.A. que estaba completamente destrozado por la pérdida de Alice, y Nika prefirió dejarles a solas y dirigirse con Allen.
- Así que al final le has dicho que sí, ¿eh? ¿Estás segura de ello?
Nika miró al chico y miró un momento de reojo el anillo y sonriendo. 
- Sí, estoy segura. Por cierto, necesitamos hablar Dys y yo con vosotros antes.
Ambos hermanos se quedaron mirándose algo acongojados pero aceptaron la petición de la pelirrosa. El grupo empezó a buscar bastante alejados de ellos y las cuatro personas se quedaron mirándose, Dys y Nika cogiéndose de la mano y entrelazando los dedos. 
- A ver, ¿qué pasa?
Dyssidia le miró de forma seria y sacó de su bolsillo un mando con un botón, que pulsó y al rato empezaron a salir perros zombies que fueron solamente a por los hermanos, que empezaron a disparar para salvarse y amba pareja mirándoles sin ninguna expresión. Por suerte, los disparos no se habían oído a los demás y nadie podría socorrerles. Cuando la munición se les acabó, los perros que quedaban les atacaron, mordiéndoles la garganta y dejándolos en el suelo moribundos. 
Los perros se situaron a ambos lados de la pareja, Nika atreviéndose a acariciarlos y Dyssidia sacando a relucir su pistola y colocándole el silenciador. Al acercarse a Allen, le puso un pie en el pecho y le apuntó en la cabeza.
- ¿Por... qué?
- Recuerda que soy rencorosa - la chica sonrió de tal forma que ambos hermanos pudieron presenciar en ella la propia Muerte. Nika se colocó al lado de su ahora prometida apuntando a Riliane con una pistola con silenciador. Dyssidia apretó el gatillo, provocando el grito ahogado de la chica totalmente asustada.
- Dejare que te despidas, sé que erais muy amigas.
Con esas palabras Dyssidia se alejó de ellas y empezó a matar a los perros, que se dejaron como si obedecieran sus ordenes y no les importara morir.
- ¿Por qué?
- Por su culpa ella se dio por muerta. Jamás se lo perdonaré, y sé que tu no puedes vivir sin tu hermano, así que no voy a ser cruel. Pero no voy a permitir que nada ni nadie me la arrebate. Y sé que si seguía con vida algo iba a pasar de nuevo, ya has visto la actitud cuando le he dicho que sí a Dys. Así que hemos seguido con el plan. 
- ¿Desde cuando lo teníais planeado?
Nika rememoró el momento en el que Dyssidia había aceptado acostarse con ella después de reunirse. Se acorrucó en ella alegrándose de que realmente no hubiera muerto.
- Te has hecho mechas, estás más cachas... Realmente no pareces tu.
- Sigo siendo una estúpida, no he cambiado mucho. 
- Una estúpida que quiso darse por muerta, ¿eh?
La de mechas rosas agachó la cabeza un tanto furiosa por volverla a sacar el tema, a punto de irse de allí, pero no lo consiguió al ver que Nika la agarraba fuertemente de la cintura. 
- Tu no te vas, tengo que decirte algo ahora que has vuelto.
- ¿El qué?
- Sé que quieres vengarte, y voy a estar contigo cuando lo hagas.
Dyssidia la miró sorprendida por saber ese detalle, provocando la sonrisa de la pelirrosa como si le hubiera estado leyendo la mente. Se tocó el bolsillo para asegurarse de que tenía la caja y que no fuera consciente de lo que escondía.
- ¿Qué piensas hacer?
- Matarlo. Sé que no vas a estar de acuerdo conmigo, si tienes una idea mejor...
- No, ya me parece bien así. Pero si matamos a Allen tendremos que matar a Riliane, no solo porque sería capaz de decirlo, sino porque moriría de pena al ver que no tiene a su hermano. Si no te ves con voluntad de hacerlo, lo haré por ti.
- ¿De verdad vas a asesinar a tu mejor amiga por mi?
- No, voy a asesinarla a ella por también liarme la cabeza cuando empezamos a salir. Digamos que ella es bastante tradicional. 
- Bien, pues cuando tengamos un momento a solas los cuatro y estemos seguros de que podemos salir de aquí, nos encargaremos.
- Hecho.
Ambas estuvieron a punto de besarse cuando escucharon unos disparos, levantándose Dyssidia y arrastrando con ella a Nika, empuñando su pistola y saliendo de la habitación para ver a Puma e Inma en casa.

Riliane miró a su amiga al finalizar de explicarle el plan que habían ejecutado, dándose cuenta que desde entonces habían estado esperando el momento oportuno para acabar con ellos. Sin querer prolongar más la conversación, Nika apretó el gatillo y la miró por última vez antes de reunirse con Dyssidia, que mantuvo una mueca por el movimiento y empezando a notar el dolor de la bala.
- ¿Estas bien?
La castaña la miró con una sonrisa para que no se preocupara.
- Nada de lo que preocuparse, ¿ya?
Asintió sin ninguna cara de pena, extrañándola considerablemente por el hecho de que parecían inseparables. Sin nada más que decir, Nika se dispuso a irse, pero Dys la paró ya que tenía una pregunta en mente.
- Tu sabías que estaba viva, ¿verdad?
Ella la miró y le sonrió, confirmándose sus sospechas.
- ¿Cómo? 
- Sé que llevabas días persiguiéndome. No eres muy discreta pese al tiempo, así que me alegré mucho y a la vez sabía que estabas esperando el momento para verme. La verdad me alegré también de que quisieras hablarme después de que sé que parte de la culpa de que te dieras por muerta fue mía, así que te seguí el juego. Cuando empezó todo esto quise sobrevivir, porque sabía que tu serías fuerte, y harías lo que fuera para salir ambas de aquí.
- Lo pintas como si fuera un cuento. 
- Sí, tu eres el príncipe torpe que casi muere cuando prometió una luna de miel en Hawaii, porque sé que el viaje era de luna de miel, tonta no soy. 
- Nunca dije que fueras tonta. A veces lo eres cuando vas de débil pero por lo demás...
Nika le propinó otro puñetazo en el brazo con una sonrisa e indicándole que volvieran con los demás, cambiando la cara a una de más triste al reunirse con los demás.
- ¿Y Allen y Riliane?
Nika empezó a llorar cubriéndose con ambas manos. Dyssidia se mantuvo ''fuerte'' y anunció las muertes de ambos hermanos, todos desolados y manteniendo un minuto de silencio. La castaña abrazó contra su pecho a Nika, que seguía haciendo que lloraba manteniendo una sonrisa que solo ambas chicas conocían.

Todo empezaba a tornarse negro cuando se acercaban hacía en final.

#Dyssidia

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